Tres masacres en sus comunidades en menos de un año es lo que han denunciado los líderes indígenas de la etnia Pemón en Venezuela. Si esto ocurriera en Chile, Colombia o Brasil sería un escándalo mundial y habría en estos momentos una campaña internacional para denunciarlo. Pero no es el caso de Nicolás Maduro que dispone del aval (o complicidad) de parte de la izquierda mundial y del aparato comunicacional del gobierno ruso. Así lo reseña alnavio.com
Por Pedro Benítez
Las masacres y desplazamientos de pueblos indígenas al sur de Venezuela continúan ante la complicidad o indiferencia del Ejército y del gobernador regional, general (r) Justo Noguera Pietri, militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en lo que definitivamente es una política por parte de Nicolás Maduro en su intento por controlar, al costo que sea, las minas de oro de la región.
Tres masacres en sus comunidades en menos de un año es lo que han denunciado los líderes indígenas de la etnia Pemón en el estado Bolívar, al sur del río Orinoco, y el exgobernador de ese estado y dirigente opositor Andrés Velásquez. Como ocurrió en febrero pasado cuando fueron asesinadas siete personas, en esta ocasión la denuncia ha venido acompañada de terribles imágenes de cuerpos mutilados y acribillados a balazos.
El pasado 23 de noviembre se hizo la primera alerta pública sobre otros seis asesinatos ocurridos contra miembros de la comunidad indígena Ikabarú, en la Gran Sabana, que se dedicaban a la minería, por un grupo armado que irrumpió en la zona. Las dificultades para la comunicación que hay en Venezuela hoy y la lejanía de la región, a más de 1.000 kilómetros de distancia de Caracas, dificultan la fluidez de la información que se ha ido confirmando con los días. Según los voceros de la comunidad podrían ser al menos ocho los indígenas asesinados.
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