Saqueos masivos en edificios públicos y almacenes de comida ocurrieron el sábado 24 de octubre en Nigeria, el país más poblado de África, dos semanas después del inicio de una ola de protestas que desbordó a las autoridades.
Aunque predominó la calma en la capital económica Lagos -megalópolis de 20 millones de habitantes-, donde el martes por la noche se decretó un toque de queda, se produjeron numerosos saqueos en otras localidades como Ede (suroeste) o Jos (centro).
Varios miles de personas entraron en un gigantesco almacén de alimentos en Jos y robaron grandes cantidades de comida que tenía que haber sido distribuida en marzo y abril, cuando se decretó una cuarentena para hacer frente al coronavirus.
“Durante el confinamiento teníamos hambre y escondieron la comida”, aseguró indignada Mafeg Pam, una habitante de Jos. “¿Qué tipo de gobierno tenemos? Somos débiles, mucha gente muere de hambre”, lamentó.
A dramatic scene out of #Nigeria. Angry citizens storm a govt-owned warehouse containing food. Like any centrally planned venture, NGR’s state-run warehouses have been grossly mismanaged — food set aside to mitigate #COVID shortages have been left to rot.https://t.co/I13jMHz55H
— Steve Hanke (@steve_hanke) October 31, 2020
“Escondieron toda esta comida desde el inicio del confinamiento (a finales de marzo). Todos los precios aumentaron. ¿Cómo hacemos para sobrevivir?”, declaró a la AFP Mohamed Ibrahim, en la carretera que llevaba al almacén, lleno de sacos en los que había escrito: “No vender. Gobierno de Nigeria”.
Un saqueo multitudinario de este tipo ya había bloqueado la ciudad de Ede el viernes y en Calabar fueron atacadas las residencias de dirigentes políticos.
Nigeria, principal productor de petróleo en África, de 200 millones de habitantes, es considerado uno de los países más corruptos en el mundo y ahora atraviesa una profunda crisis social. El movimiento de contestación que surgió en Lagos desembocó en una multiplicación de saqueos y acciones violentas.
La represión de las protestas pacíficas del martes por la noche en Lagos, en la que murieron 12 personas según Amnistía Internacional, indignó a los nigerianos y la comunidad internacional.
Al menos 56 personas murieron víctimas de la represión tras dos semanas de protestas, indicó esta oenegé defensora de los derechos humanos.
AFP