Un mes después del fallecimiento de su marido, la reina Isabel II sigue recuperando poco a poco su agenda normal de trabajo para demostrar que, aunque triste, su trabajo al servicio del pueblo británico sigue estando por encima de cualquier asunto personal. Eso sí, todavía de manera telemática, ya que aunque su país ya ha entrado en una fase de desescalada hacia la nueva normalidad, la monarca sigue aislada en Windsor hasta que la emergencia sanitaria le permita instalarse de nuevo de manera definitiva en Buckingham.
Por Vanity Fair
Y precisamente eso, hablar de emergencias y de salvar vidas, ha sido lo que ha llevado a la reina a ponerse hoy delante del ordenador para charlar con la Royal Live Saving Society. Una organización que trabaja en los 30 países de la Commonwealth para evitar muertes por ahogamiento en entornos acuáticos y que, según ha revelado, fue la primera institución que le impuso una medalla cuando ella solo tenía 14 años. El primer reconocimiento de los miles que acumula a sus 95 años.
Sucedió en 1941. Por aquel entonces, Isabel y su hermana Margarita, solo eran dos adolescentes que todavía estaban asimilando su nueva vida como princesas después de que su padre se hubiera convertido en rey de Inglaterra tras la inesperada abdicación de su tío, Eduardo VIII, que renunció al trono por amor.
Algo que obligaba por completo a replantear la educación de Margarita pero sobre todo de Isabel, que debía prepararse lo mejor posible para su futuro como heredera de la corona. Un plan que incluía, entre otras actividades, tomar clases de natación. Porque no hay habilidad que sobre en una reina.
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