¡Entre la vida y la muerte! Unos 250 pacientes renales exigen reactivación del programa de trasplantes en Táchira

¡Entre la vida y la muerte! Unos 250 pacientes renales exigen reactivación del programa de trasplantes en Táchira

Foto: Corresponsalía lapatilla.1eye.us

 

 

Conectados a máquinas de hemodiálisis, alrededor de 250 pacientes renales del estado Táchira padecen una larga espera por un trasplante de riñón. En una clínica privada este tipo de intervenciones médicas cuesta más de 70.000 dólares, monto inalcanzable para muchas personas. Por eso imploran para que pronto se reactive el programa nacional de trasplantes de órganos que llevaba a cabo la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células.





Por: Anggy Polanco lapatilla.1eye.us

En la entidad andina entre 270 y 300 personas sufren deficiencias renales, de las cuales unas 250 permanecen en una cruel expectativa desde hace cuatro años aproximadamente, cuando se suspendió el programa nacional de trasplantes en los centros públicos de salud. Las causas de esta paralización son varias: la crisis hospitalaria que se vive en Venezuela, la migración de los médicos especialistas, el cambio en la legislación en relación con las donaciones, la cual se aprobó pero parece que no funciona, indicaron dos médicos nefrólogos.

Para Francys Rodríguez, una docente de 28 años de edad, tras un año y medio en diálisis, el trasplante de órgano representa una esperanza de vida y, a su vez, es una decepción saber que en el país no cuentan con el programa de trasplantes.

“Tenemos contactos con personas que recibieron el injerto y vemos la diferencia de ser dializado a ser trasplantado. Pero tenemos esperanza de que todo vuelva a funcionar y eso nos inspira cada día. No es vida estar conectado al día por cuatro horas”, expresó Francys Rodríguez desde la sala de Hemodiálisis del Hospital del Seguro Social de San Cristóbal.

El grito de auxilio de los pacientes renales entrevistados por LaPatilla, no es solo para el gobierno, sino también para las organizaciones internacionales que quieran darle esa posibilidad de vivir mejor. Jean Carlos Méndez expresó que es muy difícil esperar por un órgano. Él tiene un año y medio esperando por un trasplante.

Por lo pronto, ruega por que no fallen las máquinas de diálisis ni los medicamentos. En ocasiones no hay en stock el bicarbonato, porque a través del IVSS llegan los insumos muy limitados. Por ende, algunos de sus compañeros de tratamiento que requieren cuatro diálisis por semana, solo reciben tres.

Imposible en clínicas privadas

“La mayoría de los pacientes pudieran solventar su situación a través de un trasplante de órganos, en este caso de riñón, pero los trasplantes están suspendidos en nuestro país. Solo hay la opción por la vía privada”, relató Ángel Moreno, representante de Codevida, Fundación Amigos Trasplantados Táchira y paciente renal que requiere también de un nuevo riñón.

Para los pacientes renales, la única opción disponible para un trasplante de órgano, se encuentra en las clínicas privadas ubicadas en Caracas. Moreno precisó que cada injerto tiene un costo que supera los 70.000 dólares, llevando el donante compatible. Este monto es imposible para la mayoría de los pacientes renales.

La mayoría de los pacientes consultados logran comprar sus alimentos, medicamentos y mantener gastos de manutención, gracias a las remesas que les envían familiares desde el exterior, pues no pueden mantener un empleo regular, debido a su debilitado organismo y a las muchas horas que deben estar conectados a los equipos para limpiar su sangre.

Antes de 2017, varios centros asistenciales en Caracas, Maracaibo y Mérida estaban habilitados y dotados para realizar este tipo de operaciones con trasplantes de cadáveres, y también de una persona viva al paciente. En los centros de trasplante se llevaba una lista de espera de los posibles pacientes prospectos a recibir un riñón, detalló el representante de la Fundación Amigos Trasplantados Táchira.

Cada paciente que accedía a un trasplante, debía realizarse una serie de exámenes y estudios de histocompatibilidad, que también tienen un altísimo costo. Moreno en el año 2001 logró obtener un primer trasplante de riñón y para ese entonces las listas de espera duraban entre 6 meses y 1 año, porque en Venezuela no existe la donación obligatoria.

 

Foto: Corresponsalía lapatilla.1eye.us

 

Esto significa que se puede trasplantar solo cuando ocurren donaciones de órganos de forma voluntaria y eso dificulta la adquisición de un riñón. Ángel Moreno, tras 16 años de haber recibido un riñón donado, le dejó de funcionar. Por eso requiere un segundo injerto y debió volver al tratamiento de diálisis.

Medicamentos anti rechazo

“Aquí en Táchira se hacía la procura de órganos con gran éxito y eso también se suspendió. Se ve afectada la esperanza de un trasplante renal por la situación económica y por la infraestructura de los centros médicos”, expresó Iraima Moreno, médico nefróloga de uno de los centros de hemodiálisis de San Cristóbal.

 

 

Ante el deterioro en el campo de salud, los pacientes renales que logran acceder a un trasplante de riñón, también luchan para conseguir los medicamentos anti rechazo que se requieren para mantener el órgano en buen funcionamiento.

“El Estado debe garantizar los medicamentos anti rechazo. Los pacientes no pueden suspender el uso de estos medicamentos en ningún momento, si quiere mantener ese órgano con vida y con funcionalidad”, expuso la nefróloga.

En la actualidad, los inmunosupresores que deben tomar los pacientes con trasplante son otorgados por el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, y los trasplantados ruegan a Dios que nunca les falte esta medicina, pues cuestan alrededor de 700 dólares.

En Colombia, una esperanza

Algunos de los pacientes con nacionalidad colombiana, han acudido a la Red Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos en Colombia, con la esperanza de poder realizarse un injerto. Representa una opción más viable y a un costo más bajo de lo que está disponible en Venezuela con las clínicas privadas. Pero aquellas personas que no poseen los documentos colombianos, están resignadas a la dolorosa espera.

Ediluz Angulo, médico nefrólogo de la Unidad de Hemodiálisis del Seguro Social de San Cristóbal y miembro de la Organización Nacional de Trasplante de Venezuela (ONTV) en Táchira, comentó que por el momento solo se practican trasplantes de donante vivo en el Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo en el Distrito Capital. Se requiere que el donante vivo sea familiar sin patologías de hipertensión, diabetes o fallas renales, y con histocompatibilidad.

Explicó que anteriormente las personas que tenían muerte encefálica o estaban en Unidad de Cuidados Intensivos sin posibilidades de recuperación, eran candidatos a ser donadores de órganos, con la previa aprobación de sus familiares. “Venía la gente especialista de Caracas, nosotros recibíamos los órganos y se llevaba a cualquier parte del país para entregar, según la lista de pacientes receptores, por compatibilidad”, explicó la galena.