Dos paquetes de harina de maíz, dos kilos de arroz, un kilo de frijoles chinos, dos kilos de pasta y, en ocasiones, un litro de aceite, medio kilo de leche y un kilo de azúcar.
Por Luisana Solano / vozdeamerica.com
Eso es lo que suele llegar en la caja de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), un programa de distribución de alimentos a precios subsidiados lanzado en 2016 por el gobierno de Nicolás Maduro, en plena crisis de desabastecimiento, asegura un venezolano que pidió ser identificado solo como Oscar, que la ve como un “extra”.
“Yo trabajo, gracias a Dios, para surtir lo que es la despensa de la casa”, dijo.
Los CLAP tienen “una base territorial de 7 millones de familias, que atendemos en su seguridad alimentaria”, indicó el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en un acto en septiembre.
Durante sus cinco años de existencia, este programa no han estado exento de cuestionamientos por parte de la oposición y ha sido relacionado con Alex Saab, el empresario colombiano extraditado este fin de semana a EE.UU. señalado por presunto lavado de dinero.
¿Qué tiene que ver Saab con las CLAP?
En 2019, el Departamento de Tesoro sancionó al empresario colombiano Alex Saab tras asegurar que se habría beneficiado de “contratos sobrevaluados, incluido el programa de subsidio de alimentos del Gobierno” conocido como los CLAP.
Según el Departamento del Tesoro, el vínculo de Saab con el programa comenzó en 2016, cuando él y su socio idearon una estructura corporativa para adquirir los alimentos de un distribuidor extranjero, ensamblarlos en un otro país y enviarlos a Venezuela. Con este esquema Saab obtuvo “ganancias sustanciales e importó solo una fracción de los alimentos necesarios para el programa CLAP”, indica.
El portal de investigación venezolano Armando.Info ya había reportado el presunto esquema de corrupción detrás de este plan y había cuestionado la calidad de los alimentos.
Roberto Deniz, periodista del portal de investigación, dijo en una publicación en Twitter en septiembre que en 2017 Alex Saab le había demandado, junto con los editores de Armando.Info.
“Decía que no era un empresario ‘cercano’ a [Nicolás] Maduro y que no estaba en los CLAP. Ahora quería evitar su extradición diciendo que es ‘diplomático’ de Maduro y vendedor de alimentos”, indicó.
Deniz y otros reporteros de Armando.Info pidieron a un laboratorio nacional evaluar ocho marcas de leche mexicana incluidas en esas cajas de comida. El estudio determinó que la composición química y nutricional es diferente a la que mostraban los empaques. El entonces diputado opositor Carlos Paparoni también solicitó un examen similar y llegó a las mismas conclusiones.
“De las ocho marcas que trae el gobierno, todas son bajas en proteínas, bajas en calcio, altas en carbohidratos, altas en sodio”, explicó Paparoni en 2018.
Luego de la detención de Saab en junio del año pasado en Cabo Verde, el gobierno venezolano aseguró que era un enviado especial que se encontraba en la nación africana en una escala técnica para continuar su trayecto con el objeto de realizar gestiones para garantizar la obtención de alimentos para los Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP)”.
El gobierno venezolano califica de “secuestro” la extradición de Saab a EE.UU. y suspendió el diálogo con la oposición en Ciudad de México.
El programa CLAP ha reducido las entregas
La última edición de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de la Población Venezolana (ENCOVI), indica que la frecuencia de entrega de las cajas CLAP es variable. El 40% de los entrevistados declararon una frecuencia mensual o quincenal, mientras que un 60% sitúan la frecuencia trimestral o anual.
El programa ha reducido las entregas por “problemas de movilidad” y “dificultades fiscales y de sanciones para realizar compras por parte del sector público”, según ENCOVI.
El precio promedio es de aproximadamente 1 dólar y la cesta de productos “varía mucho en cada entrega”, asegura.
“Cuando empezaron traían de todo pero ahorita lo disminuyeron”, dijo a la Voz de América otra venezolana que pidió ser identificada solo como Carmen.
La última traía un kilo de azúcar, tres kilos de harina de maíz, tres kilos de arroz, un kilo de pasta, una lata de mortadela, una lata de sardinas, un kilo de aceite y 200 gramos de café, por lo que pagó aproximadamente 30 centavos de dólar.
La mujer asegura que tiene la caja como “una reserva”. Este año, agrega, le ha llegado la caja seis veces, pero conoce de otras zonas donde llega cada 15 días.
“Es poco la ayuda, pero ayuda. Mi hija mayor es la que me hace mercado”, comentó, agregando que a las personas que sí dependen de esta distribución “no les rinde”.
Los productos de las CLAP son insuficientes
Marianella Herrera, directora del Observatorio Venezolano de la Salud, comentó a la VOA que un beneficiario le dijo que en su caja CLAP llegaron solo siete paquetes de arroz y cinco de pasta.
“Muchas familias tienen el CLAP como único apoyo y, por supuesto, al ser insuficiente para promover una dieta monótona y desequilibrada, obviamente lo que tienen los venezolanos es de muy poca calidad”, indicó.
Más allá de la cifra de beneficiados, indica, resalta la frecuencia con la que que se recibe, pues hace que no se “perciba” realmente, dijo.
“Los programan que buscan realmente tener un impacto positivo en la alimentación de las personas tienen que tener un contenido adecuado de grasas, un contenido adecuado proteínas, de carbohidratos, de nutrientes esenciales que sean importantes para la población, puesta en contexto”, indicó Herrera.