Indudablemente Venezuela está en crisis y nadie quiere asumir la verdad. Pero la cosa no es un simple concepto, es más grave que eso.
Ya no tenemos país y el futuro de la nación está comprometido porque a quienes gobiernan hoy no les importa el país, solo su riqueza personal y tener al resto rodilla en tierra, frase ésta que les fascina escuchar, porque es la sumisión absoluta de un ser humano a sus dominios.
Ahora bien, hay dos modelos económicos.
Uno planteado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que obliga al ciudadano a vivir un paquetazo que termina en estallido social porque el mismo es insostenible. Esto ocurre por un detalle: los políticos de turno se roban el 60% de ese ingreso, mientras el bolsillo de los ciudadanos se ve duramente golpeado.
Cuando el FMI presta dinero fresco a un gobierno, es para que ese país tenga una “estabilidad económica” a cambio de aplicar un conjunto de medidas que van desde aumento del pago de los servicios como agua, luz y aseo, hasta el cobro de más impuestos, que azotan al ciudadano. Todo esto con el fin de que el FMI recupere casi de inmediato el recurso prestado, mientras en paralelo el país entre en una fulana estabilidad.
El otro modelo es el de la entrega de un país. Mucha gente se pregunta ¿por qué Cuba está en ruinas si son unos pocos y el socialismo de Fidel imponía el trabajo duro? La respuesta es sencilla. Ellos entregaron el país a los soviéticos a cambio de dinero para estar bien, no al FMI.
En el caso de Venezuela, se entregó el país a rusos y chinos con el mismo propósito. Pero estos acreedores piden bienes a cambio del préstamo. China presta dinero a Venezuela y el país como forma de pago les entrega algo. Y como en esta nación hay petróleo, pues eso es lo que le entregaron.
Por eso escuchamos a Hugo Chávez decir “China explotará la faja del Orinoco”. Esa fue su forma de pago: le dieron a los chinos el lomito del país por $5 mil millones. Chávez repartió ese dinero entre familiares y amigos, y ya los chinos se están llevando todo lo que les corresponde por concepto de deuda.
Así los rusos. Ellos prestaron dinero, pero tienen la explotación del oro y del gas. Rusia se lleva a manos llenas nuestro oro sin importarles la desforestación que está ocasionando al país, sin importarles la destrucción de zonas vírgenes. “Ojos que no ven, corazón que no siente”, reza un dicho popular. Y total, como nos vamos a morir, hay que vivir el momento y no importa si nuestros hijos y nietos tendrán a nación.
Alguien dijo “la vida hay que vivirla a intensidad, no cada día sino casa segundo” y eso hacen: aseguran el futuro de los suyos y al pueblo les dan un bono de Bs. 75 mil porque con eso “son felices”.
Esa es la diferencia entre los dos modelos. Ambos los repudiamos: el del FMI y el de la entrega de un país.
Cuando la gente se pregunta “¿vamos a estar como Cuba?”, yo les respondo “sí”, porque quienes están en el poder están entregando al país. Ellos quebraron a las empresas y no por socialismo sino para adueñarse de ellas. Y lo hacen en diferentes escalas.
Los grandes lo hacen con súper industrias. Hoy vemos cajas de los productos Zucaritas y Corn Flakes con la bandera de Venezuela y a precio internacional. Hicieron lo imposible para que la Kellogg’s se fuera del país. Hoy está demandando al gobierno no solamente por la apropiación y uso indebido de sus activos sino también de la marca comercial. Un súper enchufado se apropió de la empresa y usa la marca y vende los productos, pero no a precio socialista sino a precio internacional. Y así muchas empresas.
Lo mismo pasa con gobiernos regionales y municipales que se apoyan en los instrumentos de persecución, pero además crean más impuestos, imponen multas impagables y todo lo que sea necesario para obligar a industriales, comerciantes y fabricantes a vender. Alguien con instrucciones precisas va y los compra, adueñándose de los negocios.
A ellos el país no les importa. Pero a la otra dirigencia política tampoco, porque no hacen más. Saben lo que ocurre y se quedan callados, total, “ese negocio no es mío”, dirán.
Ciudadanos. Estamos perdiendo el país y esto obedece a un plan macabro en el cual hay mucha gente involucrada. Hay gente que dice ser radical pero ayuda a que estos señores se mantengan en el poder. Hay gente que grita ser de oposición, pero hace todo lo que los chavista necesitan para atornillarlos más en el poder.
Hay gente que incluso llama a no votar y encuentran eco, porque muchos están comprometidos con un botín. No les importa el país, ni el futuro de sus hijos y nietos. Solo les interesa su estabilidad. Para el resto, la suposición es “sálvese quien pueda”, “haga usted lo que pueda, que el país está entregado”.
@Griseldareyesq