La británica Millie Taplin, de Essex, acudió a un club nocturno para celebrar su 18 cumpleaños. Lejos de ser una jornada festiva, pudo acabar en tragedia. Pocas horas después estaba postrada en una cama, agarrotada, como si estuviera poseída. Millie aceptó beber de la copa que le ofreció un desconocido. Le pareció muy fuerte y desagradable, por lo que no siguió bebiendo.
Por La Razón
Sin embargo, era solo el comienzo de una noche de pesadilla. Comenzó a encontrarse cada vez peor, sabía que no estaba borracha y que la habían drogado, su cuerpo se agarrotaba, comenzaba a ver borroso, no podía caminar… acabó en el suelo. Sus amigos avisaron a su hermana y fue trasladada de urgencia al hospital. A primera vista parecía que le habían dado un cóctel de dos fármacos: uno para paralizarla y otro para noquearla, según indicaron los médicos a la familia.
Fueron cuatro hora de verdadera angustia, la pequeña Millie estaba encerrada en un cuerpo que no controlaba, rígido como el cemento.
Su madre, Claire no se separó de ella ni un momento y tuvo el arrojo de grabar lo que estaba sucediendo para alertar a otros padres y jóvenes de lo que ocurre cuando confían en alguien que no conocen y aceptan una bebida gratis. Claire decidió publicar el vídeo, de una gran dureza, estremecedor pero muy ilustrativo de una realidad existente. Una manera de concienciar de cómo actúan los depredadores sexuales.
https://twitter.com/CrimeLdn/status/1422313267259662339?s=20
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