Tal cual lo admitió el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, la pandemia ha dejado “cruelmente a la luz” las divisiones geopolíticas en el mundo, lo que se reflejó con claridad durante la asamblea anual de la institución, celebrada a distancia ayer de manera virtual con la participaron 194 países.
En efecto, gran parte de las intervenciones giraron en torno a la rivalidad entre Estados Unidos y China y las acusaciones sobre el manejo de la pandemia y la responsabilidad en su propagación, mientras se ventilaban otros temas de capital importancia, como que los miembros instaron a que la futura vacuna contra el coronavirus sea un “bien público” y pidieron reformar la institución.
Parte de la disputa geopolítica tiene que ver con la competencia de los países por alcanzar una vacuna y el éxito de varios tratamientos, tras los anuncios de varios centros de investigación y laboratorios de haber hecho avances significativos en sus primeras pruebas. La lucha por las patentes de explotación, por ejemplo, es central en esta disputa por un medicamento que algunas organizaciones temen que sea acaparado por los países más ricos en detrimento de los más pobres.
Pero Washington estaba decidido a llevar la reunión a otro plano y criticó duramente lo que llamó el “fracaso” de la OMS frente a la pandemia, y más tarde, desde la Casa Blanca, el presidente Donald Trump dijo que la OMS era “una marioneta china”.
Leer más por El Tiempo