Dos agentes estadounidenses que se infiltraron en una red de narcotráfico en Chicago (EEUU) materializaron la desarticulación de una célula presuntamente a cargo del Cártel de Sinaloa.
Con anuencia de las autoridades y las acciones de la agencia, los policías pudieron detectar las actividades del grupo liderado por Roberto Velázquez Martínez, de 36 años, quien en 2018 fue acorralado durante una transacción de cocaína en la que estuvieron presentes sus colaboradores y los agentes, cuya identidad verdadera desconocía Velázquez Martínez.
Pero no fue hasta octubre de 2019, que fue capturado en Lima, Perú, y extraditado en diciembre de 2020 a Estados Unidos. Él se ha declarado no culpable. Su caso está programado para una audiencia de estado el 31 de marzo de 2021, ante el juez federal de distrito Joan H. Lefkow.
Santiago Papasquiaro, originario de México; Camilo Álvarez, 44, de Durango, México; José Hernádez Ramírez, 36, de Tamaulipas, México; Ines Chávez Rodríguez, 36, de Santiago Papasquiaro, México; Louis Vélez, 44, de Stickney, Ill, así como Roberto Velázquez Martínez enfrentan una denuncia penal y las acusaciones presentadas en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en Chicago, los acusados trabajaron juntos para intentar importar y distribuir cocaína a los Estados Unidos en nombre de la organización sinaloense.
La identidad de los operadores fue descubierta durante los pocos más de dos años que duraron las pesquisas.
A principios de este año, con agentes encubiertos dentro del Cártel de Sinaloa, la DEA desarticuló un enorme embarque de drogas.
Danielle Dreyer, una agente de la Administración del Control de Drogas (DEA), quien se infiltró en el Cártel de Sinaloa para que integrantes de la Secretaría de Marina y dependencias de Estados Unidos dieran un golpe de 90 millones de dólares al grupo transnacional.
Gracias a labores de inteligencia e intercepción de comunicaciones, así como relaciones de cercanía con mandos de la organización criminal, la agente pudo dar aviso a los miembros de la Marina Armada para que decomisaran 2.5 toneladas de metanfetamina, además de 100 mil píldoras de fentanilo en costas de Topolobampo, Sinaloa.
De acuerdo con documentos del expediente 21-MAG-1432 que fueron consignados por RíoDoce, Danielle Dreyer supo del cargamento que sería trasladado por un embarque a través del Mar de Cortés desde la costa sinaloense hasta un punto del puerto de San Felipe, Baja California.
La investigación que terminó con el decomiso de droga sintética tenía como objetivo desmantelar una red de lavado de dinero del Cártel Jalisco Nueva Generación.
La DEA señala que el Cártel de Sinaloa continúa siendo la organización criminal más poderosa del país y la principal amenaza de tráfico de opioides a Estados Unidos.
Actualmente, la organización bajo el mando de Ismael el “Mayo” Zambada y Los Chapitos, hijos de Joaquín el “Chapo” Guzmán, mantiene el control en 15 de las 32 entidades mexicanas, y controla el área de Arizona y California (EEUU), importantes rutas de contrabando hacia los Estados Unidos.