Brahaman Jhusep Guevara Pabón cumplió 11 años el domingo 20 de octubre pasado. Era un niño tierno, detallista, de un corazón grande y que, según su mamá, Luz Marina Pabón, odiaba las injusticias. No obstante su corta edad, soñaba con ser doctor y comprarle una casa y un carro a su madre.
Le encantaba jugar fútbol, era hincha del Real Madrid y fan de James Rodríguez. De hecho, el día que murió, tras caer en extrañas circunstancias por el ducto de un ascensor en un edificio residencial en Kennedy, la tarde del sábado 2 de noviembre pasado, estuvo entrenando porque tenía un campeonato al otro día.
“Por estar jugando fútbol fue que le pasó esto. Él estuvo hasta las 5:30 de la tarde allá, en la cancha del conjunto, y cuando subía para el apartamento con un amiguito que iba para el piso 11 fue que se frenó el ascensor”, contó Luz Marina durante el funeral de su hijo.
Esta mujer, que vivía con Brahaman y Fiona, una schnauzer que era la mejor amiga de su pequeño, ha tenido que soportar varias pérdidas recientemente. El año pasado murió su madre y también el papá de su hijo.
“El niño todavía estaba afectado por el duelo de la abuela, no lo podía asimilar”, confiesa. Sin embargo, Luz se arma de valor para tratar de entender qué fue lo que ocurrió y pedir que la muerte de su pequeño no quede impune.
El día del accidente, a las 8 de la noche, se preocupó porque su hijo no llegaba a la casa, así que fue a buscarlo. La gente murmuraba que un vigilante había caído desde el piso sexto de uno de esos ascensores que tanto habían estado fallando desde hace meses.
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