El presidente de Consecomercio Felipe Capozzolo señaló que en el país se están desarrollando formas de comercio, como los bodegones, que significan una competencia desleal no solo para el comercio formal, sino para la industria y demandó que si se van a permitir dispensas especiales para importar deben ser para todos, y no para grupos, publica Banca y Negocios.
Capozzolo reveló cifras que demuestran la situación de crisis que padece el sector comercio. Hasta octubre, la actividad comercial registró una caída anualizada de 40%. Por razones estacionales, la caída puede aminorarse hasta 35% al cierre de diciembre.
«Venezuela es un país donde se implementan políticas públicas sin convocar a los sectores económicos involucrados. Al principio, este tipo de nuevas tiendas, estas nuevas soluciones de abastecimiento, fueron vistas o interpretadas como un fenómeno puntual, pero ahora vemos que hay detrás una política que busca abastecer un mercado deprimido con productos importados, que representan una oferta difícil de estudiar, porque no está gremializada, no ofrece garantías de calidad ni de honestidad del empresario; sin embargo, empiezan a hacerse del poco y muy restringido mercado venezolano. pero no logran satisfacer las necesidades de los más pobres, que representan 90% de la población», señala el dirigente gremial.
Cappozolo recuerda que el aporte al PIB del sector comercio ha caído 75% en los últimos seis años, y es muy difícil invertir y generar empleo formal en medio de una circunstancias tan complejas, una crisis tan aguda.
Señala que las cadenas comerciales tradicionales, los emprendedores, se ven trastocados por la hiperinflación, mientras que «llegan gran cantidad de productos importados con permisos, licencias y dispensas especiales, por lo que necesitamos reglas claras; en todo caso que las dispensas sean para todos. La idea no es solo abastecer al país de golosinas, sino productos básicos, por lo que necesitamos la restitución de libertades».
Y ahí llega otro dato crítico: según la data reciente revisada por Consecomercio el consumo de productos básicos, incluyendo alimentos, ha caído en una media de 43% en lo que va de año, sin incluir las ventas en el «mercado negro» que funciona en dólares.
«Hay muchos bodegones preparándose; lo que decimos es que si va a entrar producto importado tiene que entrar pagando impuestos, porque si estos productos no van a entrar pagando impuesto y sin permisos que sea igual para todo el mundo. Estos comercios representan una competencia desleal para los industriales y para los comerciantes formales. O todos importamos por esa vía o todos nos volvemos al esquema regular», apunta Cappozolo.
Estas tiendas que se propagan a velocidad sorprendente en un país en crisis utilizan una metodología de permisos y dispensas. Cappozolo recordó que aún está vigente la Ley de Costos y Precios Justos, que funcionan como una «espada de Damocles» que pende sobre las cabezas de todos los que hacen actividad.