Cuando los venezolanos comprendamos que en la organización está la herramienta fundamental para hacer los cambios que exige el país, en ese momento, todos, como un solo hombre, haremos lo necesario para acelerar el proceso que derivará en la salida de la crisis.
Y esa organización comienza en cada rincón, en cada comunidad, y empieza con la definición de objetivos claros y precisos, y la fijación de metas y lapsos para lograrlos. Y esta tarea hay que hacerla con gran mística, compromiso y devoción, las mejores aliadas de la organización.
Desde Acción Ciudadana en Positivo (ACEP) venimos recorriendo todos y cada uno de los rincones de esta nación. Hemos llevado a nuestros hermanos venezolanos la semilla del trabajo y el compromiso. Les hemos ofrecido herramientas de organización.
Nuestro principal objetivo es sacar de sus mentes la palabra pueblo, que fue manipulada por demagogos y populistas e implantada en los venezolanos como si se tratase de una minusvalía: el pueblo no es capaz de progresar si papá Estado no le tiende la mano.
Y queremos sacar el concepto mal aplicado – porque en Derecho y en Ciencias Políticas, pueblo es el sujeto de la soberanía nacional –, para sustituirlo por la palabra ciudadanos, es decir, sujetos activos de un Estado, titulares de derechos políticos y sometidos a su vez a las leyes.
A lo largo de la historia universal, las palabras pueblo y popular han tenido una gran elasticidad para ser empleadas por todo el espectro político, desde la izquierda hasta la derecha.
Los ciudadanos venezolanos deben adquirir responsabilidades y exigir respeto; deben estar conscientes de que un derecho genera un deber; y que es necesario honestar los procesos para cumplir las metas.
Todos los ciudadanos venezolanos son depositarios de la soberanía popular y la ejercen principalmente mediante el voto o sufragio.
Acción Ciudadana En Positivo está trabajando para crear ciudadanía. Estamos sembrando la semilla de responsabilidad, mística y compromiso que todos los venezolanos debemos tener con el país. No basta, por un lado, rasgarse las vestiduras y gritar a los cuatro vientos “Yo soy venezolano”, mientras por el otro lado, permitimos que quienes destruyeron el país lo sigan haciendo, negándonos a participar en procesos electorales, a organizarnos y reforzar cualquier acción tendiente a lograr un acuerdo político que destranque el juego.
Venezuela, estoy convencida de ello, es un país con mucho futuro. Hay una juventud que se está preparando, que lucha, que cada día se levanta y no se deja vencer por las adversidades.
Estamos frente a un gobierno perverso, que busca la destrucción total de la nación para adueñarse de ella por la fuerza. Pero nos corresponde a los venezolanos unir fuerzas para evitarlo.
Por eso quiero concluir con el poema “Primero vinieron”, escrito en los años 50 del siglo pasado por el pastor luterano alemán, Martin Niemöller.
“Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada”.
Tenemos una responsabilidad con Venezuela. Los ciudadanos debemos actuar en consecuencia.
@Griseldareyesq