Redescubriendo al Dr. José Gregorio Hernández, símbolo cultural que agrupa la identidad nacional en Venezuela

Redescubriendo al Dr. José Gregorio Hernández, símbolo cultural que agrupa la identidad nacional en Venezuela

Un obispo sostiene una foto de José Gregorio Hernández, cuando el Vaticano anunció el viernes su beatificación, después de una misa en Caracas, Venezuela, el 19 de junio de 2020. REUTERS / Manaure Quintero

 

El Doctor José Gregorio Hernández (JGH), científico, investigador, músico, docente universitario, humanista, filántropo, nacionalista, doctor de los pobres, cristiano ejemplar, activista social, defensor de los derechos humanos, Venerable laico, Siervo de Dios, Beato, hombre que cultivó la fe católica y sólidos principios morales como proyecto de vida, y que finalizó su transitar por el mundo debido a los avatares agridulces del destino.

Por Yahvé Álvarez / lapatilla.1eye.us

El Médico de los pobres, fue beatificado el 19 de junio del año 2020 por las autoridades científicas y teológicas de la ciudad santa del Vaticano.

En medio de esta realidad surgen las siguientes interrogantes: ¿Por qué con la figura del venerable (JGH) convergen de forma amigable y de la misma forma, creyentes y no creyentes de la fe católica a nivel local e internacional? ¿Por qué será que su imagen e historia han sido usadas como parte del folclor social, religiones sincréticas y figuras políticas del país en las culturas mágicas y religiosas en Venezuela? ¿Cuál será la causa que determinó su lento y tardío proceso de beatificación, cuando en el caso de otras figuras santas en la historia de Venezuela, fueron beatificadas y canonizadas de una forma más expedita y sin mayores tropiezos? ¿Cuáles fueron los pasos científicos y teológicos que se cumplieron para hacer posible su proceso de beatificación? ¿Quiénes participaron en el proceso de beatificación? ¿Cómo se recibió la noticia de la beatificación por parte del pueblo venezolano y por los creyentes fuera de Venezuela?

Pretendemos con toda modestia, heurística, hermenéutica y epistemología, descubrir la respuesta a estas dudas, consultando las fuentes primarias (fuentes vivas) y fuentes secundarias que protagonizaron y cristalizaron la beatificación de Dr. José Gregorio Hernández (JRH), en tiempos de pandemia o Covid-19, a nivel mundial.

Este trabajo de investigación periodística, y me imagino tener al frente de mi mesa de redacción al venerable JGH. En medio de mis cavilaciones escriturales, le pregunto en forma metafórica: ¿Por qué su estampa como oración está en todos los hospitales y centros de asistencia médica de Venezuela? ¿Por qué su iconografía religiosa inspira a católicos y ateos en todo el mundo?
Siento que las respuestas a estas dudas son parte de la construcción lógica de este intento de reportaje de investigación, como un acto de fe y de creatividad profesional.

BEATIFICAN AL MÉDICO DE LOS POBRES

El 19 de junio del 2020, quedará registrado en la historia venezolana, como el día que fue beatificado el Dr. José Gregorio Hernández, en medio de la pandemia mundial del Covid-19. Los connacionales del país, de no creencia católica y los cultivadores de la fe religiosa, conmemoraron esta noticia con alegría, devoción y un elevado sentido del nacionalismo venezolano; en este sentido el Cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de Caracas afirmó que: “El propio papa Francisco, en esta ocasión escribió una frase muy bella, sobre esta noticia, afirmando que ayudará en mucho a la renovación de la fe en Venezuela”.

Ante la interrogante sobre si el tema de la beatificación del venerable, ha sido excusa para politizar esta noticia, Porras respondió: “Es normal, en todos los tiempos de la historia, que los políticos y los comunicadores, que tienen responsabilidades, quieran montarse en aquello que más brilla; pero la gente es bastante sensata, y sabe donde esta la virtud y el gran parecer”. “Que esta buena nueva nos sirva para unirnos y encontrar los caminos de la superación de todos los males que tenemos en medio del júbilo nacional”. Así lo afirmó Monseñor Porras.

En relación con la beatificación, Porras informó durante rueda de prensa realizada en la iglesia de la parroquia El Rosal, que: “El deseo de la arquidiócesis nacional, es que cada iglesia tenga un altar dedicado al beato José Gregorio Hernández”.

Hoy es un día de Gracia para Venezuela”, aseguró el Cardenal Baltazar Porras al celebrar la autorización de la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández.

En este sentido, durante la misa oficiada en la Iglesia de Santa María ubicada en El Rosal, en Caracas, la máxima representación venezolana de la iglesia católica, exaltó que: “José Gregorio representa lo mejor de nosotros los venezolanos“. El cardenal invitó a los venezolanos a participar en una vigilia en el transcurso de los próximos dos días para celebrar la beatificación de José Gregorio Hernández, “y después, el paso a seguir es la exhumación de los restos del beato para trasladarlos a nuestro santuario donde reposarán”, aseguró Porras.

A manera de crónica, es importante destacar, que al momento del anuncio de la beatificación del venerable, en el interior de la iglesia de La Candelaria, de Caracas, se oían cantos y campanadas, mientras que afuera en la plaza, la muchedumbre reunida, a pesar del confinamiento, celebraba con orgullo patrio la beatificación del popular venerable. Personas rezando de rodillas, otros parados ante la reja de la sede religiosa, se hacían notar. Se postraban ante la imagen del beato desplegada en la puerta de la iglesia, comentaban sobre su historia, la gran cantidad de favores alcanzados por su intercesión, entretanto se alegraban y felicitaban por este nuevo escalón en la historia post mortem de José Gregorio.

Es significativo acotar, que pasaron 71 años para que pudiera verse la beatificación del venerable, el primer beato laico del país, dato curioso porque para el resto de las tres beatas de Venezuela (madre María de San José, madre Candelaria de San José y madre Carmen Rendiles) el proceso fue más rápido y menos complejo. La historia se encargará de aclarar esta circunstancia en un futuro inmediato.

El doctor José Gregorio Hernández fue un médico venezolano nacido en 1864. En vida fue más reconocido por su labor científica y filantrópica que por sus actos milagrosos. Falleció en 1919. EFE

 

EL VENERABLE APARECE EN LA CIUDAD DE CARACAS EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Ya decretada la pandemia en Venezuela, la imagen del beato Dr. José Gregorio Hernández, se aparecerá de sorpresa en las calles del país con el propósito de verificar y exhortar al pueblo a cumplir con las medidas de prevención de bioseguridad, tales como el uso del tapaboca, cumplir con la higiene y el distanciamiento social, para cortar la propagación de la Covid-19 en el país.

Al respecto, se crea una representación teatral, producto de la iniciativa del gobierno nacional en la lucha contra el coronavirus. Un actor reconstruye de forma viva, la presencia del venerable en las calles de Caracas, recordando a sus habitantes la importancia de respetar las normas de bioseguridad para así evitar y prevenir la expansión del virus.
Dicha iniciativa surgió de un proyecto promovido por las autoridades del Instituto de las Artes Escénicas y Musicales en conjunto con la Compañía Nacional de Danza (CND).

Entre tanto el productor artístico, Ronny Istúriz, manifestó que el Siervo de Dios comenzó a recorrer la ciudad y estableció el contacto con las personas, además acotó que se realizará un registro audiovisual que posteriormente será publicado en los medios de comunicación.
“El Dr. José Gregorio Hernández, como personaje histórico, trae consigo la experiencia de haber vivido la gripe española y la atención directa a los enfermos” refiere una publicación en el portal Alba Ciudad.

Por su parte, el actor que personifica al beato, Jesús García, agradeció la oportunidad recibida al ser escogido para formar parte del proyecto, “ver la reacción de amor de la gente es muy emocionante, me pedían con lágrimas en los ojos que erradicara la pandemia”.

un mural con la imagen de José Gregorio Hernández, en Isnotú (Venezuela). “Gracias por el favor concedido”, se lee, más de 10.000 veces en el santuario de Isnotú -población situada en el oeste de Venezuela-, donde nació José Gregorio Hernández, un lugar que rebosa de fe por este médico decimonónico que este año se convertirá en el primer beato del país. EFE/ Hector Pereira

 

Dra. SILVIA CORREALE LA PRIMERA POSTULADORA DE LA CAUSA DEL VENERABLE OPINA SOBRE LA NOTICIA DE LA BEATIFICACIÓN

La postuladora de la causa de la beatificación de José Gregorio Hernández, doctora Silvia Correale, explicó ante los medios de comunicación que “hay que preparar la ceremonia de beatificación, que se llevará a cabo en Caracas, y que debe ser coordinada de manera conjunta con el Vaticano. El papa nombra un representante para eso”, detalló Correale.

Cualquier gracia importante (como una enfermedad que se cura sin explicaciones científicas) puede ser tomada en cuenta por el Vaticano para la próxima canonización, destacó. Correale.

“La beatificación ha sido fruto de la oración de tanta gente devota, así como de sacerdotes y obispos” (…) “Su camino a los altares no se detiene. Cualquier gracia importante atribuible a José Gregorio Hernández, debe ser comunicada al cardenal Baltazar Porras, porque puede ser el medio para la canonización”, subrayó Correale.

“El Venerable”, como es conocido por los feligreses, no puede aún considerarse santo, ya que ahora falta la canonización. Es el tercer paso en el camino de convertirse oficialmente en santo. El primero es Siervo de Dios; el segundo, Venerable, el tercero Beato y el cuarto, Santo.

El beato se puede venerar públicamente, el santo es una figura que entra en la fiesta litúrgica como parte del elenco de los santos a nivel mundial para los feligreses de la iglesia católica.

Para que una persona pueda ser considerada beata la Congregación para las Causas de los Santos, que es la encargada de realizar el nombramiento, debe confirmar que el fallecido estaba apegado a los valores cristianos y que los vivió de forma heroica; o si el feligrés sufrió martirio a razón de su fe. Esto lo enmarcará en los fieles que, se cree, ya gozan del paraíso por sus acciones en la tierra.
Por su parte, la santidad se lleva a cabo a través de una declaración papal, en la cual se reconoce el poder de la persona de interceder ante Dios para el cumplimiento de las peticiones de los creyentes. Se precisan dos milagros para que el Vaticano declare a un beato como santo.

En este caso, la Santa Sede autoriza rendir culto público y universal a este fallecido. Incluso se le asigna una fiesta litúrgica y su imagen es colocada en las diferentes iglesias.

Posterior a la beatificación de la madre María de San José (1875-1967) por el papa Juan Pablo II en 1995, también contamos con la madre Candelaria de San José (1863-1940) beatificada por el papa Benedicto XVI en 2008, y luego con la igualmente madre Carmen Rendiles (1903-1977), beatificada por el papa Francisco en 2018. Ahora, el 19 de junio del 2020, le tocó el turno al primer beato de Venezuela, el galeno trujillano José Gregorio Hernández (1864-1919) primer hombre laico, beatificado por el papa Francisco en audiencia presentada por el cardenal Angelo Becciu.

En este mismo sentido, es importante destacar que a través de un comunicado de la Cancillería venezolana, el gobierno de Nicolás Maduro manifestó su júbilo por la aprobación de la beatificación de José Gregorio Hernández.

En el texto expresa su agradecimiento al papa Francisco, a la Congregación para la Causa de los Santos y al nuncio apostólico en Venezuela, Aldo Giordano, por su apoyo al proceso de beatificación del Médico de los pobres.

El gobierno de Maduro manifestó su disposición a seguir colaborando con las autoridades de la iglesia católica bajo un “clima de respeto y cordialidad”, todo esto para hacer posible los pasos que siguen en la santificación del beato. Sobre esta misma realidad es importante destacar que el Ejecutivo Nacional sostiene operativa la “Misión José Gregorio Hernández”.

AME2013. CARACAS (VENEZUELA), 23/04/2021.- Fotografía que muestra varios artículos relacionados al Doctor José Gregorio Hernández, el 16 de abril de 2021, en Caracas (Venezuela). Después de más de un siglo de veneración, el venezolano José Gregorio Hernández, un médico que combinó sus conocimientos científicos y su profunda vocación religiosa durante sus 54 años de vida, se convertirá en una semana en el primer beato del país en medio de una reducida ceremonia debido a la pandemia. EFE/ Miguel Gutiérrez

 

LA NOTICA DE LA BEATIFICACIÓN Y PRÓXIMA CANONIZACIÓN DEL VENERABLE

“La beatificación y consiguiente canonización del Dr. José Gregorio Hernández, médico de los pobres y cristiano ejemplar, es una alegría que el pueblo venezolano recibe con devoción y fe católica; el Siervo de Dios es ahora parte de nuestra cultura nacional”, así lo afirmó el obispo auxiliar de Caracas y vice postular de la causa de beatificación del venerable Doctor José Gregorio, monseñor Tulio Ramírez Padilla.

Nuestras plegarias son por la gracia de un gran milagro social para Venezuela, hacer posible el entendimiento entre todos los venezolanos a través del vínculo de la paz”, así lo apostilló monseñor Ramírez.

Desde la dimensión teórica del catolicismo clásico, se puede entender el concepto de beatificación, como el logro de una persona que pueda ser venerada con culto, previa aprobación de las autoridades eclesiásticas, mientras que la canonización es la declaración solemne de santidad de un siervo de Dios ya beatificado y la santidad es el respeto al santo y veneración en el marco de las prácticas religiosas.

“La beatificación, así como la canonización, son regalos del Espíritu Santo para los fieles cristianos devotos, en la iglesia universal. Cada uno de los pasos es un acto formal, mediante el cual el papa hace uso de sus facultades legislativas para reconocer los méritos de la persona propuesta. Después de un proceso de estudio y verificación de sus virtudes y del o los milagros comprobables, se llega al último nivel en la escala, la canonización es un acto formal con el cual se reconoce el título de santo”, así lo argumentó monseñor Ramírez.

El caso de la beatificación del venerable, pasó por el estudio y la positiva aprobación del milagro, científicamente no comprobado, de la niña venezolana Yaxury Solórzano Ortega, quien a los 10 años recibió un disparo en el área encefálica en el caserío Mangas Coveras en el estado Guárico y que sobrevivió de forma milagrosa.

Es importante destacar que el Médico de los pobres tiene registrados un sinfín de testimonios de presuntos favores, gracias y milagros, pero el caso de la niña Yaxury Solórzano es el punto de arranque para la ahora probada beatificación del venerable.

Igualmente debemos destacar, que el protagonismo principal en el proceso de beatificación del Médico de los pobres, lo llevan sus feligreses, en este caso los venezolanos y no venezolanos que veneran la imagen del Dr. José Gregorio Hernández, pero en el plano de la gestiones administrativas, legales y canónicas, la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), juega un primer orden, mediante las diligencias realizadas ante las autoridades del Vaticano, todo esto liderado por el cardenal Baltazar Porras, como administrador apostólico.

En segundo lugar, la responsabilidad en los procesos administrativos recae en la institución del Vicariato de los Santos y en tercer lugar, la Arquidiócesis de Caracas, todo esto con el acompañamiento y apoyo del gobierno nacional de Venezuela.

Todos estos temas son debatidos y ampliados en profundidad en el chat de WhatsApp titulado “Jornada Nacional de Encuentro. Camina con JGH”, dirigido por monseñor Arzobispo de Caracas Tulio Ramírez.

Exhumación de los restos del Dr. José Gregorio Hernández | Foto El Nacional

 

EL MILAGRO EN YAXURY SOLÓRZANO

El 10 de marzo de 2017 ocurrió el incidente, la herida de bala en la cabeza de la niña Yaxury Solórzano. Según el parte médico la niña sufrió “una marcada pérdida de masa encefálica, de sangre y huesos” (…) “En caso de sobrevivir, quedaría con discapacidad motriz, lingüística, pérdida de memoria y de la visión.

Sin explicación, fue dada de alta y salió del hospital completamente sana a los 20 días, caminando y hablando con normalidad”.

Al término de los sucesos narrados, pasaron varios meses de intenso trabajo por parte del tribunal eclesiástico creado en la diócesis de San Fernando, estado Apure, cuyos resultados fueron avalados el 18 de diciembre de 2018, con la finalidad de elevar el caso de posible beatificación del venerable en la ciudad del Vaticano.

El 27 de abril del 2019, la comisión médica investigadora y la comisión teológica del Vaticano, “aprobaron por unanimidad” las evidencias presentadas para el estudio del milagro, todo esto con los buenos oficios de la Doctora Silvia Correale residente en la ciudad de Roma y postuladora principal de la beatificación ante la plenaria de obispos y cardenales del Vaticano.

Es importante destacar que la Dra. Silvia Correale, abogado italo-argentina, es la postuladora principal de la causa de los santos en favor de la canonización. Esta dama, según las autoridades eclesiásticas en Venezuela, y en palabras de monseñor Ramírez: “refleja las competencias canónicas, porque está inscrita en el colegio de postulaciones con residencia en la ciudad de Roma, además su competencia profesional es reconocida por la causa de los santos en el Vaticano, ha hecho posible la santidad de personajes históricos en Colombia, Guatemala y Argentina”.

Es significativo señalar que en este caso, los gastos administrativos en los procesos de beatificación corren por cuenta de la Conferencia Episcopal venezolana.

El 2 de octubre del 2019, el papa Francisco pidió públicamente celeridad a la postuladora de la causa de beatificación y canonización del Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, la abogada Correale, el santo papa le expresó: “¡Apúrense, apúrense!”, en el marco de una audiencia papal en el Vaticano.

Es curioso resaltar que debido al confinamiento de la pandemia o covid-19 que experimenta el mundo y nuestro país en particular, los testimonios verificados para este reportaje, fueron contactados vía telefónica, realizados a distancia digital; todo el arqueo documental biblio-hemerográfico que requiere la construcción de este trabajo se realizó bajo el respeto disciplinado del confinamiento social, producto de la pandemia mundial, todo esto debidamente abalado por la rigurosidad metodológica que implica realizar un ejercicio heurístico, hermenéutico y mayéutica documental de una investigación de este estilo.

Desde una postura laica es puntual afirmar que se adoptaron los códigos del ejercicio escritural canónicos, con todo lo que implica asumir la disciplina comunicacional de la doctrina de fe católica para poder redactar de forma informativa y de corte periodístico este modesto trabajo de investigación.

Confieso que desde mi condición cristiana poco practicante y no católica, investigar y escribir sobre la vida y obra del Dr. José Gregorio Hernández, fue toda una aventura, todo esto para intentar explicar en códigos periodísticos, los procesos de beatificación y canonización que exige el Vaticano para llevar a los altares a un hombre de ciencias que se inmortalizó en la historia local e universal, producto de su devoción y de la práctica de sus convicciones sobre el espíritu humano, tanto para creyentes como para no creyentes. El venerable, hoy beato, médico de los pobres, es parte de la cultura nacional venezolana como una muestra más de nuestra diversidad historiográfica.

Dejo constancia personal, del redescubrimiento que ha generado el personaje del Dr. José Gregorio Hernández en mi modesta concepción de la fe católica; el Venerable, como objeto periodístico e historiográfico de estudio es un personaje curioso y fascinante. También dejo registrado que este intento de ejercicio desde el modesto oficio periodístico, nació como una nota de prensa en tiempos de coronavirus o covid-19, que después se transformó en un reportaje investigativo de corte historiográfico, aplicando las técnicas y metodologías de trabajo que implica hacer posible el periodismo para la web, con una publicación en formato PDF, con micro documental para TV y Radio, incluido en el siglo XXI, y finalizó siendo un acto de auto reflexión filosófica sobre la alegría de vivir con el orgullo de ser venezolano, reinterpretando a un personaje humilde y sencillo, pero insigne para la historia científica y cristiana de un país.

RECORRIDO POR LA BEATIFICACIÓN DEL MÉDICO DE LOS POBRES

“En este instante celebramos, la declaración de beato para el Dr. Hernández y la firma del decreto por parte de su santidad el papa Francisco”, aseveró monseñor Ramírez vice postulador de la causa.

El último recorrido de investigación por la beatificación del médico de los pobres se inició el viernes 18 de enero de 2019, cuando el cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de Caracas entregó a la Congregación para las Causas de los Santos en el Vaticano en la ciudad de Roma-Italia, la documentación necesaria para la apertura oficial de la revisión del caso sobre el Venerable, la cual se inició el jueves 31 de enero de 2019.

El milagro atribuido fue estudiado por una comisión médico-legal que lo aprobó el 9 de enero de 2020; también fue estudiado por una comisión de teólogos y por unanimidad con fecha 27 de abril del presente año dio la aprobación requerida; en este sentido, monseñor Ramírez aseveró que: “Estamos felices por el cumplimiento de todos los pasos para la postulación ante las autoridades en la ciudad del Vaticano en Roma”.

Como dato histórico es preciso señalar, que mientras estaban en curso las investigaciones para la posible beatificación del Venerable, ningún familiar de la niña Yaxury Solórzano, milagro estudiado por las autoridades del Vaticano, podía declarar a los medios públicos. Las autoridades canónicas sugieren un silencio ponderado y prudencial.

Sobre los avances y aprobación en el estudio de la beatificación, monseñor Tulio Ramírez subrayó que: tal como lo señalara el Cardenal Baltazar Porras, “el día 9 de enero, la comisión médica compuesta por siete (7) médicos de alto nivel, reunida en el Vaticano, aprobó por unanimidad la presentación de este milagro, para cumplir con los pasos esenciales en el proceso de beatificación, ya ahora celebramos la beatificación del Venerable”, destacó Ramírez.

Entretanto, “el 27 de abril, el señor cardenal Baltazar Porras, anunció que la comisión de teólogos suscribió por unanimidad, la invocación de aprobación, a través de los testimonios presentados por la señora Carmencita Solórzano, madre de la niña Yaxury Solórzano Ortega”, explicó monseñor Ramírez.

“Después de presentar el tema de la invocación del milagro, estas dos comisiones, tanto la médica como la teológica, solicitan a la comisión de cardenales el posible estudio para el paso final de la beatificación”, agregó Ramírez.

El cardenal Baltazar Porras anunció en un vídeo publicado el día 27 de abril de 2020, en la cuenta de Twitter de la Arquidiócesis de Caracas, que la Comisión Teológica del Vaticano aprobó el milagro del venerable doctor José Gregorio Hernández en la curación de la niña de 10 años de edad Yaxury Solórzano Ortega.

“Hemos recibido de Roma el veredicto de la Comisión de los siete teólogos nombrados por la Congregación para las Causas de los Santos, para examinar el presunto milagro de la niña Yaxury Solórzano y ha sido por unanimidad, en un expediente bien extenso, de más de 50 páginas” afirmó el cardenal Baltazar Porras desde su plataforma digital.

Al respecto, es significativo destacar que, ante la decisión de la santa sede, Nicolás Maduro, celebró el importante paso para la beatificación del denominado médico de los pobres, cuya travesía para ascender a los altares inició en 1949.

“Celebro con alegría que, luego de muchos años, el Vaticano apruebe uno de los tantos milagros del santo del pueblo humilde, el Dr. José Gregorio Hernández. Es, sin duda alguna, un paso importante para su beatificación que nos llena de júbilo a los venezolanos y a las venezolanas”, afirmó.

Sobre esta misma realidad, monseñor Ramírez aseveró que: “Realmente nos alegra el cumplimento de estos pasos para así lograr la beatificación tan esperada por todo el pueblo venezolano; y agregó que es justo reconocer la modesta participación del Dr. José Gregorio Hernández junto al Dr. Luis Razzetti, quienes hicieron posible el positivo combate contra la pasada pandemia de 1818, denominada la gripe española, crisis sanitaria que padeció el mundo entero y nuestro país para ese momento de nuestra historia”.

“En términos de cifras históricas, es importante destacar que desde el año 2006 hasta el presente 2020, se han registrado un total de 2.400 testimonios de presuntos milagros del venerable, todo esto sin contar las innumerables gracias alcanzadas por el venerable a través de su intersección ante Dios” puntualizó Ramírez.

VISIÓN HISTÓRICA SOBRE EL CRISTIANO EJEMPLAR DESDE EL SECRETARIADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE VENEZUELA (CEV)

El obispo José Trinidad Fernández, Secretario General de la Conferencia Episcopal en Venezuela (CEV), sobre el proceso de la beatificación del venerable, sosteniendo una larga, pero amena conversación telefónica afirmó que: “La causa del médico de los pobres ya ha sido aprobada por su santidad el papa Francisco”.

Sobre el caso del Dr. José Gregorio Hernández, gira un fenómeno interesante, y es que creyentes y no creyentes católicos cristianos, lo respetan y lo veneran por igual, esta figura de la historia venezolana es parte del gentilicio nacional, es seguida por la mayoría significativa de los venezolanos, así como también es reconocida su figura santa a escala mundial.

Con la investidura que representa la secretaría de la Conferencia Episcopal, monseñor Trinidad, en términos de reflexión biográfica en torno al venerable argumentó que: “Fue un hombre de Dios y de la ciencia que dedicó su vida con fe a lograr la salud del pueblo venezolano; un ciudadano a carta cabal que supo exponer el mejor ejemplo de desprendimiento por la causa de la salud y las creencias espirituales como parte de una filosofía de vida”.

En este mismo orden de ideas biográficas, el obispo Trinidad perfiló el siguiente testimonio: “Como los seres humanos justos, su ejemplo de hombre de fe es recordado por todos los venezolanos en tiempo de alegría y en tiempo de desesperanza, tanto en la geografía local como internacional. Su figura es invocada tanto en la alegría como en las tristezas, es parte de nuestra cotidianidad cultural”.

“Llevar al médico de los pobres a su beatificación, es un regocijo muy grande para todos los venezolanos en tiempos de desesperanza como es el caso de la pandemia que experimentamos actualmente”, asintió Trinidad.

Con relación a la devoción del pueblo venezolano en torno a la figura del venerable, el obispo Trinidad destacó que: “Los que siempre apostamos al amor a Dios y a la hermandad del prójimo, celebramos esta noticia, la tan esperada beatificación. Con la memoria del médico de los pobres, estamos llamados a cultivar la devoción por la fe y la ciencia de forma humana, sobre todo, en tiempos de crisis sanitaria local y mundial”.

Para finalizar esta parte del reportaje, Trinidad perfiló su siguiente conclusión: “todos los pasos realizados sobre la causa del médico de los pobres, son para hacer posible una mejor iglesia, que brota en el católico encuentro con el Señor, sobre todo, sosteniendo una actitud de servicio al prójimo, valorando la vida de los más vulnerables, manteniendo la buena disposición para servir a los más pobres”.

TESTIMONIO DESDE LA JEFATURA DE PRENSA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL SOBRE EL CASO DEL VENERABLE

Pedro Pablo Aguilar, Director de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) y también periodista de oficio, en torno al caso de la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández, puntualizó desde un contacto telefónico que: “Es la noticia más esperada por los venezolanos, creyentes y no creyentes, porque la figura del médico de los pobres está arraigada en el sentimiento nacional como un ícono que representa parte de nuestras tradiciones históricas, entre otras razones”.

Sobre la beatificación del Dr. Hernández, juega un papel protagónico el concepto de gracias, favores y milagros, para Pedro Aguilar, un milagro se puede comprender como: “un hecho irreversible, completo e inmediato, sin explicación de orden científico”.

Para el derecho canónico, un milagro debe ser un hecho demostrado en términos teológicos sin argumentos científicos; por esta razón, los millones de casos que giran en torno a la figura del médico de los pobres, conciben el estudio de su beatificación y próxima canonización.

“La Causa de la Congregación de los Santos, es la institución encargada de estudiar el expediente de la persona propuesta. Los procesos de beatificación y canonización pasan por la previa aprobación de esta institución. Es importante destacar que en estas instituciones trabajan médicos y especialistas no creyentes, con el fin de generar mayor credibilidad al estudio de los casos. Los milagros no deben tener explicación científica, el milagro es una intercesión de una persona, en este caso José Gregorio Hernández, porque el milagro lo hace Dios. Es importante subrayar que los laicos son protagonistas de la fe”, agregó Aguilar.

PASOS CLAVES PARA RECIBIR LA BEATIFICACIÓN Y CANONIZACIÓN DE JGH

El Excmo. Monseñor, Tulio Ramírez Padilla, obispo auxiliar de Caracas, y vice postulador de la causa, del venerable, sobre el tema de los pasos a cumplir para hacer efectiva la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández, explicó que: “La seña histórica del proceso de beatificación, se inicia con una Fase Pre jurídica en la cual se trata de probar una genuina y existente reputación de santidad, se puede promover la devoción privada, en el caso del Dr. José Gregorio Hernández, se inicia en el año 1945, con la publicación del libro, Homenaje al Dr. José Gregorio Hernández, de su sobrino Ernesto Hernández Briceño, quien preparó el inicio del proceso y envió la solicitud a Roma el 19 de marzo de 1948 con la aprobación de monseñor Lucas Briceño Castillo; la solicitud fue aceptada”.

Sobre este proceso, Ramírez explicó, a través de una nota de voz que: “El siguiente paso es la Fase informativa, su propósito es suministrar a la congregación, si el candidato merece un proceso formal. Desde esta fase el Dr. Hernández es denominado Siervo de Dios, después de una solicitud iniciada por monseñor Lucas Briceño Castillo, el 15 de junio de 1949. El día 12 de abril de 1964, se promulgó del decreto Súper Scriptus Servi Dei, que en su traducción significa, Sobre los Escritos del Siervo de Dios; el 4 de mayo de 1972, se emitió el decreto de introducción de la causa, y el 5 de enero 1973 el decreto de No Culto, Juicio de Ortodoxia; en este punto los escritos del candidato se envían a Roma donde se estudian y se rastrean enseñanzas heterodoxas, si no se encuentra ninguna, recibe de Roma el Nihl Obstat”.

De forma anecdótica nos sugirió “el juicio de ortodoxia, del Dr. José Gregorio Hernández, tuvo un elemento adicional, introducido por monseñor Nicolás Eugenio Navarro, el año 1961: el tribunal diocesano, que se constituyó para analizar las objeciones, consideró rebatirla por observaciones falsas e infundadas, el 2 de abril de 1964, la Sagrada Congregación de Ritos, no encontró objeciones, ni en los dicasterios de Roma (organismos especializados de la Curia Romana) ni en los escritos del Dr. José Gregorio Hernández, por lo que se emitió un decreto con la fórmula Nihl Obstare Quominus AD Ulteriora Procedatur, es decir, que no se encontraba ningún obstáculo”.

Seguidamente, mencionó “El examen del cadáver: en algunas ocasiones se exhuma el cadáver del candidato, únicamente para su identificación, por el obispo local; el 23 de octubre de 1975, los restos del Dr. Hernández fueron exhumados y trasladados a la iglesia parroquial de La Candelaria, habiendo sido previamente estudiados en la Universidad Central de Venezuela (UCV)”

Es importante destacar que los restos de Dr. José Gregorio Hernández, fueron trasladados desde el Cementerio General del Sur en Caracas, a la iglesia de la parroquia La Candelaria, debido – entre otras razones – a que los feligreses tienen repleto el panteón de la familia Hernández con placas alusivas a las gracias y milagros concedidos, y ya reflejaba un avanzado deterioro en ese panteón; además, también estaba latente la posibilidad de saqueo de la tumba por parte de los seguidores de otras creencias religiosas. También se asume como elemento anecdótico que en una oportunidad las velas y las ofrendas florales hicieron llamas, generando una escandalosa llamarada en el Cementerio General del Sur.

Retomando el tema de los procesos para la beatificación, Ramírez explicó: “La Fase Romana, consiste en asignar un postulador en Roma, quien junto a un promotor de la fe, estudian y aclaran objeciones a la documentación, se escoge la vía de la virtudes, o del martirio, y si todo sale bien se declara Venerable al Siervo de Dios, la causa se introduce el 4 de mayo 1972, el proceso apostólico fue realizado en Caracas, desde 1973 a 1976, en septiembre de 1985 fue aprobado el expediente sobe las virtudes heroicas para ser declarado Venerable, título que otorga la iglesia a quienes considera un modelo de vida cristiana digno de ser imitado, el 16 de enero de 1986, el papa Juan Pablo II, lo eleva, de Siervo de Dios a Venerable”.

Con respecto al último nivel, la canonización, según la metodología del Vaticano, es necesario cumplir con diez (10) pasos establecidos por el derecho canónico para hacer posible santo a una persona postulada ya sea laico o consagrado a la religión católica, esto se debe en gran medida a lo proclamado por el Concilio Vaticano II. Es importante destacar que para iniciar una causa de canonización es preciso que pasen al menos cinco (5) años desde el fallecimiento del candidato o postulado a santo.

Ahora bien, sobre el mismo tema del derecho canónico vinculado a los estudios de casos relacionados a un postulado a santo, vale la pena aclarar que las tres (3) virtudes teologales: 1. La Fe. 2. La Esperanza. Y 3. La Caridad, son categorías fundamentales para hacer efectivo el estudio del caso sobre la posible canonización de algún postulado, en el que juega un papel protagónico la presencia, en revisión de la vida sobre el postulado a santo, de las cuatro (4) virtudes cardinales, expuestas de alguna forma en el mismo derecho canónico como lo son: 1. Prudencia. 2. Justicia. 3. Templanza. Y 4. Fortaleza, virtudes ontológicas y deontológicas en el plano ético sustancial para estudiar el caso de una posible canonización.

En términos canónicos, la “Positio”, se somete al examen teológico con un posible resultado favorable, dando cumplimiento al riguroso procedimiento propuesto por su santidad el Papa, para firmar el decreto de la aprobación.

Sobre el tema de los milagros, monseñor Ramírez, consideró que: “debo decir como vice postulador de la causa, que en los años 1986 y el 2009, se enviaron a la Causa de la Congregación de los Santos, dos testimonios que no pasaron la evaluación de la santa sede. En el año 2015 se envió informalmente un testimonio a Roma, pero éste tampoco pasó esa primera revisión, sin embargo se siguen enviado testimonios para mantener viva la esperanza de encontrar uno que sea la señal que esperamos de Dios”.

No obstante, Ramírez afirmó que: “Se ha producido un “Cairos”, un momento de gracia: Dios es el autor de los milagros, ese momento se produce para dar testimonio de su amor y presencia en el mundo. En el año 2018, el cardenal Baltazar Porras, entrega junto a la postuladora, un presunto milagro con fecha del 10 de marzo del 2017, dicho expediente fue aceptado y verificado por los miembros de la Congregación para la Causa de los Santos”.

Para finalizar esta parte de la explicación pedagógica de los pasos a cumplir en el proceso de beatificación, Ramírez nos confiesa que: “ahora entramos en la Fase Súper Miro, el presunto milagro de la niña Yaxury Solórzano, que es aprobado y pasa en primer lugar por la comisión médica, quien verifica las características del presunto milagro, inexplicable por la ciencia médica, curación sin tratamiento médico, curación total e irreversible; después pasa por la Comisión Teológica, que verifica que la invocación a José Gregorio fue realizada de forma unívoca, por la madre de la niña; ahora estamos en espera del tercer momento, la plenaria de cardenales y obispos que valoran y comprueban la veracidad del proceso anterior, y por último pasará a lo más importante, que es la realización del decreto del papa Francisco en el cual se declare a José Gregorio beato de la iglesia”.

Ahora bien, los procesos de evaluación y aprobación de los milagros, por parte de la Congregación para la Causa de los Santos, pasa primero por la formulación de un decreto de aceptación y en ese momento comienza, la denominada fase “Súper Miro”, la cual está comprendida por la evaluación y aprobación de las siguientes comisiones: 1.Comisión médica. 2. Comisión teológica. 3. Plenaria de cardenales y obispos. Para finalizar con el 4. Decreto de Beatificación.

El Acto Solemne de la Beatificación, debe estar presidido por un Delegado Pontificio, en un acto a ser celebrado en el país o ciudad de origen del postulado ya decretado, como es el caso ya aprobado de la beatificación del Venerable.

Como nota de cierre en esta parte del texto, vale la pena aclarar que el proceso del Dr. José Gregorio se introdujo 30 años después de su muerte, de acuerdo a las normativas de la santa sede para el momento que se iniciaron las gestiones de beatificación. Para 1917 las normas de la Santa Sede decían que había que esperar 50 años después del fallecimiento del postulado, esto para evitar que la fama de santidad fuera un efecto de propaganda y no algo que brotara naturalmente de la gente que conoció al candidato; sin embargo, y progresivamente con el tiempo se fue reduciendo ese lapso con el fin de evitar que se perdieran las pruebas o murieran los testigos presenciales.

Es importante tomar en cuenta que es muy probable que el lapso para la introducción de una causa haya sufrido variaciones, porque mucha gente se pregunta: ¿por qué no se introdujo la Causa de José Gregorio con mayor prontitud?, y se puede pensar de forma injusta, que la Iglesia de ese tiempo fue descuidada; lo más probable es que haya sido porque las normas en esa fecha eran otras, y porque las comunicaciones en ese entonces eran mucho más lentas. El Dr. José Gregorio Hernández fue beatificado 71 años después de iniciar el proceso de investigación científica y teológica. También es importante referir que en el año 2020 el Venerable cumplía 101 años de su desaparición física.

¿QUÉ PUEDE SER UN FAVOR EN EL MARCO DE UNA GRACIA DIVINA Y UN PRESUNTO MILAGRO PARA LA IGLESIA CATÓLICA? CATEGORÍAS BÁSICAS PARA LA BEATIFICACIÓN.

“En el proceso de beatificación del Dr. José Gregorio Hernández, las categorías de gracia y milagros juegan un papel protagónico”, así lo confirma monseñor, Tulio Ramírez Padilla, obispo auxiliar de Caracas, y vice postulador de la casusa, del venerable.

Con el apoyo documental de las sagradas escrituras, podemos precisar que un favor santo, se enmarca en el concepto de gracia divina, que no es igual que un milagro, pero son categorías sustanciadas para estudiar el caso de una posible beatificación.

Es una categoría que subyace en el derecho canónico, y que tiene un peso protagónico en el proceso de beatificación de cualquier causa a estudiar por el Vaticano.

Para monseñor Ramírez, es importante subrayar que: “Podemos expresar que, para que hablemos de milagros tiene que haber las siguientes condiciones; inexplicable para la ciencia, no intervención médica, curación total e irreversible” (…) El milagro es una acción única y exclusiva atribuida a Dios nuestro Señor por la intercesión, en este caso por (JGH) en favor del beneficio de la curación de una persona a la que llamamos amilagrada, después de comprobar la realidad del hecho de la curación milagrosa por medio de un proceso de verificación que la Iglesia considera necesario. En este caso, cuando se atribuye el milagro a la intercesión de (JGH) se le lleva a un proceso ya aprobado de causa de beatificación”.

En términos católicos el favor agrupa los conceptos de gracia y milagro, donde la gracia se puede comprender como una acción externa en el recorrido histórico de un ser humano, que responde ante la intervención de Dios, teniendo como modelo de gracia a Jesucristo. Para el cumplimiento de una gracia según el entendimiento teológico cristiano, debe existir la libertad humana de invocar a Dios, esto para hacer posible un bien existencial.

Gracia divina o gracia santificante es la respuesta a un favor o don gratuito entregado por Dios. En las sagradas escrituras, como es el caso del Antiguo Testamento, podemos entender la gracia, como “actitud magnánima de benevolencia gratuita por parte de Dios que se concreta luego en los bienes y dones espirituales que el receptor de tal gracia obtiene”.

En el caso del Nuevo Testamento se puede comprender la gracia como la “Anunciación” cuando el ángel Gabriel en el instante de saludar a María “llena de gracia” hace posible la gratitud de lo concedido, en este caso la llegada divina de Jesús.

UNA LECTURA JESUITA SOBRE EL CONCEPTO DE LA GRACIA Y EL MILAGRO DESDE EL CASO DE JGH

Sobre el tema de la gracia, recogimos el testimonio del padre Numa Molina, sacerdote jesuita, ex párroco de la iglesia San Francisco de Caracas, y quien ahora ejerce el sacerdocio en la Ciudad Caribia, ubicado al norte de Caracas, además de ser Comunicador Social en pleno ejercicio de la profesión a través de Radio Nacional de Venezuela (RNV).

Molina comprende el concepto de la gracia como: “regalo o don, la gracia que Dios le entrega al santo para hacer posible el milagro, porque es Dios quien hace el milagro, los santos son intercesores ante Dios, y esa gracia es entregada para una persona que vivió el seguimiento de cristo”.

Debatiendo un poco sobre la interpretación teológica sobre la gracia, Molina aclara: “poco se habla del seguimiento de Cristo, a mí me gusta más comprenderlo desde la dimensión histórica, hombres que pasaron por la historia, procurando lo más parecido a Cristo, con sus debilidades y pecados, con sus falencias, pero procurando desde lo que somos parecernos a Cristo, a eso estamos llamados todos”

Sobre la figura del Dr. José Gregorio Hernández, el sacerdote Molina asienta que: “Para seguidores y no seguidores es un símbolo de identidad nacional, porque su vida estuvo insertada en el pueblo, es uno como el pueblo, que proviene de un pueblo perdido de los Andes, que tiene que esforzarse para llegar a ser alguien en la vida en un momento cuando estudiar en una universidad era muy difícil, él se viene, como decimos en criollo, a probar suerte a Caracas”.

“José Gregorio Hernández, no es un sacerdote ni es un hermano de una congregación; fue un laico, un médico que impartió clases en una Universidad y que trabajó en un Hospital, que vive al igual que muchos ciudadanos que tienen que arreglárselas con los problemas de casa y familia, como cualquier ciudadano” advirtió Molina.

En términos biográficos, el sacerdote jesuita, interpreta la vida del médico de los pobres a través de las siguientes ideas: “fue un profesional desde su oficio, que tenemos en los pueblos, esto hace que sea un símbolo nacional. Alguien que se hizo santo como laico, en medio del pueblo, sirviéndole a ese pueblo pobre. La gente lo ve cercano porque lo ve como uno de los nuestros, éste no pertenece a la institución eclesial, es uno de pantalón y camisa, es un médico que además decidió ocuparse como cristiano a vivir el seguimiento de Cristo ayudando a los pobres”.

Para finalizar este capítulo del reportaje, Molina concluye abogando el siguiente criterio: “Las cosas no ocurren cuando uno quiere, sino cuando Dios quiere, y precisamente es este momento el más apropiado para celebrar con alegría la beatificación de José Gregorio Hernández, como un bálsamo para el pueblo venezolano, como una gota de agua fresca en el desierto, porque en el momento que vivimos de pandemia, bloqueo, asedio de países vecinos… en medio de todo esto aparece una buena noticia, es decir, Dios no abandona a su pueblo y lo importante es que tengamos una gran fe como la tuvo José Gregorio Hernández, que todos los problemas tienen solución”.

BUSTAMANTE Y HERNÁDEZ: PARTIICULAR RELATO DE UNA AMISTAD TRUNCADA POR LOS AVATARES DE LA VIDA

El párroco de Nuestra Señora de La Candelaria, (donde reposan los restos del médico de los pobres) y vicario para la santidad en la ciudad de Caracas, el sacerdote Gerardino Barracchini, desde el ejercicio del evangelio, propone las siguientes reflexiones de orden historiográfico como mecanismo metodológico para precisar algunos detalles en torno a la vida del Venerable. En este orden de ideas señaló que: “El Dr. José Gregorio Hernández falleció el 29 de junio de 1919, arrollado por un vehículo en la esquina de Amadores en la Parroquia la Pastora en la ciudad de Caracas. Esto ocurrió curiosamente cuando el médico de los pobres se dirigía a llevarle una medicina a una paciente. Después de ser atropellado es trasladado al hospital Vargas donde lo atiende el Dr. Luis Razzetti y fallece a los pocos minutos”.

Según los relatos históricos, el Dr. José Gregorio Hernández, ofreció su vida por la paz del mundo, y el mismo año que falleció se firmó el tratado de “Versalles”, documento que sella el fin de la primera guerra mundial en los años 1914-1919.

El relato con referencias documentales e historiográficas del párroco de Nuestra Señora de La Candelaria, en la ciudad de Caracas, nos permite comprender un poco más sobre la vida del Venerable, sobre todo la particular relación, como cruce de vida, que se generó entre el médico de los pobres y el señor Fernando Bustamante.

Es curioso señalar que el fallecimiento del Venerable, fue específicamente por un golpe que recibió su cráneo contra la acera donde cayó después de ser atropellado por el vehículo; no fallece producto del arrollamiento sino por el golpe en el cráneo al caer al suelo, así lo reseña la documentación forense post mortem.

A través de los registros históricos de la época, se puede precisar que Fernando Bustamante, era el conductor del vehículo que arrolló al Dr. Hernández. De oficio mecánico dental – dato curioso del personaje, además vinculado al sector salud -, tenía 25 años de edad era originario del estado Mérida, estado civil casado con un hijo en la familia para aquel entonces; la licencia de conducir de Bustamante era de número 444, certificado por la Gobernación de Caracas.

El modelo del vehículo protagonista del suceso fue un Hudson Essex de 1918. En la ciudad de Caracas existía un promedio de 700 coches de ese modelo, esto desmiente que era el único vehículo de ese modelo en el país para esa época.

Un dato curioso es que Bustamante y Hernández fueron amigos y conocidos de la época, así lo evidencian los registros históricos, incluso se sabe que el Dr. Hernández en varias oportunidades asistió a la familia Bustamante con sus servicios como médico.

Los medios impresos más relevantes de la época como fueron “El Universal” y “El Nuevo Diario” no reflejaron el incidente del fallecimiento del Dr. Hernández en los titulares, se comenta de forma no oficial como parte del cotilleo de la época, que Bustamante era amigo de Alí Gómez, hijo del presidente Juan Vicente Gómez.

Según los registros documentales de la época, el domingo 29 de junio de 1919, día de los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, además del aniversario de graduación como médico del Dr. Hernández, a las 2:20 pm, salió de la botica Amadores, había sido requerido para atender un niño herido del vecindario. Estos datos se registran en el libro titulado: “José Gregorio Hernández de Isnotú” del doctor Antonio Sanabria, donde se recoge el siguiente relato: “En carta dirigida al señor Guillermo Schael, y publicada en el diario “El Universal”, el 27 de Octubre de 1964, la señora Rosalía Salazar de Rivas apunta que el día de su muerte, Hernández iba a la casa de la familia del niño apellidado Fagúndez, vivía de Cardones a Aurora. El padre de la señora Rivas, llamado Jacobo Salazar Sucre, al ver al niño herido se ofreció para buscar al doctor Hernández, en su camino el señor Salazar, vio entrar en la botica de Amadores al Dr. Hernández y estando allí, le informó el caso del niño herido”.

Para el año 1977, a los 84 años de edad, Fernando Bustamante habló por vez primera de forma pública del accidente en una entrevista que realizara el periodista Jesús Méndez Castellano, del diario “El Nacional”. “Con lágrimas en los ojos, contó sobre la muerte del “Venerable” José Gregorio Hernández. En medio de su relato comentó que estaba decidido que su hijo, que estaba por nacer, iba a ser ahijado del Doctor Hernández, en gratitud a las tantas veces que el médico atendió a los miembros de su familia de forma gratuita. A los pocos meses de la tragedia nació el niño, pero falleció poco después. Bustamante agregó que él fue la primera persona que le dio la santidad al médico de los pobres, cuando en medio del juicio, aseguró lamentar la muerte del “sabio y santo doctor”; por eso cuando enfermaba pedía a José Gregorio que le sanara de sus dolencias.

Sobre el caso del Dr. Hernández se recogieron 13 declaraciones de testigos presenciales del incidente, y al final en términos jurídicos se estableció de forma unánime que “se concluye en forma irrevocable, que lo acontecido fue un accidente”, dejando al señor Bustamante libre de culpas jurídicas y penales. El médico de los pobres falleció a la temprana edad de 54 años.

Es importante destacar, que los familiares del Dr. Hernández, solicitaron en el proceso de investigación sobre el fallecimiento del médico de los pobres, que el señor Bustamante no fuese condenado por un presunto delito no cometido, debido a que la desaparición física del Venerable fue producto de un accidente y no de una causa provocada con responsabilidad jurídica.

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