La dieta paleolítica o paleo es una forma de comer que se aleja de los alimentos ultra procesados (comidas que son procesadas numerosas veces). Esta ha demostrado producir numerosos beneficios, aunque los científicos debaten su razonamiento.
Comenzaremos por examinar sus argumentos bases y las críticas científicas. Sus defensores explican que el régimen está basado en dos creencias. Primera: la alimentación más adecuada es aquella que se consumía durante el período paleolítico. Segundo: al comer como nuestros ancestros evitaremos sufrir de las enfermedades crónicas modernas.
Todo se basa en el precepto de que los hombres paleolíticos eran corpulentos y no sufrían de enfermedades crónicas; concepto que se ha desmentido científicamente.
La mayoría de los seguidores del paleo piensan que los paleolíticos seguían una dieta particular. Según ellos, en el paleolítico sólo se consumía lo que se cazaba (carnes, pescados) y lo que se recolectaba (raíces, vegetales, frutas, tubérculos, huevos, semillas y miel). Por lo que la ciencia nos dice que para consumir los alimentos ultra procesados de hoy en día, el hombre tuvo que evolucionar.
Según esta teoría, la llegada de la agricultura es la razón por la cual el ser humano comenzó a perder su salud. Para ellos el consumo de granos, lácteos y derivados produce enfermedades crónicas. Por lo tanto, evitan alimentarse con productos agrícolas y sus derivados para mantenerse sanos. Esta hipótesis se desmintió al probar que los paleolíticos sufrían de enfermedades circulatorias, etc.
Es importante considerar que los alimentos actuales no son comparables a los de aquella época. Los animales evolucionaron y su cría cambió. En consecuencia, no es equivalente consumir un pedazo de carne del supermercado a uno de un bisonte prehistórico. Lo mismo sucede con las plantas, vegetales y frutas, muchas han dejado de ser tóxicas o se han extinto. Hemos creado nuevas variaciones y agregado pesticidas, químicos y hormonas. Por lo que es ilógico pensar que podemos seguir exactamente la misma alimentación que nuestros antepasados.
También se ha demostrado que existían múltiples versiones de dietas en ese periodo. Es decir, se ha visto que se consumía más variedad que la propuesta por este régimen como granos, legumbres, cereales y frijoles. No podemos afirmar que existía una alimentación paleolítica rígida.
Cabe aclarar que aunque el sustento del régimen se haya desmentido, el paleo modificado o moderado no constituye una mala alimentación. Se demostró que adoptar algunas de sus propuestas, conlleva a reducir la incidencia de enfermedades crónicas. Asimismo es positivo que promueve el consumo de frutas, comidas mínimamente procesadas y grasas buenas.
Personalmente no recomiendo practicar paleo estricto debido a que puede causar problemas como constipación y déficit de energía. Eliminar totalmente los productos lácteos, carbohidratos complejos procesados y derivados puede causar deficiencias de vitaminas y minerales. En la siguiente entrega hablaremos sobre el vegetarianismo y sus orígenes.
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3. Sponheimer M, Alemseged Z, Cerling TE, Grine FE, Kimbel WH, Leakey MG, et al. Isotopic evidence of early hominin diets. Proc Natl Acad Sci U S A [Internet]. 2013 Jun 3; Available from: https://www.pnas.org/content/early/2013/05/31/1222579110.abstract