Claves para entender por qué Alex Saab, el testaferro de Maduro podría hacer caer la dictadura chavista

Claves para entender por qué Alex Saab, el testaferro de Maduro podría hacer caer la dictadura chavista

Horas decisivas se viven en Cabo Verde. Allí, un oscuro hombre de negocios está a la espera de ser extraditado a los Estados Unidos. Se trata del empresario colombiano Alex Saab, detenido en aquella lejana isla africana y señalado de ser testaferro del dictador venezolano Nicolás Maduro, podría ser determinante en la suerte del sucesor de Hugo Chávez. En tiempos recientes tuvo un papel clave en el programa gubernamental Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP), que se encarga de la distribución de alimentos subvencionados -muchos de ellos, importados- a las familias más desfavorecidas del país. Pero no es el único entramado del que participó.

Según la oposición venezolana, el barranquillero, de 48 años y de quien se conoció su primera imagen en prisión hace dos semanas, amasó una fortuna vendiendo al régimen de Maduro miles de toneladas de alimentos de dudosa calidad y con sobrecostes, lo que produjo una millonaria pérdida patrimonial al país y una estafa al pueblo. Y de acuerdo con la justicia de Estados Unidos, que lo sancionó junto a familiares de Maduro en 2019 por su presunta participación en un esquema de corrupción, Saab robó “cientos de millones de dólares” y pagó sobornos para obtener jugosos contratos del Estado venezolano.





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Cuando fue detenido en Cabo Verde, el 13 de junio pasado, Venezuela reaccionó señalando que Saab es un ciudadano venezolano y un “agente” del Gobierno, que se encontraba “en tránsito” para volver al país. Quisieron hacerlo pasar por diplomático, pero ¿por qué? La cúpula chavista teme que su declaración ante un tribunal independiente de los Estados Unidos pueda conducir al fin del actual régimen. El pasado viernes por la noche Saab fue trasladado de manera sorpresiva de la cárcel central de Ribeirinha a la isla de Sal, donde fue capturado el 12 de junio. Rápidamente el gobierno de Maduro reaccionó y exigió un encuentro con Saab en prisión. Los nervios crecen.

Según informa el medio local Inforpress, el embajador de Venezuela en Cabo Verde, Alejandro Correa Ortega, envió una carta a las autoridades del país africano exigiendo una visita al señalado testaferro, alegando la necesidad de constatar de primera mano el estado de salud del detenido. ¿Algún mensaje que quieran hacerle llegar?

En los últimos días hubo llamados desesperados desde el Palacio de Miraflores a las redes de contactos alrededor del mundo. Las alternativas -en caso de que las cosas se precipiten y Maduro deba ser evacuado- están sobre la mesa, pero una de ellas es la que más convence a Maduro: Buenos Aires. En la capital de la Argentina el dictador venezolano cuenta con muchos amigos y algunos puentes ya fueron tendidos. La elección del país del cono sur por sobre República Dominicana, por ejemplo, está dada en la confianza que las autoridades argentinas despiertan en el mandatario chavista: confía en que no será extraditado.

En esa historia, hay una un interrogante que se hacen todos: ¿cómo llegó un desconocido empresario colombiano a formar parte del programa bandera de subsidio de alimentos de Venezuela? A continuación cinco claves que arrojan luces sobre el papel de Alex Saab en los llamados CLAP.

1.- ¿CÓMO SE INVOLUCRÓ ALEX SAAB EN LOS CLAP DE MADURO?

Maduro creó los CLAP en 2016, cuando Venezuela sufría una severa escasez de alimentos básicos y medicinas que mantenía a los ciudadanos formados en las largas filas durante horas frente a los supermercados.

Es en ese momento cuando entra Saab, que aparecía como uno de los dueños de Group Grand Limited (GGL), la empresa que inició la importación de alimentos para los CLAP, de acuerdo con denuncias de la oposición venezolana y de la ex fiscal Luisa Ortega Díaz, quien por años fue considerada cercana al chavismo, pero le dio la espalda a Maduro antes de ser destituida de su cargo en 2017.

Saab ya trabajaba con la Administración de Maduro al menos desde 2013, cuando consiguió un contrato de 60 millones de dólares para levantar gimnasios verticales para promover las prácticas deportivas y culturales, la solución que encontró el mandatario venezolano para atajar la alta criminalidad que atravesaba entonces el país.

Fotografía del 21 de junio del 2020 donde se observa una caja de Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), en Caracas (Venezuela). EFE/Miguel Gutiérrez

 

2.- ¿POR QUÉ SE ACUSA A SAAB DE SER TESTAFERRO DE MADURO?

Fue la propia Ortega Díaz quien acusó en 2017 a Saab de ser un presunto testaferro de Maduro, un ex chofer de autobús que gobierna Venezuela desde 2013.

La ex fiscal dijo entonces que los resultados de una investigación que había adelantado cuando dirigía la acción penal en Venezuela hacían presumir que Maduro era propietario de GGL, aunque en los papeles Saab y el también colombiano Álvaro Pulido figuraban como dueños.

Saab siempre negó, a través de sus abogados, ser parte del negocio de la importación de alimentos en Venezuela.

Pero las denuncias de Ortega Díaz encontraron eco en una investigación del Parlamento, que controlaba la oposición, y que apuntó a Saab y a Maduro como socios en la importación de alimentos para los CLAP.

3.- ¿CUÁNTO DINERO HA GANADO SAAB EN VENEZUELA?

La cifra no está clara, pero solo con la importación de alimentos para los CLAP, las compañías GGL y Asasi Food FZC, ligadas a Saab y Pulido, recibieron contratos por unos 1.500 millones de dólares entre 2016 y 2018, de acuerdo con un informe del Parlamento y una investigación del medio independiente venezolano armando.info.

Pero Saab, según denuncias de la oposición y las investigaciones de varios medios, también tiene intereses en la industria de la construcción y el petróleo, entre otras.

Así, resulta complicado establecer un monto preciso de las ganancias de sus negocios en Venezuela, aunque la oposición estima este número en varios miles de millones.

Los detalles de las negociaciones entre el Estado y los entes privados no suelen hacerse públicos en Venezuela, donde la opacidad sobre los indicadores de la economía y la cosa pública es, con frecuencia, la norma.

Alex Saab, Nicolás Maduro y las cajas CLAP

 

4.- ¿POR QUÉ LA OPOSICIÓN CRITICA LOS CLAP?

Según la oposición venezolana, este programa de alimentos subsidiados ha generado al país una importante pérdida patrimonial, calculada en varios miles de millones de dólares.

El Parlamento venezolano dijo a finales de 2018 que a través de los CLAP las mafias de la importación habían defraudado al país, al menos, 5.000 millones de dólares, gracias a los sobrecostes y los enormes márgenes de ganancias a los alimentos.

Pero, además, el Parlamento aseguró entonces que los alimentos de los CLAP tenían “escaso valor nutritivo” o eran de baja calidad, usando como ejemplo la leche que se reparte en estas cajas de comida.

El diputado Freddy Superlano, que presidía la comisión de contraloría del Legislativo, señaló que la investigación desveló que, en el caso específico de la leche, el aporte es entre 18 y 42 veces inferior al que ofrecen empresas fuera del sistema CLAP.

5.- ¿A QUIÉNES ATIENDE EL SISTEMA CLAP?

Maduro ha dicho que el CLAP atiende a unas seis millones de familias venezolanas, que reciben cajas con alimentos cada 15 días.

Así, siempre de acuerdo con el Gobierno, unos 24 millones de personas se benefician del programa, o, lo que es lo mismo, el 80 % de la población venezolana.

EFE no pudo contrastar estos números de forma independiente, dada la magnitud de un programa que se cumple en todo el país. Tampoco lo ha hecho algún organismo público que no dependa del Ejecutivo venezolano.

Pero EFE sí ha podido constatar cientos de denuncias de ciudadanos que se quejan por las demoras en el reparto de las cajas o de su contenido, que encuentran insuficiente para satisfacer las necesidades nutricionales de una familia.

Cada caja de comida, como norma general, contiene dos kilos de harina precocida, varios kilos de arroz y de espagueti, granos, leche, azúcar y, en algunos casos, enlatados de atún o sardinas.

Más allá de las denuncias por sobreprecios o mala calidad, estos cerca de 15 kilos de comida representan una ayuda real para muchas familias en medio de la severa crisis que sufre Venezuela, un país donde más de siete millones de personas, entre empleados públicos y pensionistas, perciben ingresos inferiores a los 10 dólares por mes.

EFE