A la sombra de decenas de contratos con el Estado venezolano y divisas preferenciales, un empresario de origen libanés ha expandido un emporio que nació con tiendas al detal pero que no deja de sumar toda clase de nuevos negocios. A aerolíneas, empresas petroleras y prestadoras de servicios en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, Camilo Ibrahim Issa suma también la emergente Café Páramo. Si bien cultiva el bajo perfil, el reciente escándalo en España de Plus Ultra lo puso bajo los focos. Pero para reconocer su figura en medio de una enmarañada estructura corporativa todavía hace falta seguirle la pista a un grupo de allegados y familiares.
ROBERTO DENIZ // ANÍBAL PEDRIQUE
El secreto del café Páramo no está ni en el aroma, ni en el sabor. En realidad, es un nombre: Camilo Ibrahim Issa. Se trata de un personaje y una cara no muy conocidas pero que están detrás no solo de esa marca en expansión -empaca, comercializa, exporta café, y abre tiendas al estilo de Starbucks o de Juan Valdez-, sino también de uno de los crecimientos empresariales más espectaculares de la era del chavismo, que se hace sentir en diversas y simultáneas apuestas en categorías que van del consumo masivo hasta la aeronáutica civil.
Porque sí: Camilo Ibrahim también es el hombre detrás de Plus Ultra, la aerolínea nominalmente española pero con inversionistas venezolanos que ahora aparece casi todos los días en las tapas de los diarios de Madrid. Aunque la convención diga que no importa que hablen mal de uno, sino que hablen, la difusión reciente del nombre de la aerolínea no debe haber sido recibida con gusto por Ibrahim, como si de una publicidad gratuita se tratara: la marca aparece en los medios asociada a un escándalo, el de la aparentemente irregular asignación de 53 millones de euros en ayudas por parte del gobierno socialdemócrata del presidente Pedro Sánchez, y ha puesto a sonar en público al empresario de origen libanés, quien cultiva con empeño el bajo perfil y conoce los beneficios de pasar inadvertido.
El estruendo en los medios españoles podría llevar a pensar que ese es el principal negocio de Ibrahim. Pero no es así. De hecho, controla una amplia estructura corporativa en la que Plus Ultra y Café Páramo lucen como las muestras más vistosas, pero no necesariamente las más ambiciosas o rentables. Su organigrama se extiende también a otros negocios al detal, a empresas de servicios petroleros y hasta a las operaciones en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, que sirve a la ciudad de Caracas.
En medio de la deprimida economía venezolana, repleta de malas noticias, el reciente boom de Café Páramo llama mucho la atención. Sin duda refleja una historia de éxito: sus tiendas brotan como hongos y la calidad del producto es ponderada a menudo por usuarios en las redes sociales. Pero no todos los granos de esta historia son gourmet. Por algún motivo, la propia compañía se empeña en ocultar a los verdaderos dueños, tejiendo un manto de opacidad tan intenso como un buen espresso.
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