En 2019 se registraron al menos 1.120 muertes violentas de niños, niñas y adolescentes, de acuerdo con el reciente informe del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) y el Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap). Miranda, Zulia y Bolívar ocupan los tres primeros lugares en las estadísticas, con 79, 50 y 37 casos, respectivamente.
Por Jhoalys Siverio / correodelcaroni.com
Roberto Briceño, director del OVV, precisó que de estas muertes violentas, 49.9% de los casos corresponden a menores de 12 años, el resto a jóvenes entre 12 y 17 años de edad. De las 37 muertes violentas registradas en Bolívar durante 2019, 34 fueron en mayores de 12 años.
Al clasificarlas en tipos de muertes, 76% de los homicidios son de adolescentes, quienes también representan el 98% de las denominadas “muertes por resistencia a la autoridad”. En el caso de las muertes que siguen en averiguación, 84% son de menores de 12 años.
Sin apoyo institucional
Las 1.120 muertes violentas en menores de edad están desglosadas en 425 homicidios (100 en niños y niñas de 0 a 11 años y 325 en mayores de 12 años); 68 por resistencia a la autoridad, 539 muertes en averiguación y 88 suicidios, siete de ellos en menores de 12 años.
Briceño explicó que este último dato no se vincula a una situación estrictamente individual, sino a condiciones sociales, razón por la que fue incluido en el informe. Destacó también un elemento particular en los adolescentes: la pérdida del sentido del futuro, asociado a la migración de padres, no poder seguir costeando estudios privados, entre otros factores que pudieran estar condicionando esa tendencia.
Gloria Perdomo, también representante del OVV, acotó que la idea es que estos datos estén en manos de especialistas y advertir que en Venezuela están ocurriendo este tipo de hechos. Señaló también que en 2019, las escuelas perdieron capacidades de socialización, apoyo y acompañamiento a las familias.
Carlos Trapani, representante de Cecodap, lamentó que ante esta situación no hay políticas ni programas de salud mental, lo que significa un factor de riesgo. “No hay instituciones para prevenir los suicidios o atender a los niños, niñas y adolescentes con ideaciones suicidas”, afirmó.
FAES, principal victimario
De las 68 muertes por presunta resistencia a la autoridad, 67 fueron jóvenes mayores de 12 años. Sin embargo, en la data se incluye una niña menor de 12 años.
“Estas muertes son delitos. Reflejan la incapacidad, falta de profesionalismo y compromiso con los derechos humanos por parte de los organismos de seguridad”, manifestó Perdomo.
“No podemos tener una óptica belicista, como si fuesen a enfrentarse a enemigos en una guerra. Si esos adolescentes están investigados lo que toca a las autoridades policiales es ubicarlos y presentarlos en tribunales”, agregó.
Briceño precisó que en estos casos las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) es el principal organismo que aparece como actuante en muertes por resistencia a la autoridad en niños, niñas y adolescentes. Le siguen otros cuerpos de seguridad, como la Guardia Nacional y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
El director del OVV señaló también que la cuarentena, a propósito de la pandemia de COVID-19, pudiera generarse condiciones que generen violencia en menores de edad, al tiempo que afirmó que ha aumentado la violencia policial durante estos días de confinamiento.
Ambas ONG advierten que de no tomarse medidas y programas de atención especial, los niños, niñas y adolescentes continuarán siendo víctimas de múltiples afectaciones y vulneraciones de sus derechos, como el derecho a la vida.
De acuerdo con el OVV, los estados con menor índice general de muertes violentas tienen una tasa de entre 31 y 32 muertes por cada 100 mil habitantes, lo que significa tres veces más que el umbral que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como epidemia (10 por cada 100 mil habitantes).