Por primera vez desde que en 2017 llegó a París, Kylian Mbappé afrontará mañana un duelo clave para su club sin el respaldo del brasileño Neymar y el argentino Ángel di María, lesionados para el partido de octavos de final de la Liga de Campeones contra el Barcelona.
Los focos estarán centrados en el exjugador del Mónaco, de 22 años, quien pese a su juventud exhibe multitud de cualidades pero aún no ha firmado una actuación de talla en los duelos clave, esos que diferencian a los buenos jugadores de las estrellas.
“Todavía es joven, sería muy injusto obligarle ya a ser el líder”, aseguraba en una reciente entrevista con Efe su compañero Ander Herrera, convencido de que el “7” parisiense marcará la historia del fútbol europeo.
El duelo en el Camp Nou parece un buen momento para presentar sus credenciales. El futbolista sorprendió en 2019 pidiendo en público más responsabilidades, “en París, si fuera posible”, o “en otro lugar”.
Aquellas palabras, que sonaron a amenaza, escondían el descontento del jugador, que no sentía el mismo trato por parte del club que tenía Neymar.
MODESTO EN EUROPA
La realidad es que si Mbappé ha sido un seguro de vida para que el PSG sume todos los títulos nacionales, su aportación europea hasta el momento puede ser considerada modesta.
Cuando la Liga de Campeones entra en sus fases decisivas, en los duelos a eliminación directa, el jugador nacido en Bondy no ha demostrado las dotes de estrella que se le suponen.
Solo ha marcado un gol en ese tipo de duelos y ha dado una asistencia, poco bagaje para el segundo jugador más caro de todos los tiempos, tras Neymar, que se rifan los principales clubes del continente.
El PSG, que tampoco ha contado mucho con Neymar en ese tipo de duelos a causa de las lesiones, necesita más que nunca el aporte del francés, porque tampoco tendrá a Di María, que de forma recurrente se echa el equipo a las espaldas cuando se apagan las dos principales estrellas.
“Veremos si Mbappé es un capitán o un lugarteniente, si puede liderar al equipo o si necesita una punta de lanza a su lado”, aseguraba un exjugador del PSG citado por el diario L’Équipe.
Un estadio sin público puede ayudar a que el francés se abstraiga de la presión de dar el salto adelante que se le pide y más cuando media Europa tendrá los ojos puestos en el Camp Nou y, muchas de esas miradas, seguirán las zancadas del joven jugador francés.
“MONSIEUR 37 POR HORA”
La defensa del Barcelona, además, no parece en su mejor momento y es probable que el técnico argentino del PSG, Mauricio Pochettino, coloque a su equipo algo más retrasado en busca de contragolpes.
“No nos viene mal que ellos tengan el balón, tenemos gente rápida, podemos hacer contragolpes con espacios”, avisaba Herrera.
Un contexto que favorece a un futbolista que en el pasado Mundial de Rusia se ganó el apelativo de “monsieur 37 por hora”, la velocidad que alcanzó en un famoso contragolpe en los octavos de final contra Argentina.
Mbappé se desenvuelve mejor cuando hay metros por delante, cuando su zancada poderosa puede marcar la diferencia, momentos en los que ha labrado su leyenda.
Ahora tendrá que demostrar que esa amenaza no se anestesia en los duelos importantes, cuando su equipo le necesita más que nunca.
Será clave para su mito, pero también para su día a día. El jugador, que sigue sin prolongar su contrato con el PSG, que acaba en junio de 2022, verá su valor multiplicarse si logra hacer olvidar a Neymar en el césped del Camp Nou.
EFE