Lo que les voy a contar en El Reporte Coronell los va a sorprender. A pesar de que en Venezuela dicen que Alex Saab no va a colaborar con la justicia de Estados Unidos, está en marcha un completo plan para que pronto empiece a contar todo lo que sabe. En unas semanas, Saab podría recibir del juez titular del caso, Robert Scola, el beneficio de detención domiciliaria en Miami.
El presunto testaferro principal y operador de compras estratégicas de Nicolás Maduro –incluyendo suministro de armas– empezó discretamente a conversar sobre un posible acuerdo con la Fiscalía del Distrito Sur de la Florida, y por esa vía con el Gobierno de Estados Unidos, mientras aún estaba preso en Cabo Verde.
La negociación arrancó poco después de su detención en junio del año pasado y se aceleró cuando se hizo inminente su extradición a Estados Unidos.
En una paradoja extraña, el Gobierno de Estados Unidos, que luchó durante 491 días para lograr la extradición de Saab, ahora podría empezar a pedir que lo dejen salir de la cárcel.
Desde el comienzo, los agentes federales sabían que el multimillonario barranquillero no era el fin último de la operación, sino apenas un medio para encontrar el mapa de los tesoros de Maduro y otros miembros de la cúpula gubernamental venezolana.
También para probar la eventual participación iraní en operaciones de tráfico de armas, que podrían constituir una violación de los acuerdos internacionales en la materia.
En Estados Unidos hay dos tipos de firmas de abogados: las que sirven para ir a juicio y las que buscan cerrar con los fiscales el mejor acuerdo posible para sus clientes, evitando un largo e incierto juicio.
La firma de abogados que representa a Saab en Estados Unidos se llama Baker & Hostetler LLP y es especialista en este tipo de negociaciones con la justicia americana. Está establecida en Washington DC (ojo: no es una oficina de abogados de Miami) y el primer requerimiento que recibió del Departamento de Justicia, cuando empezó a defender a Saab, fue demostrar que trabajaba para él y no para Nicolás Maduro.
La firma pasó la prueba. Demostró ante la Corte que el cuantioso “retainer”, el anticipo para cubrir los abultados costos de la defensa, lo paga Alex Saab y no el régimen venezolano. Y además que reciben instrucciones únicamente de Saab.
Le puede interesar: Hay muchas empresas fachadas en nuestro país bajo la red criminal de Saab: Duque
Dos de los principales socios del bufete –de más de mil abogados– han estado diseñando la estrategia de Saab, que ha tenido una cara pública y una privada.
La pública ha sido sostener en las audiencias una historia que nadie cree. Consiste en machacar, una y otra vez, que Saab no puede ser juzgado en Estados Unidos porque Maduro le confirió inmunidad diplomática y que eso lo pone a salvo de la aplicación de la ley estadounidense.
Insistir en que el hombre que se hizo billonario a costa del hambre del pueblo venezolano es un agente internacional humanitario –por decisión de un gobierno que Estados Unidos no reconoce y que, además, sería cómplice de estos mismos hechos– es una teoría imposible de sacar adelante en una corte americana.
Un personaje tan astuto como Alex Saab no contrata a una de las firmas más caras y prestigiosas de Estados Unidos para sostener un alegato inviable que algunos comentaristas han calificado simplemente como “idiotic”, en español: “idiota”.
Lo más importante ha sido la estrategia privada.
Los abogados estadounidenses de Alex Saab vienen avanzando hace meses en una negociación con el Gobierno de Estados Unidos para que la Fiscalía del Distrito Sur de Florida, basada en Miami, le solicite al juez Robert Scola que le otorgue a Saab una fianza garantizada para asegurar que pueda continuar el proceso bajo detención domiciliaria.
En pocas palabras, Saab pagaría una cifra muy importante a la Corte como fianza para no ir a la cárcel y cumplir su detención desde la comodidad de una casa en Miami.
Otra reputada compañía de abogados ha estado participando en este proceso. Se trata de Pillsbury Winthrop Shaw Pitman LLP, cuya sede central está en Nueva York. Este reportero no pudo establecer cuál ha sido la función de esta segunda firma en la operación.
Como sea, es totalmente discrecional del juez otorgar el beneficio, pero generalmente la Corte concede una fianza solicitada por la Fiscalía, porque se sobreentiende que el procesado va a entregar algo muy importante a cambio.
Cuando la Corte accede a la detención domiciliaria de un preso de semejante entidad y con tantas personas interesadas en que no hable, también contrata a una compañía privada para que lo CUIDE y al mismo tiempo lo VIGILE. Para garantizar que no se fugue y para que no lo maten.
La compañía que sería propuesta por la Fiscalía del Distrito Sur de la Florida para que sea designada por la Corte, se llama Guidepost Solutions. Es una empresa multinacional de investigaciones, inteligencia corporativa y seguridad basada en Nueva York. Cuenta con oficinas en varios lugares del mundo entre ellos Bogotá y Miami.
El presidente ejecutivo de Guidepost se llama Bart Schwartz y es un exjefe de la División Criminal de la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York. Gracias a la experiencia del señor Schwartz, Guidepost ha sido aprobada en varias oportunidades por el Departamento de Justicia de Estados Unidos para asignaciones muy relevantes.
Guidepost pondría agentes privados para custodiar a Alex Saab.
Los escoltas tendrían autorización especial y anticipada de la Corte para usar sus armas en caso de un intento para asesinar al presunto testaferro de Maduro o si surge una tentativa de fuga. Ellos trabajarían para los operadores judiciales y no para Saab.
Si se concede este beneficio, es porque Saab va a hablar. Punto.
Si esto se concreta quedaría sin base la carta que leyó este domingo en Caracas la modelo italiana y actual compañera de Saab, Camila Fabri, en la que supuestamente su marido decía que seguirá siendo fiel y leal a la llamada “Revolución Bolivariana”.
Por cierto, nadie sabe a qué horas pudo escribir Saab semejante pastoral que parece más propia de la retórica del canciller chavista Jorge Arreaza quien, en una carta que le envió a Saab ya preso, esta sí cierta, le dijo: “Es mi deber recordarle que, en su calidad de Enviado Especial, usted está sujeto a las leyes venezolanas y está obligado a mantener los más altos niveles de secreto, confidencialidad y lealtad con respecto a la información clasificada que posee”.