La ribera del Río Arauca, frontera entre Colombia y Venezuela se ha convertido en el testigo del éxodo de los venezolanos que cruzan por trochas y a través de canoas para resguardarse de las amenazas latentes. Jair Díaz
Desde hace más de un mes, este albergue ubicado en la zona fronteriza de Arauquita, Colombia, acoge a más de 6.000 migrantes venezolanos de todas las edades.
Por Jair Díaz | Voz de América
Estos refugios se han convertido en un lugar de seguridad y esperanza. Muchos de ellos han encontrado modos de servir a la comunidad, e incluso salir a buscar el sustento propio y de sus familias. Estas imágenes muestran cómo es un día común para ellos en el refugio Los Riveros.
Este pescador trabaja en una red artesanal para salir a buscar un ingreso que le ayude con los gastos de su familia. Jair Díaz
Las familias venezolanas se reúnen nuevamente en los albergues de lado colombiano, tras verse separadas por los enfrentamientos de la Guardia Bolivariana y disidentes de las FARC. Muchos de ellos llevaban días incomunicados. Jair Díaz
En cocinas improvisadas, con precarias condiciones de salubridad, los refugiados venezolanos preparan sus alimentos. En algunos albergues se debe cocinar hasta para unas 500 personas. Jair Díaz
Los juegos de mesa son el pasatiempo para grandes y chicos en los albergues. Jair Díaz
Desde hace más de un mes, este ha sido el hogar temporal de más de 6.000 migrantes venezolanos que se encuentran refugiados en el municipio colombiano de Arauquita, en la frontera con Venezuela. Jair Díaz
Muchos de los migrantes se vieron obligados a escapar con lo poco que tenían a mano. Algunos de ellos decidieron llevarse a sus mascotas. Es común ver perros, gatos y aves en los refugios. Son sus compañeros inseparables. Jair Díaz
Muchas mujeres se encuentran solas con sus hijos en los albergues mientras sus parejas deciden quedarse del lado de La Victoria en Venezuela para cuidar sus pertenencias. Jair Díaz
Los albergues se han convertido en un lugar de seguridad y esperanza para estos migrantes, por lo que la demanda del servicio ha aumentado generando hacinamiento y sobrepoblación. Jair Díaz