La coalición internacional que apoya al Gobierno de Yemen tras siete años de guerra civil, encabezada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU), ha cometido violaciones de derechos humanos que podrían constituir crímenes de guerra, subraya un informe publicado hoy por Naciones Unidas.
El documento, cuarto que elabora la comisión de tres expertos de ONU para el conflicto y que se centra en el período comprendido entre julio de 2020 y junio de 2021, añade que el resto de actores en Yemen, incluyendo el Gobierno, el Consejo de Transición del Sur y los rebeldes hutíes, también han cometido graves violaciones.
Como en su anterior informe, la comisión pide a la ONU que renueve su mandato durante un año más, que lleve los posibles crímenes de guerra a la Corte Penal Internacional y que expanda la lista de personas sancionadas por el Consejo de Seguridad debido a su presunta participación en las violaciones de derechos humanos.
En el último año estudiado, la comisión tripartita ha confirmado al menos cuatro bombardeos más de la coalición internacional, entre ellos los ocurridos en las provincias de Hajah y Jawf, que impactaron en viviendas de civiles.
Desde que empezaran sus investigaciones en 2018, los expertos de la ONU han denunciado al menos 30 bombardeos de la coalición que causaron víctimas civiles, en un país que según el informe “sufre más de diez ataques de este tipo cada día”.
ATAQUES HUTÍES CONTRA OBJETIVOS CIVILES
En este último informe, la comisión denuncia además que continúan los ataques con mortero y otros proyectiles contra objetivos civiles, en este caso perpetrados principalmente por el gobierno de facto hutí, entre ellos uno contra el aeropuerto de Aden en diciembre de 2020 y otro contra un área residencial en Marib (oeste), principal frente de hostilidades en los últimos meses.
Además, “varias ciudades en Yemen continúan bajo asedio, o están sometidas a bloqueos”, entre ellas la capital, Saná, debido al cierre de su aeropuerto que se prolonga desde 2016 por orden del Gobierno reconocido internacionalmente y la coalición, lo que impide el acceso de civiles a ayuda humanitaria.
El informe, que será presentado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU el próximo 14 de septiembre, denuncia también detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, torturas, agresiones sexuales y otras violaciones por parte de los distintos actores del conflicto.
Asimismo condena la represión de la libertad de expresión y el activismo en materia de derechos humanos, encarnado en la persecución de líderes sociales y periodistas independientes, entre ellos el cámara de televisión asesinado en el ataque al aeropuerto de Aden (en el que otros nueve reporteros resultaron heridos).
“El clima de miedo, ilegalidad e impunidad en el que viven los yemeníes ha empeorado, pese a la firma de acuerdos políticos y el diálogo de alto nivel mantenido entre las partes en conflicto”, resume el presidente de la comisión de la ONU, el tunecino Kamel Jendubi.
UN CONFLICTO ALIMENTADO POR ARMAS EXTRANJERAS
Tanto él como los otros dos expertos (la australiana Melissa Parke y el canadiense Ardi Imseis) mostraron también su preocupación por el comercio de armas que continúa floreciendo hacia las distintas milicias del conflicto.
“Teniendo en cuenta el grave número de víctimas que la guerra causa en el pueblo yemení, es absurdo que terceros países sigan abasteciendo con armas a las partes en conflicto, ese comercio debe detenerse ahora”, lamentó Jendubi.
Los tres expertos de Naciones Unidas demandan con urgencia a las partes que acuerden un alto el fuego y tomen medidas para detener las violaciones de derechos humanos, juzgando a sus perpetradores y haciendo justicia con las víctimas.
EFE