A sus 181 años de fundado, el liceo Francisco Antonio Rísquez se encuentra en el peor momento de su existencia. La mezcla del abandono oficial con la pandemia mantiene en pésimo estado a la que fue una de las mejores instituciones de Nueva Esparta.
Por Hazel Guédez/La Patilla
En el año 2010 fue decretado como Patrimonio Histórico por la alcaldía del municipio Arismendi. Hoy la realidad es otra. Según denuncian los gremios magisteriales, su situación es muy precaria a pesar de haber sido escogido por las autoridades de la Zona Educativa para la prueba piloto de vacunación en Nueva Esparta.
Jacqueline Gil, secretaria de Organización del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza en Nueva Esparta (STENE), lamentó que ese patrimonio histórico sufra del abandono gubernamental con el consecuente deterioro de todas sus instalaciones.
Apuntó que la carencia de materiales pedagógicos es tan grave como las del resto de los planteles de la entidad. “Los baños y laboratorios están por el piso. Con esas condiciones sanitarias tan críticas no se puede llamar a clases presenciales para poner en riesgo la salud del personal y los alumnos”, subrayó Gil.
Un poco de historia
Esa institución fue construida en el año 1833, en la época del general con miras a que allí funcionara la cárcel de Margarita.
Sin embargo, con tanta gente queriendo estudiar y con los índices de delincuencia prácticamente en cero, llevó al gobierno regional del año 1946 a anular la instalación de una prisión en La Asunción y utilizar esa infraestructura para que los jóvenes cursaran estudios y se graduaran de bachilleres.