El Grupo Ávila, integrado por embajadores, embajadoras y diplomáticos de carrera, emitió un comunicado rechazando la postura del régimen de Maduro ante la muerte de los niños venezolanos por falta de medicinas y trasplantes e instaron a la comunidad internacional a conocer y a difundir esta terrible situación.
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Aquí el comunicado completo:
La crisis humanitaria venezolana continúa profundizándose de manera pavorosa. Una nueva ola migratoria parece estar en curso y los países más cercanos de nuevo se ven abrumados por la llegada de miles de venezolanos que huyen de una situación de penuria en proceso de agravamiento.
Casos de personas, incluso niños, que fallecen a diario por falta de asistencia médica oportuna se multiplican, sin que el gobierno usurpador tome las medidas que corresponde para evitarlo.
Pocas horas habían transcurrido entre el fallecimiento de un segundo niño que esperaba por una trasplante de médula ósea, cuando el tirano usurpador anunció un gasto millonario en euros para la fabricación de ametralladoras y uniformes militares. Ya antes se había conocido de la adquisición a Rusia de raciones de comida para el ejército.
Luce repugnante escuchar los anuncios del usurpador en la TV oficial, en momentos en que hay más de 300.000 venezolanos con condiciones de salud crónica que no reciben tratamiento adecuado por la falta de insumos y medicinas, según denuncia la ONG CODEVIDA; cuando la escasez de antibióticos es del 90%; cuando los hospitales públicos están al borde del colapso y cierre técnico.
Por lo visto, hay recursos para compras de armamentos, en particular los que tiene que ver con el ataque a la población civil, pero no existe dinero para enfrentar los graves problemas sociales del país, que han llevado a una crisis humanitaria que algunos califican de catástrofe.
En Venezuela, se ha destruido la producción y las posibilidades de invertir y generado un creciente desempleo. El salario mínimo no permite adquirir los alimentos mínimos de la dieta básica. Ha crecido la desnutrición, las enfermedades infecto-contagiosas y crónicas por la falta o dilapidación de recursos, o por la enorme corrupción, viéndose afectados, principalmente, la población infantil.
Urge un cese de la usurpación para que impere en el país un estado de derecho que permita priorizar y centrar la inversión en la satisfacción de las necesidades básicas.
Instamos a la comunidad internacional a conocer y difundir esta terrible situación que tiende a la aceleración de la diáspora al presionar a las familias a evitar que sus hijos pequeños hoy sanos o enfermos arriesguen sus vidas ante la agudización de la precariedad en la alimentación y el sistema de salud.