Comunicativo, pícaro y con un alma pura -quizá demasiado para desenvolverse en el corroído mundo de la farándula venezolana-; así es Gabriel Obayi, el doctor que ha dividido los últimos meses de su vida entre el bisturí y las redes sociales, consiguiendo un éxito tan abrumador que lo ha llevado a plantearse la idea de colgar la bata para siempre, pero no así la idea de sanar a los demás.
Con información de El Farandi
Se ha dedicado a desnudar el alma de populares figuras de la comunidad LGBTIQ, adentrándose en un nicho marginado durante muchos años por la industria del entretenimiento y la televisión nacional, en la que aún predomina la homofobia. Como consecuencia, Gabriel se ha ganado un puesto en esta minoría que lo sigue para consumir su contenido, conocer a sus invitados o solo para criticar su trabajo.
A pesar del poco tiempo que lleva desempeñándose como entrevistador, su llegada a las redes sociales y su trabajo no ha pasado desapercibido. En varias polémicas se ha visto envuelto Obayi por mostrarse tal cual es, haciendo preguntas que quizás otros prefieren dejar pasar. Esa transparencia es la que ha hecho que su audiencia sea cada vez mayor, llegando incluso a atemorizar, a su parecer, a importantes figuras de la televisión en el país.