Un árbitro español, Jesús Gil Manzano, resalta en la lista con más de 60 elegidos por los organizadores de la Copa América para conducir los 28 partidos que se jugarán en Brasil desde el 13 de junio.
“Por primera vez” se han citado colegiados europeos para el torneo de selecciones más antiguo del mundo “gracias a un acuerdo de cooperación entre la Conmebol y la UEFA”, explicaron los promotores de la competición.
La principal novedad será la presencia del español Gil Manzano, quien tendrá como asistentes en las bandas a sus compatriotas Diego Barbero Sevilla y Ángel Nevado Rodríguez, desde el VAR a Ricardo De Burgos y José Luis Munuera Montero.
Manzano es árbitro FIFA desde 2014, cuando se convirtió en el colegiado internacional español más joven de la historia con apenas 29 años.
El resto de los árbitros de campo elegidos para dirigir los 28 partidos de la Copa América son los argentinos Néstor Pitana y Patricio Loustau; el boliviano Gery Vargas; los brasileños Wilton Sampaio y Raphael Claus; el chileno Roberto Tobar; los colombianos Wilmar Roldán y Andrés Rojas; el ecuatoriano Guillermo Guerrero; el paraguayo Eber Aquino; el peruano Víctor Hugo Carrillo; el uruguayo Esteban Ostojich; y el venezolano Alexis Herrera.
Además de esos 14 árbitros centrales, la convocatoria la completan 22 árbitros asistentes, 16 árbitros VAR, más otros 4 árbitros y 10 asistentes de soporte.
El torneo se jugará en las ciudades de Brasilia, Cuiabá, Goiania y Río de Janeiro, aunque se desconocen las fechas y los estadios de los partidos a menos de dos semanas para la jornada inaugural.
La celebración de esta Copa América viene envuelta en una enorme polémica después de que las dos sedes originales desistieran de la misma: Colombia, por las violentas protestas en su territorio, y Argentina, por la situación crítica de sus hospitales como consecuencia de la pandemia del coronavirus, similar a la de Brasil.
La Conmebol anunció finalmente a Brasil como la nueva y única sede y agradeció en concreto al presidente del país, Jair Bolsonaro, quien niega la gravedad de la covid-19 y dio su visto bueno a acoger el certamen, lo que provocó una ola de críticas por parte de sectores políticos y sanitarios.
EFE