A los hombres que cumplen condena en una prisión con un problema creciente de drogas y violencia se les ofrece terapia con animales.
Por Metro
Traducción libre de lapatilla.1eye.us
La prisión HMP Hindley ha creado un pequeño zoológico de mascotas para los reclusos cuando necesitan “escapar del estrés del tiempo”.
Un guardián describió una vez que la prisión tenía uno de los peores regímenes que los inspectores habían visto en todo el país, con algunos reclusos encerrados en celdas durante más de 24 horas seguidas.
“El régimen de Hindley fue uno de los peores, y posiblemente el peor, que los inspectores hayan visto en este tipo de prisión”, concluyó el inspector jefe de prisiones, Peter Clarke, en 2016.
Pero los reclusos ahora tienen la oportunidad de liberarse del estrés de la vida en la cárcel al dirigirse a los jardines de la prisión para cuidar animales pequeños o cultivar sus propias plantas.
La prisión de categoría C, que alberga a poco menos de 600 hombres adultos, ha sido elogiada por los inspectores por sus “iniciativas imaginativas” para rehabilitar a los reclusos.
Un informe, realizado en diciembre de 2020 por el inspector jefe de prisiones Charlie Taylor, encontró que la prisión ha estado lidiando con un alto uso de drogas, con más del 50% de los reclusos dando positivo.
Aunque la cantidad de ataques violentos ha disminuido durante el encierro de Covid-19, los inspectores encontraron que había habido un aumento preocupante en los asaltos.
Los funcionarios expresaron su preocupación de que “no hubiera una estrategia cohesiva” para abordar el aumento, pero quedaron impresionados por los esfuerzos para apoyar a los presos a través de grupos de estudio de la fe, bibliotecas y el zoológico de mascotas.
El informe revela que “La capellanía también había lanzado algunas iniciativas imaginativas, por ejemplo, había creado un área de jardín exterior con pequeños animales, que los presos podían visitar para escapar del estrés de la época, así como un túnel de polietileno, donde podían crecer plantas . En los primeros meses del régimen restringido, la capellanía había obtenido donaciones de libros a gran escala de la comunidad y había creado bibliotecas informales en cada ala”.