Jeffrey Epstein parecía tener el final de su historia planeada. Acorralado, vulnerable e indefenso (como muchas de sus víctimas), el magnate estadounidense decidió suicidarse dentro de la celda en la que estaba en una prisión de Nueva York, mientras esperaba a ser juzgado por varios casos de abuso sexual. Dos días antes había firmado su testamento, que decía qué hacer con su fortuna de más de 630 millones de dólares.
Por clarin.com
Epstein nació el 20 de enero de 1953, en Brooklyn. Nunca se casó y tampoco tuvo hijos, al menos reconocidos: a fines del mes pasado, 130 personas se presentaron en una corte de Nueva York afirmando que el magnate es su padre, según informó The New York Post.
Los posibles “herederos” aspiran quedarse con al menos una porción de los 634 millones de dólares que dejó Epstein, pero ahora deberán someterse a una prueba de ADN de acuerdo a las leyes de los Estados Unidos?. Sin embargo, hay mucha incertidumbre en torno a esta herencia.
La herencia de Jeffrey Epstein
Por lo pronto, el testamento que dejó el magnate nombra a apenas 4 personas: Richard Kahn y el abogado Darren Indyke (sus testaferros habituales, que además ejercieron de albaceas), Boris Nikolic (un reemplazante para estos dos, quien de todas formas ya aseguró que se quiere mantener al margen de todo esto), y Mark Epstein (su hermano y único familiar directo).
A pesar de ello, ninguno de ellos es el heredero de todos esos millones de dólares, sino que Epstein dejó su fortuna (que cuenta con dinero en efectivo, propiedades en Nueva York, Florida, París, Nuevo México y las Islas Vírgenes, automóviles, barcos y hasta una colección de arte) en un fondo designado como Trust 1953, por el año de su nacimiento.
Según informan medios estadounidenses, el nombre del beneficiario de este fondo no se hará público. Lo único que se conoce es que los únicos que recibirán algo de ese dinero serán Kahn e Indyke: a cada uno se le dará 250.000 dólares por su tarea como albaceas.
¿Quién es el beneficiario del “Trust 1953”?
Las conjeturas se multiplicaron tras la muerte del magnate. Una de las teorías es que Epstein haya decidido hacer esto para que sus herederos puedan hacerse con la fortuna sin verse salpicados por el escándalo que sus abusos sexuales.
Otros, en tanto, piensan que los beneficiarios son los “facilitadores” del magnate, o sea aquellas personas que lo ayudaron a construir su red de pedofilia pero que de esta manera siguen en el aparente anonimato gracias a una última “ayuda” de Epstein.
Pero hay más, claro. Ghislaine Maxwell, su ex pareja, presentó un reclamo en el Tribunal Superior de las Islas Vírgenes para quedarse con una parte de la herencia. ¿La razón? Costear su defensa (algunos la ven como parte de la red de captación de menores).
Según explican medios estadounidenses, Maxwell pidió un “un reembolso” por los gastos en los que incurrió para garantizar su propia seguridad, ya que “recibe constantes amenazas contra su vida”. Por lo pronto, esta mujer se declaró inocente de haber reclutado mujeres para Epstein y de haber participado de los abusos. Pero nadie sabe dónde está.
Por último, en medio de todo esto, en las últimas semanas comenzó a tomar forma un fondo de compensación para las víctimas del magnate.
Entonces, ¿quién tiene la decisión sobre qué hacer con la fortuna de Epstein? Un tribunal de las Islas Vírgenes, donde recayó la gestión de la herencia.
Según explicó Vanity Fair, el único obstáculo de esto es que las víctimas deberían renunciar a tomar acciones legales contra el resto de asociados de Epstein (como por ejemplo Maxwell) a cambio del dinero. La historia, parece, continuará…