Los colombianos mantienen viva la protesta contra la política económica y social del presidente Iván Duque que este domingo inició sus primeros contactos con políticos en una “conversación nacional” que es una incógnita en medio de la más grave crisis de su Gobierno.
El cuarto día consecutivo de manifestaciones giró en torno a Dilan Cruz, un joven de 18 años que ayer sábado fue víctima de una bomba aturdidora disparada por el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), que lo dejó gravemente herido al ser alcanzado en la cabeza cuando participaba de una protesta en el centro de Bogotá.
“El Esmad, una entidad creada por el Estado, agredió y le disparó un gas lacrimógeno de frente a un estudiante de este colegio. Yo soy docente, hemos salido a marchar pacíficamente, decentemente, sin agresiones”, dijo a Efe una maestra de Cruz en frente del colegio donde estudia en Bogotá.
Este ataque, condenado por el exceso de fuerza por parte de la Policía contra la protesta pacífica, hizo que una vez más los colombianos salieran a las calles de la capital colombiana para corear al unísono “sin violencia”.
Desde el jueves pasado la gente toma a diario de forma pacífica las calles en distintas ciudades para responder al llamado de sindicatos y movimientos sociales que se oponen a la posibilidad de que el Gobierno haga unas reformas laboral, de pensiones y tributaria que podrían perjudicar a los trabajadores.
SÍMBOLO DE RESISTENCIA
El ataque a Dilan Cruz lo convirtió este domingo en símbolo de resistencia y rechazo a la violencia policial, tal como quedó en evidencia en el colegio público Ricaurte donde estudia y frente al Hospital San Ignacio, en el que permanece con pronóstico reservado en la unidad de cuidados intensivos.
“Soy profe y me siento indignada por la agresión del Esmad a mi estudiante Dilan y sigo marchando pacíficamente”, rezaba un mensaje de una de las maestras de la víctima, quien dijo a Efe entre lágrimas que el chico “no es ni agresivo, ni de izquierda ni de derecha”.
A las instalaciones del centro educativo llegaron este domingo más de 1.000 personas que vestidas de blanco y llevando cacerolas caminaron hasta la calle del centro de la ciudad donde Cruz fue herido mientras coreaban: “Dilan, amigo, el pueblo está contigo”.
De igual forma, en el Hospital San Ignacio, en el barrio de Chapinero, una multitud se reunió alrededor de un improvisado altar hecho con flores blancas con las que formaron un corazón que en su interior tenía mensajes como “Fuerza Dilan” y “Todos somos Dilan Cruz”.
Las manifestaciones de este domingo fueron un anticipo de las movilizaciones convocadas para mañana lunes, día en que sindicatos y otros sectores juntarán su protesta contra el Gobierno con las marchas programadas como parte de la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
PETICIÓN A LA CIDH
A raíz de la agresión del Esmad contra Cruz, congresistas y diversas ONG pidieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que investigue la “grave situación” de los DD.HH. durante las manifestaciones.
Los senadores Iván Cepeda, del partido de izquierdas Polo Democrático Alternativo (PDA), y Antonio Sanguino, del partido Alianza Verde, afirmaron que la protesta “ha dejado heridos de especial gravedad y un significativo número de personas detenidas arbitrariamente”.
Por esto, junto al Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo y la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos pidieron que “cese la intervención” del Esmad y que se inste al Estado colombiano a “garantizar el derecho a la protesta” en todo el país.
“Esperamos que la Comisión Interamericana reaccione y observe detalladamente lo que está ocurriendo en Colombia para que garantice los derechos humanos a través de una comunicación con el Gobierno colombiano”, afirmó Cepeda a periodistas.
DIÁLOGO INCIERTO
Ante el incremento de las protestas, el presidente inició hoy una “conversación nacional” en la Casa de Nariño con los alcaldes y gobernadores elegidos el pasado 27 de octubre y que asumirán el próximo 1 de enero, con quienes habló de educación, salud, infraestructuras, paz, medio ambiente y medidas contra la corrupción, entre otros temas.
“Iniciamos con alcaldes electos del país la gran conversación nacional (…) donde evaluamos la coyuntura y necesidades urgentes de municipios y ciudades, y los planes que tienen, en los que el Gobierno los apoya por el bienestar de todos”, dijo Duque en su cuenta de Twitter.
Los alcances de esta reunión, que continuará a lo largo de la semana con otros actores políticos, son una incógnita ya que cuando convocó la “conversación nacional”, el presidente dijo que con ella buscaba fortalecer “la agenda vigente de política social”, pero no hizo referencia a los reclamos planteados por sindicatos y organizaciones sociales.
Por esa razón la convocatoria ha sido criticada por distintos sectores que no entienden el sentido de este diálogo ya que no incluye los promotores de la protesta y aparentemente tampoco sus demandas.
“Presidente Duque sea serio. A quien debe convocar es al Comité Nacional de Paro, conformado por las organizaciones convocantes de esta magna movilización”, afirmó el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), Diógenes Orjuela.
El líder sindical señaló que la Comisión Nacional de Concertación, convocada por Duque esta semana, no los representa y por eso, dijo, “no le admitiremos una sola palabra sobre el paro en esa reunión”, a la vez que pidió al jefe de Estado que “no se invente interlocutores”.
EFE