La Fiscalía de Bulgaria anunció este miércoles que estableció un vínculo entre cuatro explosiones ocurridas entre 2011 y 2020 en depósitos de municiones y la estadía de seis ciudadanos rusos, con el supuesto objetivo de impedir entregas a Ucrania y Georgia.
“Las pruebas muy fiables de las que disponemos llevan a la conclusión de que el objetivo era detener las entregas” a esos dos países, declaró la portavoz de la Fiscalía, Siyka Mileva, en una conferencia de prensa en Sofía.
Las cuatro explosiones, hasta la fecha inexplicables, no causaron víctimas. Las detonaciones se hicieron a distancia con un modus operandi “similar”, señaló.
Explicó que todos esos depósitos eran utilizados por la compañía Emco del comerciante de armas búlgaro Emilian Gebrev, víctima en abril de 2015 de un intento de envenenamiento con su hijo y uno de los responsables de su empresa.
También se refirió a “sospechas muy fundadas” de que esos diferentes hechos podían estar relacionados, así como “los graves crímenes perpetrados en territorio de otros países”, en alusión a la explosión en un depósito de armas checo en 2014 y al intento de envenenamiento del exagente doble Serguéi Skripal en el Reino Unido en el 2018.
“Estamos cooperando con la República Checa para tratar de determinar la existencia” de una vinculación rusa, agregó Mileva.
Praga acusó la semana pasada a los servicios secretos rusos de orquestar una explosión mortal en territorio checo en 2014, lo que provocó una serie de expulsiones recíprocas de diplomáticos.
El Ministerio búlgaro de Asuntos Exteriores convocó a la embajadora de Rusia a un encuentro el jueves. Moscú rechaza las acusaciones.
La justicia búlgara anunció en enero que había emitido un mandato de arresto europeo contra tres nacionales rusos acusados de intentar envenenar a Gebrev, pero no los identificó.
AFP