Para estas fiestas decembrinas son muchos los guaros que están desempolvando el arbolito y los adornos viejos, porque lucir un pino de Navidad nuevo este año cuesta un realero.
Por María B. Jordán | LA PRENSA de Lara
Tan solo un arbolito de un metro 50 centímetros de alto sale en 975 mil bolívares, lo que significa que son casi seis salarios mínimos, sin contar los adornos, pues las luces sencillas rondan los 100 mil bolívares, mientras que las LED pueden llegar a costar hasta 156 mil bolívares.
La gente pega un grito al cielo cuando ve los precios de los adornos navideños en el centro, pues además de que están caros no hay variedad, ya que muchas tiendas no se surtieron de este tipo de mercancía este año.
Leonor Brito detalló que para este año tiene pensado empezar a decorar su arbolito con las cosas que tienen guardadas.
“Ya no es como antes que uno cambiaba los colores de la decoración dependiendo la tendencia del momento”, manifestó, al tiempo que agregó que en medio de la crisis mantendrá esta tradición familiar que viene de generación en generación.
Quienes hacen sus compras en el centro detallaron que están buscando lo que sea más económico y al menos colocarle algo nuevo al arbolito. Lo más barato son las espigas en 3 mil bolívares cada una, mientras que cualquier adorno bien sea un muñeco, lazos, flores, San Nicolás, campanas y demás rondan los 35 mil bolívares y 45 mil bolívares la unidad.
La señora Carmen Amaro aseguró que las cosas viejas son las que van a salvar estas navidades, porque comprarlas nuevas es casi imposible para un trabajador que gane sueldo mínimo. “Por el costo que tienen no se va a poder comprar, la gente trabaja para comer y el sueldo no rinde para las compras de Navidad”, dijo.
Amaro agregó que se niega a perder el espíritu navideño en su hogar, por lo cual aseguró que adornará con los artículos viejos que tiene guardados.
No se ven
Los chinos de la 21 y los comercios del centro de Barquisimeto están sin adornos de Navidad, donde se consiguen son en tiendas grandes y supermercados a pesar que en años anteriores desde el mes de octubre ya los locales asiáticos estaban abarrotados de cualquier tipo de adornos.
Este año la situación cambió, pues la gente tiene que caminar mucho para conseguir los arbolitos y también para encontrar precios que se adapten al bolsillo de los guaros.