Es probable que el aumento de las restricciones de EEUU a Huawei corten el acceso del fabricante chino de teléfonos móviles inteligentes incluso a los chips ya disponibles en el mercado y trastorne una vez más la cadena de suministro global de la tecnología, advirtieron ejecutivos y expertos.
La Administración Trump amplió el lunes sus restricciones a Huawei y prohibió a los proveedores la venta de chips fabricados con tecnología estadounidense a la empresa china sin una licencia especial, cerrando así posibles lagunas en sus sanciones de mayo que podrían haber permitido a Huawei acceder a la tecnología a través de terceros.
Las restricciones subrayan la ruptura de las relaciones entre Pekín y Washington, que han alcanzado su peor momento en décadas, con la Casa Blanca presionando a los Estados de todo el mundo para no contratar a Huawei, alegando que la empresa entregaría datos al Gobierno chino.
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“Tendrá un gran impacto”, dijo Gu Wenjun, analista jefe de la consultora ICWise con sede en Shanghái, refiriéndose a las restricciones más estrictas de Estados Unidos. “Desbaratará los planes de Huawei de obtener chips comprándolos a terceros, en lugar de obtenerlos de HiSilicon”.
Huawei ha dicho que a partir de septiembre dejará de fabricar sus chips Kirin, su buque insignia, porque la presión de Estados Unidos sobre sus proveedores ha hecho imposible que su división HiSilicon siga fabricando los chips que son componentes clave de sus teléfonos móviles.
Para los proveedores de chips de otras regiones la prohibición también podría suponer un revés, ya que la mayoría utiliza el software de diseño estadounidense de Cadence Design Systems y Synopsys y herramientas de grabado de chips de firmas como Applied Materials, dijeron los expertos.
En Asia, los fabricantes de tarjetas de memoria, incluida las surcoreanas Samsung Electronics y SK Hynix, el fabricante japonés de sensores de imagen Sony y el fabricante taiwanés de chips MediaTek podrían verse afectados, dijo una fuente del sector.
La fuente, un empleado de un gran proveedor de tecnología asiático que se negó a ser identificado debido a las normas sobre declaraciones a medios de comunicación, dijo que la dirección de la empresa estaba preocupada por las restricciones, las cuales estaban estudiando para determinar si se vería afectada.
Todavía no está claro cuántos de los principales proveedores tienen licencias o necesitarán nuevas para cumplir con estas normas, o si se concederán tales licencias.
Samsung y Hynix rechazaron hacer comentarios.
Una portavoz de Sony también rechazó hacer comentarios, pero señaló las declaraciones de la empresa a principios de este mes anunciando que recortaría su plan de tres años de inversión en sensores para ajustarse al entorno cambiante del mercado de los teléfonos inteligentes.
MediaTek dijo que estaba estudiando los nuevos cambios de las reglas para seguir cumplimiento con sus disposiciones, pero que no esperaba un impacto sustancial en sus operaciones a corto plazo, a la vista de la información disponible.
Las acciones de MediaTek caían el martes un 10%, de camino a su peor día desde 2017, mientras que los pequeños proveedores de Huawei también caían en unas bolsas asiáticas bajistas. Las acciones de Samsung subían un 2%, mientras que Sony y Hynix bajaban alrededor de un 1%.
También es probable que la prohibición afecte a empresas estadounidenses como Qualcomm e Intel, y otros pequeños fabricantes de chips en Asia y Europa.
Quedan pendientes varias incógnitas sobre la forma en que se implantarán las nuevas restricciones y hasta qué punto el Departamento de Comercio de EEUU presionará para requerir el conocimiento de cualquier transacción que podría realizarse en nombre de Huawei o de una filial incluida en la lista negra de Washington, dijo el consultor de riesgos políticos Eurasia Group en una nota.
A un vendedor de semiconductores “potencialmente se le requeriría saber dónde terminan todos sus productos para que no se involucren en ninguna transacción en la que un asociado de Huawei pueda ser un comprador, un consignatario intermedio, un consignatario final o un usuario final”, dijeron los analistas de Eurasia.
Reuters