La esperanza en las vacunas contra el SARS-CoV-2 para acabar con la pandemia mundial tendrá que sortear tres grandes obstáculos: la financiación, la producción masiva y la distribución, también en los países pobres, para alcanzar «la inmunización global».
Así lo revela un estudio de los directores de Análisis de Políticas y de Desarrollo Global del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), Gonzalo Fanjul y Rafael Vilasanjuan, respectivamente, y la inmunóloga de la misma entidad Adelaida Sarukhan.
Según estos expertos, «la luz al final del túnel» ha de superar una «brecha de acceso a las vacunas» que se ha de resolver con las decisiones políticas mundiales que se tomen en las próximas semanas.
El primer reto es la financiación de las vacunas, y para ello recuerdan que nació la iniciativa COVAX, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), «diseñada para asegurar que todos los países tengan acceso a vacunas eficaces con independencia de su nivel de renta o capacidad de compra».
Otro desafío es la producción, porque calculan que la capacidad el primer año alcanzará solo a un 30 % de la población mundial.
«El riesgo de una oleada de ‘nacionalismo inmunitario’ -alertan- y el acopio excesivo de vacunas por parte de los países más ricos podría agravar la escasez y garantizar el fracaso de un enfoque global de la inmunización».
EFE