Desde el pasado 1 de marzo, cuando entró en vigencia una norma en la Ciudad de Nueva York, que se había aplazado, y que exige que todos los trabajadores de la industria de la construcción que laboren en sitios grandes, se entrenen sobre normas de seguridad, nadie que no tenga las llamadas tarjetas SST de capacitación, temporal o permanente, podrá trabajar en sitios de obra.
Así lo advirtió el Departamento de Edificios de Nueva York (DOB), recordando que por ley, ahora todos los obreros y constructores de obras a gran escala deben demostrar que tomaron por lo menos 40 horas de capacitación en asuntos de seguridad, que son totalmente obligatorias. El 87% de los sitios de construcción en la ciudad no requieren esa capacitación.
Hasta antes de esa fecha la exigencia era tener 30 horas de formación, y las 10 restantes deben completarse, de lo contrario, los más de 4,700 sitios de trabajo, que se estima hay en la Ciudad, y que representan aproximadamente el 13%, no podrán tener más a empleados que no cumplan el requisito. Hasta la fecha se estima que unos 121,000 trabajadores han tramitado ya sus tarjetas SST.
Andrew Rudansky, vocero del Departamento de Edificios, explicó que los certificados de Capacitación de seguridad en el sitio (SST), pueden obtenerse con una combinación de clases de capacitación de OSHA y clases de capacitación SST. Asimismo, destacó que hay un centenar de lugares donde se pueden tomar las clases, incluso, a través del internet, y también en español.
“Los trabajadores de la construcción ahora han tenido más de tres años para obtener capacitación en seguridad en el sitio para trabajar en sitios de trabajo más grandes en nuestra ciudad. Esta capacitación está disponible en varios idiomas, tanto en línea, como en persona”, dijo el funcionario del DOB.
Rudansky señaló que desde que la Ciudad de Nueva York comenzó a ser más estricta en asuntos de capacitación sobre seguridad, se ha visto el efecto en la reducción de lesiones en sitos de trabajo del 34%.
El año pasado se reportaron 502 personas heridas en obras de construcción en la ciudad, mientras que en el 2018, el año en que se hizo obligatorio tomar cursos de seguridad para poder trabajar en obras grandes, esa cifra alcanzó los 761 casos. Las muertes también se redujeron en un 33%, en los últimos 2 años, pasando de fatalidades en 2018 a 8 en 2020, y en lo que va del año han muerto 2 personas por caídas.
“Es fundamental que los trabajadores de la construcción en lugares de trabajo más grandes reciban esta capacitación para salvar vidas lo antes posible, para protegerse no solo a ellos mismos, sino también a sus compañeros neoyorquinos”, agregó el portavoz del Departamento de Edificios, quien aclaró que la intención de la Ciudad no es castigar a los trabajadores. “Queremos asegurarnos de que los trabajadores de la construcción estén seguros y tampoco queremos evitar que nadie deje de trabajar, por lo que el objetivo siempre ha sido asegurarnos de que todos reciban su capacitación”.
El Departamento de Edificios aclaró que en el caso de aquellos empleados nuevos en la industria, pueden comenzar a trabajar en las obras más grandes, solamente si primero obtienen una tarjeta SST temporal de un proveedor de cursos aprobado por el DOB, completando 10 horas iniciales de OSHA. La Tarjeta SST Temporal tiene una validez de seis meses, a partir de la fecha de emisión, y el objetivo es que el trabajador haga las 30 horas restantes de capacitación, antes de que expire su credencial temporaria.
Los entrenamientos en seguridad, forman parte de la Ley Local 196, aprobada en el 2017, tras la muerte en la última década, de casi 500 trabajadores de construcción, en gran número latinos, como Juan Chonillo y José Pacheco. El principio de la norma impuesta es reducir las lesiones evitables con educación práctica en temas de seguridad.
Camilo Cubides, quien trabaja en construcción hace 2 años y medio, desde que llegó a la Gran Manzana, aseguró que ya tiene su tarjeta SST, tras haber completado las 10 horas de formación exigidas, y dijo que ello no solo le garantiza poder seguir trabajando, sino que además es una protección a su vida.
“Estos entrenamientos obligatorios realmente se convierten en muchas ocasiones en la diferencia entre la vida y la muerte. Como latinos muchos de nosotros traemos la mentalidad de que ya sabemos todo o que no es necesario estar perdiendo tiempo en esos cursos, pero cuando uno los toma, se da cuenta que sirven para prevenir demasiados accidentes”, dijo el constructor, quien trabaja en una obra en Canal Street, en el Bajo Manhattan.
Cubides, quien además se prepara para debutar con su propia compañía este mes, llamada MLS Construction INC, aseguró que los cursos también le servirán para cuando sea jefe, pues las leyes advierten que los trabajadores deben exigirle al empleador métodos de seguridad, cuando están en riesgo.
“Nosotros siempre tenemos que pensar que hay gente esperandonos en casa, que nada vale más que nuestra propia vida y la de los demás, y no podemos ya dejar que nos exploten o que jueguen con nuestras vidas poniéndonos en situaciones peligrosas”, dijo el trabajador, recordando un episodio donde usó lo que aprendió en las clases de seguridad.
“Yo estuve trabajando con una compañía que exigía todo rápido. Un Día me mandaron a subier a una escalera de 12 pies. Yo me subí, sin arnés y sin nada, pero luego allá arriba, me dijeron que me estirara bastante, porque la mano no me alcanzaba para pintar bien unos bordes, y que me agarrara de un tubo, que dejara un pie en la escalera y otro en el aire, y cuando les dije que eso era peligroso y que no lo iba a hacer, me dijeron que era miedoso, pero no me arriesgué“, dijo el colombiano, advirtiendo que ha visto que los empleadores también han cambiado de actitud.
“La verdad sí he notado que ahora ellos se cuidan más de no ponerlo a uno en riesgo y de darle lo necesario, no tanto porque le importemos nosotros, sino porque saben que si algo pasa o hay una inspección, van a tener multas súper caras”, advirtió el constructor.
Juan Mendieta, mexicano de 32 años, quien trabaja en construcción hace más de 10 años, confesó que aunque sabe de la nueva exigencia de las horas adicionales para sitios grandes, no las ha podido hacer, porque no las ha conseguido gratis.
El joven manifestó, que debido a la pandemia, no tiene dinero para pagar el entrenamiento que le falta y pidió a la Ciudad que otorgue más ayudas o financie 100% las capacitaciones que están pendientes.
“No es por ser irresponsable, pero si me pongo a hacer un curso de OSHA, más ahora que no tengo trabajo, mis hijos no van a comer. Bueno fuera que exijan la tarjeta de seguridad, pero que a los que como yo, no tenemos con qué pagarla, nos subsidien”, pidió el padre de familia.
Tania Regalado, coordinadora de clases de OSHA de Make the Road NY, coincidió en que un problema real que están enfrentando actualmente las organizaciones que ofrecen cursos gratis en formación de seguridad en los sitios de trabajo para los trabajadores de construcción, es que no cuentan con los recursos suficientes para atender a tanta gente. Las clases online solo admiten a 40 participantes y en un solo día que ofrecieron un curso, se registraron 350 personas.
La capacitadora aseguró que hay largas listas de espera con trabajadores a los que les urge hacer los cursos, pues de lo contrario no pueden trabajar en obras grandes al no tener su tarjeta de entrenamiento en seguridad.
“Ahora no están contratando a personas que no tengan OSHA o que estén sin la capacitación completa de las 40 horas de seguridad, entonces muchos no tienen ninguna opción que seguir sin empleo, pues si no hacen el curso no les dan trabajo y aunque haya trabajo no hay cupos para los entrenamientos gratis”, dijo la instructora, quien pidió más recursos a la Ciudad para ese tipo de programas con las organizaciones comunitarias. Según estimó, los costos de las capacitaciones pueden oscilar entre $270 y $600 dólares por persona, si lo pagan de su propio bolsillo, lo que para muchos actualmente resulta “una fortuna”.
Sobre estos pedidos, el DOB dijo que el Departamento de Servicios para Pequeñas Empresas (SBS) de la Ciudad de Nueva York administra un Programa de Subvenciones para la Seguridad en el Sitio de Construcción, que está disponible para pequeñas empresas e individuos. A través de este programa, se ayuda a compensar el costo de las clases de capacitación obligatorias.
El Departamento de Edificios anunció también que lanzaron recientemente un programa de inspección de cumplimiento, comenzando por las reparaciones de fachadas de edificios en toda la ciudad.
“Contamos con equipos de inspectores que realizarán inspecciones sorpresa a 1,100 de estos sitios de construcción en toda la ciudad para garantizar que los supervisores y contratistas estén protegiendo adecuadamente a sus trabajadores y al público”, dijo Andrew Rudansky, del DOB. “Esto es parte de una campaña educativa y de cumplimiento más amplia, dirigida a proyectos de construcción que utilizan plataformas de andamios suspendidos, para reducir las lesiones de los trabajadores y asegurarse de que el trabajo en la ciudad de Nueva York se realice de manera segura”.