El aval del Tribunal General de la Unión Europea al rescate de la aerolínea finlandesa Finnair por parte de su país ensombrece la ayuda del Gobierno de España a la compañía Plus Ultra. La justicia europea considera que el hecho de que Finnair hubiera dejado de cumplir con sus obligaciones por su situación de insolvencia derivada de la pandemia habría tenido graves consecuencias para la economía finlandesa, dice. De ahí que el TGUE considere adecuada la garantía estatal a favor de la compañía aérea que tenía por objeto ayudarla a con un préstamo de 600 millones de euros destinado a cubrir sus necesidades.
Por Nati Villanueva / abc.es
El tribunal europeo fundamenta su decisión en varios aspectos: que Finnair es el principal transportista aéreo de Finlandia, con cerca de 15 millones de pasajeros transportados en 2019, es decir, el 67 % del total de pasajeros transportados hacia o desde Finlandia o en el interior de dicho país; que se trata, además, del principal operador de carga aérea en Finlandia, tanto en importaciones como exportaciones, con una extensa red asiática; que cuenta con 6.800 empleados, que las compras a proveedores ascendieron en 2019 a 1.900 millones de euros, o que ocupa el decimosexto lugar en importancia en dicho país por su contribución al PIB. Todo ello le lleva a concluir que «un eventual incumplimiento de las obligaciones de Finnair habría tenido graves consecuencias para la economía finlandesa, de suerte que la garantía estatal, en la medida en que pretende mantener las actividades de Finnair y evitar que su eventual insolvencia perturbe más la economía finlandesa, es adecuada para contribuir a poner remedio a la grave perturbación de la referida economía causada por la pandemia de Covid-19».
El pasado 9 de marzo el Consejo de Ministros concedió 53 millones de euros a la aerolínea Plus Ultra, un rescate que ha levantado una polvareda política y la petición de comparencia de los ministros de Economía, Hacienda y Transportes, Nadia Calviño, María Jesús Montero y José Luis Ábalos, respectivamente, para que expliquen el criterio seguido para rescatar a una empresa con «cuatro aviones, una única ruta aérea» y que «no llega al 0,1% de cuota de mercado”.
El pronunciamiento del Tribunal General de la UE, el primero que se produce en su Sala Décima ampliada sobre la legalidad de un ayuda de Estado individual adoptada en el marco de la pandemia, es fruto del recurso que presentó Ryanair contra la decisión de la Comisión de avalar la ayuda en forma de garantía estatal a Finnair. Se permitió que la compañía obtuviera de un fondo de pensiones un préstamo de 600 millones de euros destinado a cubrir sus necesidades de capital circulante. La garantía, que debía cubrir el 90 % de ese préstamo, estaba limitada a un período máximo de tres años y podía invocarse en caso de incumplimiento de las obligaciones de Finnair respecto del fondo de pensiones.
El TGUE insiste en que, aun dando por buena la alegación de Ryanair sobre la discriminación que supone ayudar a esa compañía en detrimento de otras, es la aportación de Finnair a la economía de su país lo que justificaría incluso esa posible discriminación. La medida de ayuda es, dice, necesaria, ante el riesgo de insolvencia al que quedaba expuesta Finnair debido a la repentina caía de su actividad ocasionada por la pandemia y a la imposibilidad de cubrir sus necesidades de liquidez acudiendo a los mercados crediticios. Finalmente, habida cuenta de la importancia de Finnair para la economía finlandesa, la concesión de la garantía estatal únicamente a esta sociedad no traspasa los límites de lo que es adecuado y necesario para la realización de los objetivos perseguidos por Finlandia.
Presencia insignificante
Como publicó ABC, a fecha 26 de marzo la aerolínea española vinculada a inversores venezolanos Plus Ultra solo había hecho nueve trayectos en los últimos cuatro meses, y todos ellos entre España y Venezuela. Y en los últimos tres años apenas ha trasladado a 300.000 pasajeros y su tráfico aéreo representa un 1% del total en España. Por poner algunos ejemplos, Iberia transportó más de 20 millones de viajeros y la otra aerolínea rescatada, Air Europa, 19 millones. Estos datos ponen en duda el sentido estratégico de la compañía para el sector.