Un tranquilo jueves por la tarde, las estaciones de televisión de Pensilvania comenzaron a transmitir noticias de última hora.
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En innumerables hogares, los espectadores vieron imágenes de un hombre arrodillado en un estacionamiento.
De repente, hubo un breve destello. Una bomba encerrada alrededor de su cuello había estallado y cayó al suelo.
Si eso no suena lo suficientemente extraño, el caso de Brian Wells ha sido etiquetado como uno de los incidentes más extraños que haya investigado el FBI.
Cuando le dijeron que la demora en la caja fuerte tardaría mucho en abrirse, aceptó $ 8,000 dólares en su lugar.
Luego salió del banco, blandiendo su bastón y la bolsa de dinero “como Charlie Chaplin”, según un testigo.
Se llamó a la policía y pronto localizaron a Wells. Sin darse cuenta de lo que estaba pasando, lo esposaron. Wells les dijo que tres desconocidos lo habían obligado a punta de pistola a usar la bomba y robar el banco.
Wells dijo que tenía instrucciones sobre cómo desarmar el consejo y suplicó a los oficiales que lo dejaran ir.
De repente, el dispositivo comenzó a emitir un pitido cada vez más fuerte y Wells les advirtió que solo le quedaba un poco de tiempo. La bomba explotó y le hizo un agujero fatal en el pecho.
En su automóvil, la policía encontró más tarde varias páginas de instrucciones detalladas que le decían al “rehén de la bomba” qué banco robar y cómo desarmar el dispositivo mediante una elaborada búsqueda del tesoro de llaves y códigos. “Actúa ahora, piensa más tarde o morirás”, estaba garabateado al pie de las instrucciones.
Sin embargo, los expertos dijeron que incluso sin la intervención de la policía, el dispositivo, que incluía cuatro cerraduras y un dial de combinación, nunca podría haberse retirado a tiempo.
Wells estaba destinado a morir, aparentemente víctima de unos retorcidos fabricantes de bombas que robaron un banco. ¿O era él?
Pronto se supo que Wells aparentemente había sido parte del plan, aunque a pesar de una larga investigación y numerosos casos judiciales, nunca se llegó a un acuerdo sobre la verdad.
Pero el cuento es algo como esto.
Marjorie Diehl-Armstrong no era ajena a la muerte. En 1984 mató a tiros a su novio Robert Thomas, pero fue absuelta de las acusaciones de defensa propia.
Ahora se cree que era una asesina en serie, ya que muchos de sus novios anteriores habían muerto en circunstancias misteriosas.
Quería matar a su padre por su dinero. El reparador de televisores, Kenneth Barnes, dijo que lo haría por 200.000 dólares.
A Diehl-Armstrong y Bill Rothstein se les ocurrió la idea del collar bomba de tubería y acorralaron a Wells, que tenía sus propios problemas de dinero. La idea era que la bomba sería un maniquí y, si el atraco al banco fracasaba, no se enfrentaría a un proceso judicial, ya que supuestamente había sido la víctima.
El robo tuvo lugar pero, como sabemos ahora, la bomba era real, presumiblemente para silenciar a Wells y evitar que reclamara parte del efectivo.
Mientras continuaban las investigaciones, la policía recibió una llamada de Rothstein. Les dijo que el cuerpo de un hombre, James Roden, estaba en su congelador. Dijo que Diehl-Armstrong le había disparado a Roden y ella le había pagado $ 2,000 para limpiar la escena y esconder el arma.
Posteriormente, Diehl-Armstrong fue declarado culpable del asesinato con escopeta y encarcelado por hasta 20 años.
Luego dijo que le diría al FBI sobre el caso de la bomba a cambio de ser enviada a una prisión más relajada.
Ella admitió haber proporcionado equipo para la bomba y dijo que Rothstein fue el cerebro detrás del complot.
También dijo que Wells estaba directamente involucrado en el plan.
Ella, Rothstein y varios otros fueron acusados ??de numerosos delitos, pero no de asesinato, ya que Wells había sido cómplice de su propia muerte, a pesar de que su familia siempre ha negado que haya tenido algo que ver con el complot.
La historia completa se puede ver en la serie documental de cuatro partes de Netflix Evil Genius: La verdadera historia del atraco bancario más diabólico de Estados Unidos, que se está transmitiendo ahora.