Li Xiaoyu y Dong Jazhi se conocieron mientras cursaban la carrera de Ingeniería en la universidad de Chengdu. Cuando se recibieron en 2009 decidieron montar una riesgosa empresa para robar información en el ciberespacio. En poco tiempo se convirtieron en los hackers más exitosos de China. Fue cuando apareció en el subsuelo donde tenían su arsenal de computadoras un oficial del ministerio de Seguridad del Estado para ofrecerles una extraordinaria suma de yenes. A cambio tenían que conseguir información clasificada en archivos de otros países. “Procesos de producción, componentes de medicinas, planos de aeronaves”, eso es lo que buscamos, dijo el militar. Era una propuesta que Li y Dong, obviamente, no podían rehusar. A partir de entonces fueron los hackers más destacados del sofisticado aparato chino de ciberguerra.
Por Gustavo Sierra | Infobae
La última semana, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a los dos ingenieros de estar detrás de un intento de robo de información relacionada con el desarrollo de una vacuna contra el Covid-19 y otros tratamientos para mitigar la pandemia. También dio a conocer una larga serie de ciberdelitos cometidos por Li (34 años) y Dong (33) en los últimos diez años y dijo que se trata de funcionarios de la oficina de la policía secreta china de Guangdong. “China viene robando información en el ciberespacio desde hace mucho tiempo. No debería sorprender a nadie que intenten conseguir materiales en los laboratorios involucrados en la respuesta a la pandemia de Covid-19”, dijo Christopher Krebs, director de la secretaría de Seguridad Cibernética estadounidense.
Los hackers chinos entraron a los sistemas de varias dependencias del CDC, el centro para el control de las enfermedades infecciosas de Atlanta, y el NIH, el instituto nacional de salud de Washington. También en dos laboratorios de California. En al menos uno de ellos se estaban preparando las muestras para probar en seres humanos una versión de la vacuna contra el coronavirus. No se sabe si lograron robar información clave. Lo que sí se sabe es que Dong es quien se encarga de buscar a las potenciales víctimas y penetrar los sistemas informáticos externos. Luego, Li se dedica a romper las barreras de seguridad internas y llegar hasta los documentos buscados. De acuerdo al informe del fiscal del distrito sur de Manhattan, que investigó el caso, los hackers chinos buscan las ventanas de seguridad defectuosa para entrar a los sistemas. Esto ocurrió el 11 de septiembre de 2018 cuando Adobe anunció que se había descubierto un problema de seguridad en su plataforma ColdFusion. Un mes más tarde, Li y Dong utilizaron ese defecto del sistema para copiar información de un laboratorio de biomedicina de Maryland.
La semana pasada, Estados Unidos y Gran Bretaña emitieron una advertencia conjunta de que “los organismos de atención médica, las compañías farmacéuticas, la academia, los laboratorios de investigación médica y los gobiernos locales” habían sido atacados por hackers que buscaban información específica sobre los tratamientos que se estaban utilizando en la pandemia. Agentes especializados del FBI también visitaron varios de estos centros conectados con las universidades estadounidenses para advertir del peligro. De acuerdo al New York Times, se toparon con grupos de académicos y estudiantes que les dijeron que “no se puede volver a la paranoia de la Guerra Fría”. Y citaron en este contexto la declaración del senador Tom Cotton, republicano de Arkansas, quien dijo en la Fox News que era “un escándalo que Estados Unidos haya entrenado a muchas de las mentes más brillantes del Partido Comunista Chino en nuestras universidades”. Los académicos aseguran que ellos entrenan a científicos de todo el mundo, incluídos los chinos, sin preguntarles su filiación política.
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