Irak ahondó el jueves aún más su crisis tras la decisión del presidente, Barham Saleh, de rechazar la candidatura a primer ministro presentada por la coalición Al Biná y de poner su cargo a disposición del Parlamento.
Casi un mes después de la dimisión de Adel Abdelmahdi en medio de la mortal represión a las protestas en rechazo al Gobierno y los partidos, las fuerzas políticas no han logrado ponerse de acuerdo sobre quién es la mayor fuerza parlamentaria y, por tanto, tiene derecho a nominar a un dirigente según la Constitución.
DUDAS SOBRE LA FUERZA QUE PUEDE NOMBRAR CANDIDATO.
Lo ajustado de las elecciones y la volatilidad de las alianzas en el Parlamento, han dejado a Saleh atrapado en una encrucijada burocrática que ya le llevó a consultar al Tribunal Federal Supremo y al Parlamento.
Sin que este último haya resulto sus dudas, Saleh aseguró que el nombramiento de un candidato sin saber cuál es el bloque con más escaños “puede representar una vulneración del texto constitucional”.
Por ello, el presidente rechazó este jueves al último candidato de la alianza Al Biná, a la que pertenece Al Fath y que se disputa el puesto de principal fuerza del Legislativo con Sairún, coalición apadrinada por el destacado clérigo chií Muqtada al Sadr.
“Con todo mi aprecio al señor Asad al Eidani, me abstengo de nombrarle como candidato del bloque Al Biná, puesto que la presidencia de la República ha recibido varias cartas sobre el bloque parlamentario con mayor número, pero que son contradictorias”, apuntó Saleh en una carta a la Cámara.
La crisis política, que no ha hecho más que agravarse en los últimos días tras expirar el plazo legal para nombrar a un nuevo primer ministro, ha llevado al presidente a poner su cargo a disposición de los diputados “para que decidan a la luz de sus responsabilidades como representantes del pueblo lo que vean oportuno”.
Saleh, en el cargo desde 2018, cuando se celebraron elecciones en Irak, argumentó que tomó esta decisión para “acabar con el derramamiento de sangre y proteger la paz” en el país, donde cerca de tres meses de protestas han causado más de 500 muertos y miles de heridos.
DISCREPANCIAS Y ACUSACIONES.
Una vez más, las distintas formaciones no han logrado ponerse de acuerdo ni en sus reacciones a la decisión del presidente.
Sairún, que afirma ser la coalición más grande y ha renunciado a su supuesto derecho de nominar en favor de los manifestantes, agradeció al presidente en un comunicado su postura “responsable” y “patriótica”.
“Las actitudes que favorecen los intereses de Irak sobre los intereses personales y de facciones, y que tienen como objetivo la estabilidad política y social son dignas de respeto y apreciación”, aseveró el bloque apadrinado por Al Sadr.
Al Biná, por su parte, aseveró que estaba dispuesta a nombrar un candidato de consenso, como ocurrió con Abdelmahdi tras los comicios del pasado año, pero “la política de matar tiempo” de Saleh y de “no cumplir con los plazos constitucionales” les llevó a defender su puesto como principal fuerza parlamentaria.
“Nos sorprendió la persistencia del presidente de violar la Constitución y no asignar al candidato del bloque más grande, con el pretexto del rechazo del candidato por parte de algunos partidos políticos”, dijo en una nota, al tiempo que pidió al Legislativo “medidas legales” contra el presidente.
La semana pasada, el segundo partido del Parlamento, Al Fath, propuso al presidente como candidato a Qusei al Suhail, una figura rechazada por los manifestantes por ser ministro de Educación Superior en el gabinete del primer ministro dimisionario.
Tras la renuncia de Al Suhail a su candidatura, el bloque Al Biná, también integrado por Al Fath, presentó como candidato de consenso a Asad al Eidani, gobernador de la ciudad sureña de Basora y una figura muy próxima a Irán.
Centenares de manifestantes salieron este domingo a las calles de Bagdad y de distintas ciudades del sur del país para rechazar a Al Eidani y para exigir el nombramiento de un primer ministro independiente y que no haya formado parte de anteriores gobiernos ni de partidos políticos. EFE