El Papa Francisco celebró el jueves una misa discreta de Nochebuena que se tornó a ratos sombría a raíz de la pandemia de coronavirus, en la que dijo que la gente debería sentirse obligada a ayudar a los necesitados porque el propio Jesús nació como una persona pobre y marginada.
La misa se celebró en la parte trasera de la Basílica de San Pedro con menos de 100 participantes y un pequeño número de cardenales y obispos. Por lo general, se lleva a cabo en la sección principal de la basílica y asisten hasta 10.000 personas, incluido cuerpo diplomático que representa a casi 200 países.
Todos, excepto el Papa y un coro pequeño, usaron mascarilla durante la misa, que comenzó dos horas antes de lo habitual para que el número limitado de personas que asistieron pudieran regresar a casa a las 22.00 hora local, cuando se inicia el toque de queda.
“El hijo de Dios nació como un paria, para decirnos que todo paria es un hijo de Dios”, dijo Francisco en su homilía.
Francisco aseguró también que la Navidad debería hacer que todos reflexionen sobre “nuestra injusticia hacia tantos de nuestros hermanos y hermanas” en lugar de perseguir “nuestro deseo infinito de posesiones” y placeres efímeros.
“Dios vino entre nosotros en la pobreza y la necesidad, para decirnos que al servir a los pobres, mostraremos nuestro amor por él”, dijo el argentino de 84 años, celebrando la octava Navidad de su pontificado.
El viernes, el Papa leerá su mensaje “Urbi et Orbi” desde un salón dentro del Vaticano en lugar del balcón central de la Plaza de San Pedro, un evento que suele atraer a decenas de miles de personas.
Los italianos estarán bajo confinamiento en todo el país durante gran parte de las festividades de Navidad y Año Nuevo.
Reuters