Una multitud vestida de negro, muchos luciendo tatuajes, pírsines, cabellos pintados, cadenas y correas, tomó este viernes el Rock in Río para disfrutar de la única jornada metalera de las siete que componen el festival en la edición de este año en Río de Janeiro.
A diferencia de las otras jornadas, en que el negro era común pero no unanimidad, este viernes fue el color dominante en la masa que invadió la Ciudad del Rock para disfrutar de bandas de rock duro como las icónicas Iron Maiden y Slayer, o las alemanas Helloween y Sepultura.
La gran mayoría usaba igualmente camisetas estampadas con los símbolos de sus bandas favoritas, principalmente Iron Maiden, aunque algunos usaban las de grupos, como Metálica, que no estarán presentes en Río de Janeiro, la ciudad brasileña en que nació el Rock in Río.
La llegada de la mancha negra a la Ciudad del Rock coincidió precisamente con el día más caliente en las últimas semanas, con temperaturas por encima de los 33 grados centígrados en pleno inicio de la primavera austral, lo que obligó a muchos a buscar refresco en las pocas sombras disponibles o hasta con baños en la laguna artificial.
Para muchos, esta es la única noche realmente de rock en el festival, ya que, en su opinión, todas las canciones suaves y alejadas del Heavy Metal, aunque usen guitarra, bajo y batería, no pasan de pop.
“Este es el verdadero día del rock. Rock in Río debería tener sólo rock”, afirmó a Efe Marcia Jardim, una productora de eventos de 45 años que dice estar cumpliendo su sueño por asistir al concierto de Iron Maiden tras haber acudido en 2015 al de Metálica.
El público de este viernes es de un perfil totalmente diferente al esperado el sábado, cuando están previstas presentaciones de astros del pop, como la estadounidense Pink, la brasileña Anitta o las bandas Black Eyed Peas y H.E.R.
Y para los asistentes a los conciertos este viernes, la vestimenta y los adornos forman parte del espectáculo en la jornada de metal en el Rock in Río.
“El visual forma parte del show con certeza. Es el clima. Es algo inexplicable la sensación de estar aquí en medio de toda esta gente”, afirmó Jardim.
“El estilo también forma parte del espectáculo, incluso me pinté el cabello de azul antes de venir aquí. Y todo el mundo vestido igual forma parte del espectáculo”, añadió a Efe el estudiante Leonidas Souza Costa, quien se dijo feliz de poder asistir a Iron Maiden pese a que había comprado entrada para Megadeth, banda estadounidense que canceló su gira.
La responsable de abrir los conciertos de este viernes fue la banda Nervosa, un trío de mujeres brasileñas metaleras con nueve años de carrera y tres discos de thrash metal.
Pese al prejuicio que dicen sentir en un ambiente dominado por hombres, las tres jóvenes consiguieron reunir a un considerable público en el Palco Sunset, un escenario secundario del Rock in Río, y comandaron un concierto en que miles de personas movieron violentamente sus cabezas y formaron rodas de pogo.
Nervosa ha dividido palco con conocidos grupos de thrash metal como Exodus, Kreator y Benediction, y ganó repercusión internacional luego de que la vocalista de la banda alemana Destruction, Schmier, ayudara a divulgar el primer clip del grupo en sus redes sociales.
Rock in Río, considerado como el mayor evento de música y entretenimiento del mundo, ha ofrecido, en 34 años de vida y 20 ediciones en Río, Lisboa, Madrid y Las Vegas, 119 días de conciertos y 2.338 atracciones musicales, vistas por unos 10,2 millones de espectadores.
La actual edición comenzó el pasado final de semana con tres jornadas en que se presentaron grupos o cantantes como Bon Jovi, Drake, Weezer y Goo Goo Dolls, y culmina el próximo domingo, tras otras cuatro jornadas, con los conciertos de la banda estadounidense Imagine Dragons y del trío inglés Muse.
EFE