Los satélites de la Nasa evidenciaron la inmensa extensión del Parque Nacional Canaima, en especial la grandeza de sus tepuyes, pero también demostró hasta dónde ha desnudado la deforestación impulsada por el chavismo nuestro más grande pulmón vegetal.
Según recordó la Nasa en su página web, “el Parque Nacional Canaima ha inspirado muchos libros y películas. Después de crear el personaje de Sherlock Holmes, Sir Arthur Conan Doyle escribió El mundo perdido, donde describe el ascenso aventurero de una meseta en la cuenca del Amazonas similar a las que se encuentran en Canaima. En la película Up, el personaje principal viaja en globo para cumplir el sueño de vivir en un parque que tiene un parecido sorprendente con Canaima. Aunque ficticias, ambas historias capturan el auténtico encanto de esta región”.
Además, el centro de estudio espacial norteamericano explicó que “el Espectrorradiómetro de imágenes de media resolución (MODIS, por sus siglas en inglés) del satélite Terra de la NASA capturó la imagen del parque que se ve más arriba el 25 de febrero de 2019. Canaima se extiende por más de 30.000 kilómetros cuadrados (12.000 millas cuadradas), lo que lo convierte en uno de los parques más grandes de Venezuela”.
Asimismo, la Nasa puntualizó que “los tepuyes son algunas de las formaciones geológicas más antiguas de América del Sur. Las montañas de cima plana son restos de una meseta de arenisca que alguna vez fue continua y que cubría una roca de granito de 1.700 millones de años de antigüedad. Las capas de arena se comprimieron y cementaron juntas para formar arenisca y rocas quarzíticas de miles de metros de espesor. Después de un levantamiento tectónico hace 180 millones de años, la meseta de arenisca se rompió por la erosión, generando cimas de montañas aisladas”.
Sin embargo, una de las imágenes satelitales demostró que el sureste de Canaima, cerca del Macizo de Chimantá, ha sido atacado por la deforestación, consecuencia inevitable de la minería ilegal a cielo abierto, una actividad patrocinada por el régimen chavista de Nicolás Maduro, culpable del desplazamiento de indígenas autóctonos y del agravio contra el ecosistema en favor de unos pocos.
Se estima que casi un tercio de los 30.000 kilómetros cuadrados que comprende dicho parque han sido afectados por la ambición.