¡Sin sanciones! La propuesta del candidato demócrata, Julián Castro, para salir de Maduro

¡Sin sanciones! La propuesta del candidato demócrata, Julián Castro, para salir de Maduro

Julian Castro, habla durante un evento en el que anunció su decisión de buscar la nominación presidencial demócrata 2020. AP/Eric Gay

 

El aspirante presidencial demócrata Julián Castro cree que hay pruebas fuertes del abuso de poder del presidente Donald Trump que podrían garantizar, en su opinión, un proceso de juicio político al mandatario que buscaría su destitución. Castro también cree que Estados Unidos si puede hacer frente al desafío de la inmigración y concedería el TPS a los inmigrantes venezolanos.

Por Jorge Agobian | Voz de América

El precandidato, que fue alcalde de San Antonio, Texas y ex secretario de Vivienda en la administración de Barack Obama, habló por teléfono con el periodista Jorge Agobian de La Voz de América sobre ese tema, y otros que interesan al electorado hispano como inmigración, Venezuela, y sobre asuntos generales de política exterior como Irán y Corea del Norte.

A continuación la transcripción de nuestra entrevista con el precandidato demócrata Julián Castro.

JORGE AGOBIAN – Me gustaría comenzar preguntándole sobre la investigación que hace la Cámara de Representantes al presidente Trump.

JULIAN CASTRO – Me complace ver que la consulta sobre un proceso de destitución contra el Presidente (Donald Trump) avanza. Hay pruebas muy fuertes de que ha violado su juramento presidencial y el proceso de destitución está garantizado. Espero que el pueblo estadounidense pueda verlas todas, y confío que cuando lo haga, la mayoría de los estadounidenses aprobarán no solo juzgar al presidente, sino removerlo del cargo por sus flagrantes abusos de poder.

J.A. – Hablemos de inmigración. Esta administración está firmando acuerdos con Guatemala y El Salvador para que los solicitantes de asilo lo hagan en estos países antes de venir a Estados Unidos. ¿Cuál es su opinión sobre esto y mantendría usted esos acuerdos?

J.C. – Discrepo con la forma en que la administración ha abordado esto. Ellos están poniendo una carga excesiva a las personas que huyen en circunstancias desesperadas en busca de una vida mejor, así que no concuerdo con esa solución. También estoy en gran desacuerdo con los protocolos de protección de migrantes que la política con México y que yo (los eliminaría) si fuera presidente.

J.A. – ¿Cómo su administración abordaría este tema?

J.C. – Bueno, en lugar de sofocar la capacidad de la gente para hacer sus solicitudes de asilo, yo les permitiría que las hicieran y establecería un sistema judicial de inmigración independiente con el número de jueces y el personal requerido para escuchar realmente esas peticiones de asilo cuanto antes, para que la gente no tenga que esperar si recibe o no el asilo. También he dicho claramente que bajo mi administración aceptaríamos más refugiados. La administración Trump los ha disminuido. Yo creo que el número de refugiados que Estados Unidos debe aceptar debe aumentar a los 110 mil que logramos en un momento durante el gobierno de Obama.

J.A. – Secretario, usted ha mencionado un Plan Marshall para el siglo 21. ¿En qué consiste esto?

J.C. – El mayor desafío que enfrentamos con la inmigración en este momento es que tenemos a mucha gente que llega a la frontera sur desde los países del Triángulo Norte: Honduras, El Salvador, Guatemala, los cuales no pueden encontrar seguridad ni oportunidades en sus países.

Yo he propuesto un Plan Marshall para el siglo 21 para trabajar con los países del Triángulo Norte para que las personas puedan encontrar seguridad y oportunidades en casa, en lugar de tener que hacer la peligrosa travesía hasta Estados Unidos. Requeriría fomentar algunas de las inversiones que ya estamos otorgando a esos países. Se sumaría a eso y también se buscarían nuevas vías en las que podemos trabajar con esos gobiernos productivamente para crear más oportunidades allá y también seguridad.

De modo que es una forma más ideal que resulta menos costosa y más efectiva que construir un muro y más instalaciones de detención.

Somos realmente capaces de hacer frente al desafío de la inmigración y también de mejorar la calidad de vida de las personas que viven en esos países.

J.A. – Pasemos a Venezuela. Usted mencionó en el debate que trabajará estrechamente con los socios y aliados de EE.UU. Hemos visto un encuentro entre el presidente Donald Trump y los aliados estadounidenses en la Asamblea General de la ONU. ¿Qué significa que usted trabajará más estrechamente con los aliados y cómo lo haría?

J.C. – Veo a Nicolás Maduro como un dictador que ha gobernado mal a su pueblo y quiero que Estados Unidos haga lo que pueda para asegurar que el pueblo venezolano pueda recibir asistencia humanitaria y celebrar elecciones libres y justas, y que los venezolanos que están viviendo aquí en Estados Unidos obtengan un estatus de protección temporal.

Como presidente, yo otorgaría un estatus de protección temporal a los venezolanos y los colocaría en el camino de obtener la ciudadanía, como otros que gozan de esa protección. Esas son las vías en que yo creo que podemos trabajar para mejorar las vidas de los venezolanos, de los que viven en su país y los que están aquí en Estados Unidos.

También creo que tenemos una oportunidad en los años venideros para mejorar nuestras relaciones con América Latina, con nuestros aliados y quizá con los que tradicionalmente han sido adversarios.

Estoy convencido de que si fuera presidente yo tendría una capacidad única y sin precedentes para hacerlo, y que necesitamos hacer ahora más que nunca, porque vivimos en un mundo del siglo 21 donde Estados Unidos necesita amigos, mientras que China anda por el mundo forjando sus propias relaciones en África y América Latina.

Tiene sentido que Estados Unidos haga un mejor trabajo recabando el apoyo de sus aliados y presionando a Nicolás Maduro a que celebre elecciones libres y justas para cambiar lo que está haciendo y servir mejor al pueblo venezolano.

J. A. – En este caso en Venezuela, ¿cómo usted trabajaría con los socios y aliados de Estados Unidos. ¿Cómo lo haría diferente a esta administración?

J.C. – Primero, esta administración ha fallado a los venezolanos que están en Estados Unidos porque no les ha ofrecido un estatus de protección temporal. Una cosa que haría diferente es ofrecer ese estado. En cuando a Venezuela propiamente, yo no impondría sanciones económicas al país, que en realidad afectan ya al pueblo venezolano. Yo buscaría vías que beneficien al pueblo venezolano, y presionar al gobierno venezolano, al propio Maduro, y lograr elecciones libres y justas para que todos tengan una representación legítima en Venezuela.

Eso incluiría acudir a nuestros aliados, ya sea México u otros países de América Latina, y tratar de poner esa presión sobre Venezuela.

J.A.- ¿Usted levantaría las actuales sanciones sobre Venezuela, por ejemplo?

J.C. – Revisaríamos las sanciones. Quiero entender cómo en realidad están haciendo efecto en Venezuela. No creo que debemos afectar al pueblo venezolano. Creo que debemos presionar a Maduro. Si las sanciones afectan al pueblo venezolano más de lo que deben, entonces sí, las revisaría. Lo que quiero es revisar lo que están haciendo las sanciones.

J.A. – ¿Cuál sería su opción máxima con Venezuela? ¿Hablar de una cooperación internacional con todos los socios y aliados de Estados Unidos?

J.C.- La meta final sería que el pueblo venezolano tenga una legítima administración democrática. Y para que esto suceda, tenemos que recabar el apoyo de los aliados para ejercer presión para que el país celebre elecciones libres y justas. Trabajaría para eso.

J.A. – ¿Y sobre Cuba? ¿Volvería su administración a la época de Obama de levantar el embargo, por ejemplo?

J.C. – Creo que el presidente Obama estaba en el camino correcto con Cuba. Claro, el régimen de Castro fue opresivo en muchas vías, ha sido opresivo. Pero yo creo en el pueblo cubano y creo que quiere democracia y libertad. Quiere la oportunidad de lograr todo su potencial y la mejor manera de llegar hasta allí es acercarse a Cuba en lugar de lo que hacíamos, que es esencialmente mantenernos como enemigos completos.

J.A. – Finalmente, secretario, ¿Qué podemos esperar de su política exterior con respecto a Irán y Rusia?

J.C. – La administración Trump cometió un error cuando se retiró del acuerdo nuclear con Irán. Yo haría lo posible para regresar a ese acuerdo, presionaría a Irán para que vuelva a cumplir el acuerdo y Estados Unidos también acataría lo acordado. Si eso no es posible, tendríamos que buscar un nuevo acuerdo que contenga la capacidad de Irán de fabricar un arma nuclear.

Creo que lo que hacemos en Irán también tiene consecuencias en el trato con Corea del Norte. Por ejemplo, Trump tiene un problema de credibilidad porque por qué alguien, entre ellos Kim Jong Un, hace acuerdos con Donald Trump, con Estados Unidos, para contener su programa de armas nucleares cuando Trump rompió un acuerdo que Estados Unidos suscribió solo hace cuatro años y todo el mundo reconocía que Irán estaba cumpliendo realmente los términos del acuerdo. Fue una decisión estúpida. Nunca debió suceder y va a dañar nuestra capacidad de hacer acuerdos futuros para contener a los países que quieren poseer armas nucleares o expandirlas.

Es importante arreglar las cosas con Irán, no solo para contener su programa de armas nucleares, sino por el futuro de acuerdos para contener programas de armas nucleares en otros países.

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