La Cuadra de Bolívar es uno de los monumentos históricos de Venezuela menos visibilizados y un lugar poco conocido por las mayorías. Llegan a confundirla con la calle del casco histórico de Caracas que da paso a la casa natal del Libertador Simón Bolívar.
Por Orlando Rangel Y / actualidad.rt.com
Se trata de un lugar ubicado en una de las zonas más agitadas de la capital venezolana, que hace más de dos siglos sirvió como espacio para debatir y proyectar la independencia del país, que este lunes 5 de julio cumple 210 años de su declaratoria.
La Cuadra de Bolívar fue declarada Monumento Histórico Nacional de Venezuela el 20 de abril de 1959. Actualmente se encuentra en la parroquia Santa Teresa del Distrito Capital, en la avenida Oeste 18 con Sur 2, entre las esquinas de Piedras a Bárcenas.
Yma Sumak Carhuarupay, directora de Museos Bolivarianos de la Fundación Centro Nacional de Estudios Históricos de Venezuela, relató —en entrevista con RT— que en la Cuadra de Bolívar fue donde, por primera vez, Simón Bolívar y su hermano, Juan Vicente, hablaron formalmente sobre un plan que permitiera acabar con el yugo del entonces Imperio Español y darle la libertad a la entonces Capitanía General de Venezuela.
“Este espacio fue el escenario de importantes sucesos en nuestra historia. En 1808 se dio en esta casa la llamada ‘Conjura de los mantuanos’, integrada por representantes del poder económico y social criollo, residenciados en Caracas, y quienes construyeron un movimiento con el objetivo de constituir una Junta de Gobierno que rigiese los destinos de la Capitanía General de Venezuela. Allí se gestaron los proyectos y la organización social y política, que desembocó en el 19 de abril de 1810”, día en que se proclamó el inicio del proceso independentista.
Precisamente fueron estas reuniones las que le dieron valor histórico a la Cuadra de Bolívar, un inmueble que sirvió de morada de los movimientos insurreccionales que al tiempo lograron decretar la libertad que en ese lugar habían soñado.
Un rincón familiar
Carhuarupay relata que fue la madre de Bolívar, María Concepción Palacios, quien decidió construir esta propiedad en 1785, un lugar que ella visualizó como un espacio para el disfrute y la recreación de sus hijos: Juan Vicente, María Antonia, Juana y Simón; y que también sirvió como centro de estudios del Libertador junto a uno de sus más queridos maestros, Andrés Bello.
“Allí transcurrió la infancia de Simón y parte de su juventud. La Cuadra Bolívar fue la casa de campo de la familia, sus dimensiones abarcaban toda la manzana, poseía árboles frutales, hermosos patios de luz y de secado, habitaciones, salas, comedor, cocina y caballerizas. Estos espacios están cargados de identidad, escenario forjador de luchas, sus usuarios, su comunidad, logran transportarse a su paso a las aspiraciones soberanas de libertad que Bolívar nos ha legado”, explica Carhuarupay.
En 1792, tras la muerte de su madre, Bolívar heredó la propiedad y vio en ella detalles únicos que la hacían pasar desapercibida, como sucede en la actualidad. El principal elemento era que estaba apartada del centro de Caracas. Cuando Simón y Juan Vicente decidieron formar parte del movimiento independentista, pusieron a disposición este espacio como centro de discusiones necesarias para el proyecto.
De la conspiración independentista a la bulliciosa Caracas
Más de dos siglos después, esa casa de la familia Bolívar sigue en el mismo lugar, escondida en plena capital venezolana, entre miles de residentes que día tras día pasan por su frente y calles adyacentes.
Aún se encuentra —dice Carhuarupay— “entre el concreto, el cemento y el asfalto de la bulliciosa Caracas” y sigue siendo parte de “la ciudad que guarda su memoria con un celo infranqueable, para darnos cuenta de un pasado heroico que aún deja muchas misiones por cumplir”.
Así como muchos aún ignoran la existencia de este fascinante lugar, otros transeúntes quedan sorprendidos al verlo. “Logran extasiarse con este vestigio de nuestra memoria histórica y se conectan con la esencia independentista y soberana de nuestro pueblo”, dice Carhuarupay.
Ella considera que la existencia de estos espacios patrimoniales son fundamentales y necesarios en la Venezuela del siglo XXI, sobre todo porque son “una especie de fuente de poder que nos brinda energía y voluntad en la defensa de nuestra independencia y soberanía”.
“Transitar por Caracas es normalmente rutinario, apresurado y congestionado, y llegar a la reflexión, por medio del patrimonio, es una necesidad para cultivar el alma y el espíritu, así convergen nuestra memoria histórica y nuestra actualidad inmediata”.
Referencias tangibles para el futuro
La Cuadra de Bolívar, al igual que otros espacios patrimoniales en Venezuela, son referencias tangibles del pasado que sirven para seguir y guiar el futuro soberano del país, añade la directora de Museos Bolivarianos.
“Son testigos de nuestro pasado, nos guían en el camino a seguir, resguardan nuestra identidad y nos mantienen alertas en el proyecto de país que estamos construyendo”.
El 26 de septiembre de 2006, el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, firmó el decreto 4.847 que ordenaba incorporar la Cuadra de Bolívar junto a la Casa Natal, la Casa Histórica de San Mateo e Ingenio Bolívar y el Museo Bolivariano a la Fundación Museos Nacionales.
Ese mismo decreto insta a preservar, conservar, resguardar, mantener, reparar, promocionar, exhibir y divulgar “los sitios históricos que constituyen bienes de interés cultural que integran el Patrimonio Cultural de la República”.