Luis Alberto Buttó: Quinta Crespo

Luis Alberto Buttó: Quinta Crespo

Luis Alberto Buttó @luisbutto3

En días pasados, en un distribuidor vial del centro de Caracas, para ser más exactos el distribuidor de Quinta Crespo, una gandola que transitaba por el lugar, quedó atascada debajo del puente que allí se encuentra. El asunto se volvió tendencia en Twitter. Tema exageradamente puntual, de una superficialidad rayana en lo extremo que, prácticamente de inmediato, se tornó viral, como ahora suele decirse. Con profusión, se retuiteó el comentario inicial y los incontables “me gusta” acompañaron la nota correspondiente. Por supuesto, asalta la duda en torno a qué en definitiva fue lo que le gustó a quienes presurosos le dieron clic al corazoncito. Sería lógico esperar que no haya sido el hecho en sí mismo de que el camión en cuestión se quedara varado. A fin de cuentas, nunca se sabe lo que, en determinadas circunstancias, el tal “me gusta” expresa o significa.

Por otro lado, días antes de esa nimiedad convertida artificialmente en “suceso”, y solo para traer a colación una situación en cierto modo parecida, los profesores universitarios hicieron (hicimos) una protesta virtual tratando de posicionar etiquetas del tipo “No más salarios de hambre”, “Los universitarios defendemos nuestros Derechos”, “Por un salario digno”, etc. Cualquiera, con el mínimo de comprensión necesaria, asumiría que no cabe discusión alguna sobre la inviabilidad de la educación superior en el país cuando los sueldos de quienes crean, divulgan e imparten el conocimiento científico, reciben sueldos que oscilan entre los cinco y diez dólares mensuales, a la par que estudios serios que abordan la problemática asociada indican que la canasta alimentaria familiar sobrepasaba los 250 dólares. ¿Algunas de las respuestas a la actividad desarrollada por los universitarios? Citemos una por demás elocuente: al mismo tiempo que la mencionada jornada de denuncia y reclamo ocurría, en la galaxia del pajarito la última y banal ocurrencia de un personaje de farándula se erigía tendencia dominante.

En verdad, algo está perdido de plano, o no funciona en lo absoluto, en la cultura en general de una sociedad, y en su cultura política en particular, cuando los acuciantes problemas que acogotan a sus habitantes, ésos que han convertido la angustia existencial en moneda cotidiana, no alcanzan el nivel adecuado de debate que se desearía, en aras de intentar encontrarles resoluciones y salidas colectivas y perdurables, mientras la mayoría de las teclas de una tan importante y determinante red social se activa para darle cauce a un océano de imbecilidades, las cuales, stricto sensu, no deberían tener trascendencia alguna, vista la desgracia real que aprisiona a un país entero. Así las cosas, pudiera pensarse que, a lo mejor, no todo el mundo está tan mal como se dice, o quizás el escapismo ha resultado la práctica recurrente para sortear lo insufrible, y por eso el alud de comentarios intrascendentes. Quién sabe. Lo cierto del caso es que, centrada la atención y la discusión en aquello que no lo amerita, no se pone el ojo en lo que sí debería ser causa de desvelo, causa de movilización. Dicho de otra manera, en estas condiciones, queda por demás claro el país que tenemos y, lo peor, queda igualmente claro, una de las razones fundamentales de por qué lo tenemos. Quizás sea exagerado decirlo, pero en el marco de esas coordenadas, no hay escenario que pinte bien.   

Desalentadora conclusión: si en el presente lo que nos ocupa es Quinta Crespo es porque muy poco nos importa el futuro.

@luisbutto3

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