La escasez de combustible en Venezuela está complicando que los médicos lleguen a sus trabajos y los deja atascados en enormes filas para repostar gasolina, en momentos en que el brote de coronavirus amenaza con abrumar a una nación con un sistema de salud que ya estaba en crisis.
lapatilla.1eye.us
El país con las mayores reservas de petróleo del mundo lleva semanas sin poder suministrar suficiente gasolina a las estaciones de servicio debido al colapso de las refinerías y a las sanciones de Estados Unidos, que limitan la importación de combustible.
El desabastecimiento de gasolina y diésel ya está paralizando la producción y distribución de alimentos y ahora amenaza con complicar el funcionamiento de los servicios de salud.
Pese a que las autoridades han prometido a los médicos y otros trabajadores del sector un acceso preferencial en las gasolineras, los profesionales de la salud hacen colas desde la medianoche para llenar sus tanques, y a veces no lo consiguen pese a las horas de espera.
Si no estamos de guardia, estamos trasnochados para hacer la cola y probar suerte para ver si podemos comprar gasolina”, dijo María Fernanda Martínez, 24 años, médico en una clínica municipal que llegó a la estación de servicio a las 4:30 am del martes.
“Tengo algunos compañeros de trabajo que no han podido llegar a sus guardias y es necesario el personal para atender a todos los que llegan, son bastantes”, agregó mientras esperaba sentada en su vehículo.
Martínez tuvo que pasar por un puesto de control policial para entrar a la gasolinera, que solo permite el paso a los trabajadores de las áreas de alimentación y salud así como a algunos funcionarios del gobierno.
El Ministerio de Información de Nicolás Maduro no respondió de inmediato a una petición de comentario.
A la red de hospitales del sector público le faltan medicinas, equipos médicos y hasta de agua corriente, según denuncias de las organizaciones de médicos.
Venezuela ha reportado 165 casos coronavirus y siete fallecidos por la enfermedad.
Maduro culpa de las fallas de suministro de combustible al efecto de las sanciones de Estados Unidos que impiden a las petroleras vender combustible a Venezuela.
Opositores y analistas señalan que la crisis de abastecimiento se debe a los años de desinversión en las refinerías y a la corrupción en el país.
Julia Borges, 51 años, bioanalista que trabaja en un hospital en Caracas, tenía el martes menos de un cuarto de tanque y llevaba dos semanas tratando de encontrar combustible.
“El hecho de que esté tantos días en la calle, hace que esté más expuesta” a la enfermedad, dijo en una vía bloqueada con autos que trataban de acceder a la estación.
Las personas “que se supone somos prioritarias, somos los que tenemos que estar pasando trabajo en la calle, no nos abastecen de gasolina”, dijo.
Reuters