Desde una de las celdas del búnker de la Fiscalía, cuatro pisos abajo de lo que fue su flamante oficina como jefe anticorrupción de esa entidad, Luis Gustavo Moreno habló en exclusiva con EL TIEMPO sobre su regreso al país (el pasado 4 de diciembre), la información que aún tiene sobre el ‘cartel de la Toga’ y su temor a ser asesinado.
El otrora poderoso funcionario, que apoderó a influyentes exministros y exgobernadores y que terminó corrompido, pide ahora que no lo trasladen a una cárcel convencional: “Si me envían a una cárcel esa es mi sentencia de muerte”.
En la prórroga del principio de oportunidad al que se llegó con la Fiscalía, avalado por un juez de garantías, se estableció que yo voy a seguir colaborando pero que, por razones de seguridad, iba a estar recluido en el Centro de Estudios Superiores de la Policía (Cespo). Pero argumentando una falsa motivación, no me quisieron trasladar.
¿Por qué tiene que tener privilegios? ¿Cuál falsa motivación?
El saliente director de la Policía dijo que Cespo no es lugar de reclusión y allí han estado 15 personas privadas de la libertad por orden administrativa o por decisiones del Inpec. Actualmente allí están personas condenadas por el ‘carrusel de la contratación, está el señor Prieto (Roberto Prieto), que es un civil, y el general (r.) Maza Márquez, pero no como exdirector del DAS.