Ecopetrol se asocia con Occidental Petroleum para hacer fracking en EEUU

Ecopetrol se asocia con Occidental Petroleum para hacer fracking en EEUU

El logo de Ecopetrol REUTERS/Jaime Saldarriaga/File Photo

 

Ecopetrol acaba de hacer un movimiento clave en la búsqueda de reservas y en la diversificación de su portafolio. Se alió con OXY y desarrollará proyectos de fracking en Estados Unidos, lo que le significará invertir 1.500 millones de dólares. ¿Qué implica esta medida? La revista SEMANA (Colombia) lo analiza en una nota especial

Por DMB |  lapatilla.1eye.us





A finales del mes de julio se concretó otro hito en la historia de Ecopetrol: la petrolera nacional hizo una alianza estratégica con Occidental Petroleum Corp. (OXY) para desarrollar conjuntamente proyectos no convencionales –fracking– en Estados Unidos.

El acuerdo contempla que OXY tendrá el 51 por ciento de la nueva compañía, a la que aportará su experiencia como operador y unos 97.000 acres en Permian, región de Texas considerada la Arabia de Estados Unidos. Por su parte, Ecopetrol participará con el 49 por ciento restante, que le representará invertir cerca de 1.500 millones de dólares.

Con ello, la petrolera estatal colombiana avanza en su estrategia de diversificarse para incorporar nuevas reservas a su portafolio. Esta es una variable clave en la sostenibilidad de la empresa.

A diferencia de los procesos de exploración y perforación que llevan años hasta producir, esta movida le permitirá a Ecopetrol incorporar rápidamente reservas probadas por cerca de 160 millones de barriles equivalentes de petróleo en 2019, un aumento cercano al 10 por ciento frente a las reservas de 2018.

La producción se iniciará este mismo año en niveles de 20.000 barriles diarios, y aumentará progresivamente hasta alcanzar, al final de los primeros diez años, 100.000 barriles diarios. Esta jugada también resulta clave en cuanto al know-how que pueda adquirir la compañía para aplicar el fracking en Colombia u otros mercados.

Para la operación, Ecopetrol no se endeudó y, según los cálculos de algunos analistas, pagó un precio de un poco más de 9 dólares por barril. Esto sin tener en cuenta la potencialidad de esos pozos que podrían incorporar en los próximos años otros 100 millones de barriles.

Las lecturas

Tras el golpe que significó para la petrolera nacional la caída de los precios del crudo a mediados de esta década, tuvo que reformular su estrategia. Ajustó su estructura y bajó costos y gastos para equilibrar las finanzas y esperar, con paciencia, la recuperación de los precios.

En los dos últimos años, la tendencia cambió, volvieron las utilidades y la repartición de dividendos no solo para su socio mayoritario, el Gobierno nacional, sino también para los fondos y los miles de accionistas que han participado en el proceso de democratización accionaria.

Las vacas flacas quedaron atrás y en los años recientes Ecopetrol ha logrado recuperar sus ingresos y el dinamismo de su flujo de caja. Este podría llegar en los próximos años a 20.000 millones de dólares (más de 60 billones de pesos), gracias a una mayor producción y a una tasa de cambio favorable. Solo a marzo de este año, la caja de Ecopetrol ya tenía 16 billones de pesos.

Pero esto también representa tentaciones para el Gobierno en su propósito de que algunos de esos recursos alivien la estrechez fiscal, y las inversiones de la petrolera impulsen el crecimiento económico del país. De hecho, ya una primera movida en ese sentido se reflejó en un dividendo extraordinario de 2 billones de pesos que pagaron en 2019.

Desde hace un par de años, la empresa buscaba una jugada que le permitiera aumentar sus reservas. Ese es su gran lunar: el bajo nivel que apenas le da un horizonte de producción de 6,3 años.

La operación con OXY es, sin duda, una de las movidas empresariales más importantes de lo que va corrido de este año. No solo por el monto, sino también por lo que representa en la coyuntura de Colombia, y las lecturas que esta movida puede tener con el Gobierno nacional.

Hoy por hoy, el país está atento a la posibilidad de desarrollar fracking para aumentar las reservas y alejar el fantasma del agotamiento de los hidrocarburos. Este implicaría tener que importar crudo para alimentar las refinerías y dejar de recibir los billonarios recursos que llegan vía exportaciones, regalías e impuestos.

Sin embargo, el debate sobre ese tema está casi congelado. A principios del año, una comisión de expertos designada por el Gobierno dio el guiño para adelantar en Colombia pruebas piloto de esta polémica técnica de extracción de hidrocarburos, criticada por ambientalistas y líderes sociales.

Pero el tema ha avanzado poco y sigue generando muchos otros debates. A principios de junio, el Consejo de Estado realizó una audiencia en el proceso que suspendió el marco normativo de esta técnica en el país y cuyo fallo está pendiente de conocerse. Allí solicitó conformar otra comisión de expertos, y su escogencia quedó en manos de la Universidad Nacional. Falta también el trámite y aprobación de la licencia ambiental, y cumplir los condicionamientos planteados por la comisión de expertos del Gobierno.

Las tentaciones

En principio, la movida de Ecopetrol con OXY en Estados Unidos corresponde a la estrategia cantada desde 2018: distribuir el portafolio que tiene énfasis en Colombia, y avanzar en operaciones con países como Estados Unidos, Brasil y México para desarrollar pozos convencionales y fracking. Esto tiene un impacto favorable en la valorización y en la capacidad de caja de la empresa y, por lo mismo, de apalancamiento.

Sin embargo, dada la coyuntura, puede haber otras interpretaciones. Ante las dificultades en el corto plazo para avanzar con el fracking en el país, Ecopetrol apuró su estrategia y envió un mensaje: si no hay condiciones para invertir en Colombia, lo hará en el exterior. Además, su decisión coincidió con momentos de estrechez fiscal del Gobierno y de necesidades de recursos para aumentar las inversiones que muevan la economía.

Muchos podrían preguntarse por qué Ecopetrol no invierte en Colombia y decide sacar los recursos hacia otros mercados. Como mencionaban al respecto algunos analistas, en el pasado el Estado ‘sacaba leche y carne de la misma vaca’ y poco importaba su sostenibilidad hacia el futuro. Sin duda, hoy sería para el Gobierno uno de los mejores escenarios. Pero esta empresa de dimensión internacional, con miles de accionistas minoritarios, tiene que diversificar su riesgo-país. Y eso pasa hoy por desarrollar una estrategia de aumentar las reservas, en distintas geografías.

En principio, algunos han mencionado que el Gobierno podría vender el remanente del 8,5 por ciento de Ecopetrol –que en realidad es una capitalización para la empresa y cuyos recursos le llegarían a la Nación vía dividendos– o de alguno de sus activos. Sin embargo, ahora le han aparecido otras tentaciones al Gobierno ante la poderosa caja que tiene la petrolera, con rumores que hasta ahora no han sido desmentidos, y en los que la compañía o sus filiales podrían tener un papel protagónico.

Uno de los más fuertes dice que Ecopetrol o Cenit, la filial que maneja el negocio de transporte de crudo, comprarían la participación del 51 por ciento que tiene la Nación en Interconexión Eléctrica S. A. (ISA). Lo harían dentro de la estrategia del Ministerio de Hacienda de vender sus participaciones en activos públicos, lo que, al parecer, no necesariamente significaría privatizarlos.

Como le comentó a SEMANA una fuente cercana al proceso, el Gobierno está analizando ese y otros caminos, lo que planteará un pulso interesante con la junta. Hasta dónde van a llegar la creatividad financiera del Gobierno y la ‘independencia’ de la empresa ante su socio mayoritario, y qué va a prevalecer: si el futuro y la sostenibilidad de la compañía o el saneamiento de las finanzas públicas.

La presencia en bolsa de la empresa podría blibuendarlas, y las medidas de gobierno corporativo tendrían al margen el posible apetito del Gobierno por esos recursos. Pero será necesario que la propia administración Duque defina y les aclare a los minoritarios y al país qué quiere hacer con Ecopetrol y sus activos. Por ahora, la iguana se mueve, adelanta su estrategia de crecimiento y busca nuevas reservas.