El confinamiento impuesto en varios países europeos frente a la pandemia parece empezar a dar frutos, aunque el coronavirus sigue matando gente y hay que mantener la guardia para frenarlo, advierten los expertos.
La esperanza que levantó en los últimos días la caída del número de muertos de la COVID-19 en Italia, Francia y España, fue enterrada el lunes, con un repunte de los decesos.
No obstante, hay otras señales alentadoras, como el saldo de hospitalizados en cuidados intensivos, que retrocede en esos tres países, los más golpeados en Europa, y que hace pensar que se esta cerca del pico de la epidemia.
“Aunque lentamente, se comienza a observar una caída de la presión sobre los hospitales y las unidades de cuidado intensivo”, señala la doctora María José Sierra, del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias de España.
En Italia, el número de pacientes en cuidados intensivos también siguió disminuyendo el martes, por cuarto día consecutivo, con una reducción de 106 en 24 horas.
En Francia se ve la misma dinámica, y la cantidad de enfermos en cuidados intensivos subió de lunes a martes en 59, unas ocho veces menos que las cifras diarias de incremento de la semana anterior.
“Este es el criterio más importante, porque es el que somete a nuestros hospitales a una gran presión”, subrayó Olivier Véran, el ministro de Sanidad.
– “Micro-señales” –
“Son micro-señales alentadoras que nos hacen pensar que la curva de la epidemia se está desacelerando”, dijo a la AFP el profesor Philippe Vanhems, epidemiólogo del hospital Edouard Herriot de Lyon, en Francia.
“El confinamiento, combinado con las otras dos medidas fundamentales de distanciamiento social y gestos barrera, parece estar teniendo un efecto en el avance de la epidemia”, analiza Arnaud Banos, del Centro francés de investigación científica.
“Esto reduce el porcentaje de personas que se infectan, pero se necesita tiempo antes de que se vean los efectos”, dice Catherine Hill, una epidemióloga jubilada que analiza diariamente las curvas mundiales de la pandemia.
Pero “la gente sigue infectándose”, ya que el virus SARS CoV-2 sigue circulando, advierte.
De ahí la necesidad absoluta de mantener un confinamiento estricto, insisten los expertos. “Es precisamente porque vemos los primeros indicios de que el confinamiento empieza a funcionar que debemos continuar”, argumenta Jean-François Delfraissy, presidente del Consejo Científico sobre el coronavirus en Francia.
Entre la población hay una “proporción, aún no estimada con precisión, de personas infectadas sin síntomas pero que pueden infectar a otras personas”, detalla el doctor Vanhems.
– Alcanzar una meseta –
Esta gran incógnita dificulta las previsiones. El escenario “optimista” sería lograr estabilizar la curva para alcanzar una “meseta”, término que a menudo se prefiere al de “pico”, que supone un descenso rápido, algo que es improbable.
“El objetivo es hacer que esta meseta dure”, explica Arnaud Banos. Si se siguen respetando las medidas de confinamiento, esta meseta podría finalmente tender a caer y así “ganaríamos” la lucha contra el coronavirus.
Pero en caso de un desconfinamiento apresurado, el riesgo es que la curva que empiece a crecer de nuevo.
“Las previsiones nos muestran que una vez que se llega a una meseta y se relaja la presión, hay un rebote de la epidemia porque se liberan a personas que hasta ahora estaban protegidas y que entrarán en contacto con el virus”, advierte el especialista.
Y el temor es que demasiado optimismo conlleve a una relajación de las medidas.
El comisario del gobierno italiano a cargo del coronavirus, Domenico Arcuri, advirtió contra cualquier “ilusión óptica”. “Estamos lejos de la salida”, señaló.
Para Vanhems, hablar demasiado pronto de desconfinamiento puede crear una situación de riesgo, por lo que pide “una mayor vigilancia de todos los indicadores epidemiológicos (entradas en las unidades de cuidados intensivos, número de personas infectadas, muertes, llamadas al número de emergencia, etc).
En la ciudad china de Wuhan, cuna de la epidemia, las autoridades levantaron el miércoles el drástico confinamiento decretado hace dos meses y medio. Un días antes, por primera vez desde el brote de la epidemia, el país no anunció ninguna muerte de la COVID-19.
AFP