El Sindicato Unitario Nacional de Empleados del Instituto Nacional de Parques (Sunep-Inparques) denunció este jueves 22 de agosto que la Dirección de Recursos Humanos del Instituto ejerce presión sobre los guardaparques amenazándolos con no recibir la homologación de sus cargos a menos que renuncien “voluntariamente” para cambiar su estatus atentando contra la estabilidad laboral del trabajador.
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José Matute, secretario general de Sunep-Inparques y Marlene Sifontes, secretaria de organización, presentaron un documento al despacho del presidente de Inparques, Josué Alejandro Lorca, en donde exigieron el cese de las indebidas e inconstitucionales presiones a la que están siendo sometido los guardaparques y se proceda a homologar a todos los trabajadores que ejercen la función de guardaparques.
También urgen en la necesidad de crear una estructura de cargos para los guardaparques, creíble y confiable que les garantice derechos laborales a los trabajadores desde que ingresan. Recomiendan seguir los criterios establecidos por la administración pública donde se contemple al momento de ingresar el cargo de Guardaparque, para los ascensos los cargos de Guardaparque I, Guardaparque II, Guardaparque III, Guardaparque IV, Guardaparque coordinador y Guardaparque jefe, con sus salarios ajustados a dichos ascensos, así como la designación de cargos de dirección por concurso.
En aras de garantizar la protección de los guardaparques, el sindicato también exhorta a al instituto el otorgamiento de pólizas de seguros especiales al personal de campo que se somete continuamente a riesgos laborales extremos, ya que las pólizas actuales no le dan la cobertura necesaria para atender alguna eventualidad médica. Mencionan que esta situación podría desencadenar una crisis aún mayor ante el proyecto del instituto de ingresar a 10 mil guardaparques y 10 mil bomberos exponiéndolos a continuos riesgos laborales.
Por último, pero no menos importante, piden se les garantice a los guardaparques el derecho a la vivienda, ya que intentan desalojarlos del lugar asignado para su residencia en los parques a los cuales han sido destacados y han permanecido allí por muchos años junto a sus familias. En otros casos, planean incorporar a la vivienda que ocupa un guardaparques con su familia a 20 nuevos guardaparques constituyendo una violación a la privacidad familiar.
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