China asegura que erradicará totalmente la pobreza en el país antes que acabe 2020

China asegura que erradicará totalmente la pobreza en el país antes que acabe 2020

(Photo by Kevin Frayer/Getty Images)

 

 

Antes de que concluya este año, China sacará de la pobreza a los 5 millones de habitantes que aún están por debajo de su umbral y la erradicará por completo, aseguró a Efe en Tíbet el subdirector de la Oficina de Reducción de la Pobreza del país, Hou Yongjian.

Si se mejoran las condiciones de vida de esos 5 millones que viven en las zonas más aisladas, China habrá conseguido que salgan de la pobreza unos 850 millones de personas -más de la mitad de su población- desde 1979, cuando inició su proceso de apertura y reformas.

La tarea ha sido “muy dura”, pero se ha conseguido gracias a la implicación de la población china a todos los niveles, dice Hou.

PREGUNTA: ¿Cuánto queda para concluir el programa y en qué zonas?

RESPUESTA: Quedan 52 condados en siete provincias del oeste y suroeste del país que no han salido aún de la pobreza, lo que supone 5 millones de personas. Se trata de los casos más complicados, en zonas rurales de difícil acceso, pero tenemos que lograrlo y vamos a hacerlo antes de que acabe 2020. Este año, a causa de la pandemia, hemos perdido casi seis meses de trabajo (…) pero estamos determinados a conseguirlo.

P: Se critica que China emplea un umbral de pobreza más bajo que el de organismos como el Banco Mundial (BM). ¿Es así?

R: En el 2000 fijamos nuestro umbral en 2.300 yuanes anuales, que considerábamos que cubría las necesidades básicas de exsitencia de la gente pobre. Desde entonces hemos ido aumentándolo, de acuerdo con la inflación. En 2019, se situó en la práctica en 4.000 yuanes por año, lo que supone 1,6 dólares por día, pero si calculamos esta cifra en poder adquisitivo real supone 2,2 dólares por día. En septiembre de 2015, el BM situó el umbral en 1,9 dólares por día.

P: ¿Cuánto ha invertido China hasta ahora en el programa?

R: Tenemos diferentes fuentes de financiación. Hay un fondo especial del presupuesto del Gobierno central, que se ha incrementado en 20.000 millones de yuanes (2.992 millones de dólares, 2.535 millones de euros) anuales desde 2012. En los últimos cinco años se han invertido a través de ese fondo 400.000 millones de yuanes (59.850 millones de dólares, 50.714 millones de euros). Hay además otra partida, las transferencias del oeste al este del país, cuyo total aún no hemos calculado, pero que supondrá varias veces esos 400.000 millones de yuanes.

P: ¿Al final de 2020 cuántas personas habrán salido de la pobreza en China desde el inicio del proyecto?

R: Desde 2012, año en que el XVIII Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) fijó el objetivo de acabar con la pobreza en 2020 implicando a todos los sectores sociales, han abandonado la pobreza 93,8 millones de personas y quedan 5. Con anterioridad, desde 1978, habían superado el umbral unos 750. El total estaría en torno a 850 millones de chinos.

P: ¿Cuántas personas han sido realojadas?

R: Desde 2012, 9,6 millones de personas en todo el país. El realojamiento está completado. Hay aún personas que necesitan ser realojadas para prevenir desastres naturales, por motivos de preservación ecológica o para ayudar a la gente que vive en áreas de gran altitud, con una corta expectativa de vida.

Cerca de 90 millones han salido de la pobreza quedándose en sus casas, donde se han mejorado las infraestructuras, los recursos, el acceso a la educación, la sanidad o el agua potable, además de hacer sus casas más seguras. Algunas se han renovado y en muchos casos han debido ser demolidas y se han construido otras nuevas. Renovar sus casas no mejora por sí solo sus condiciones de vida.

Otras medidas incluyen desarrollar nuevas industrias y aplicar tecnologías para mejorar los cultivos y las cosechas. Se han introducido nuevos tipos de vegetales y plantas y también impartido cursos de formación para darles mejores habilidades vocacionales.

P: ¿Las políticas de realojamiento han sido siempre voluntarias?

R: Sí, fueron voluntarias en todas partes. Les preguntamos si querían hacerlo por su propia voluntad y firmamos un contrato con ellos para confirmar que estaban de acuerdo, que querían moverse y ser realojados.

P: ¿Y las políticas de transferencia laboral también han sido voluntarias?

R: La transferencia de fuerzas laborales se ha hecho, en su mayor parte, basada en sus propios deseos. Muchos que encontraron un buen empleo en las grandes ciudades les dijeron a sus amigos y familiares que fueran allí. Además, el Gobierno ha subvencionado los viajes.

P: ¿En su mayor parte? ¿Eso significa que algunas no?

R: Hay que mencionar un punto. En este año de pandemia la transferencia de fuerza de trabajo se ha reducido. El Gobierno ha lanzado políticas de apoyo para coordinar a las compañías y cooperativas del este de China con las fuerzas de trabajo del oeste. Se han organizado (…) vuelos especiales para transferir a trabajadores de la parte oriental evitando con ello también la propagación del virus.

P: ¿Cuáles han sido las principales dificultades de sacar a tantos millones de la pobreza?

R: Ha sido un trabajo muy duro y complicado, pero para nosotros es glorioso completarlo. Hay una cifra que da una idea: en los últimos cinco años, 1.500 funcionarios dedicados a la reducción de la pobreza en el primer nivel, el más cercano a la gente, han muerto lamentablemente. Muchos en accidentes de tráfico, porque tenían que acceder a áreas muy remotas con escaso desarrollo vial. Otros por excesivo estrés, al trabajar demasiadas horas extra, han sufrido ataques al corazón.

Nuestra labor es muy difícil porque tenemos una gran población y una vasta superficie.

P: Uno se puede imaginar que Tíbet sería una de las zonas más difíciles para acabar con la pobreza debido al aislamiento de su población y, sin embargo, ya han conseguido erradicarla este año.

R: Tíbet ha hecho un muy buen trabajo y gran parte se debe a la inversión del Gobierno central. De 100 yuanes invertidos en la región, 90 son del Gobierno central. En el pasado, la gente en Tíbet tenía menos educación y vivía aislada, por lo que era muy difícil conseguir este objetivo. El Gobierno central ha enviado muchísimos trabajadores para ayudar en los proyectos y liderarlos. Y ahora ponemos gran atención en promover a los funcionarios de etnia tibetana, muchos secretarios del partido a nivel de condado lo son.

P: ¿Este programa podría ser un modelo para otros países?

R: Es necesario un gobierno fuerte que juegue un papel de líder en todo el proceso. Quizás este modelo no se pueda aplicar a otros países. En África, por ejemplo, a lo mejor no funcionaría. Necesitamos cooperar, conocer las prácticas de los otros y compartir las experiencias sin reservas.

Los últimos condados presentan problemas muy difíciles, se necesita no solo gran cantidad de dinero, sino también el esfuerzo de toda la sociedad a todos los niveles.

P: ¿Existe transparencia sobre los fondos invertidos en el programa y su forma de empleo?

R: La transparencia del dinero es muy importante, es el fundamento de este trabajo. Las cuentas están publicadas en la página web del programa, donde uno puede ver dónde ha ido cada partida y a qué proyecto. Todas las inversiones están publicadas ahí, es ilegal ocultar información.

P: ¿Cuánta gente ha trabajado en el programa?

R: Desde 2012, más de 2 millones de personas. Los oficiales residentes a nivel de condado son más de 800.000.

P: ¿Cree que a los países democráticos les resulta más complicado luchar contra la pobreza, al igual que les está siendo más complicado que para China luchar contra el coronavirus?

R: No creo que un partido o muchos sean importantes, lo importante es que la gente pueda beneficiarse. El mundo es tan grande que no necesitamos un solo modelo que se aplique a todos los países. Para ser franco, China, como otros países, no es perfecta en su programa de reducción de pobreza, puede haber casos de corrupción, que son muy difíciles de eliminar.

EFE

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