La primera ministra Theresa May presentó el martes un “nuevo acuerdo” para lograr la salida de Reino Unido de la Unión Europea, al ofrecer concesiones a los partidos de oposición en su cuarto intento por romper un punto muerto en el Parlamento en torno al Brexit.
Tres años después de que Reino Unido decidiera en un referendo abandonar la UE y casi dos meses después de la fecha prevista de salida, May está realizando una última oferta para intentar obtener el respaldo de un Parlamento profundamente dividido sobre el acuerdo de divorcio, buscando de paso dejar el cargo con algún tipo de legado.
Pero sus probabilidades de tener éxito no se ven bien. A pesar de ofrecer lo que describió como “cambios adicionales significativos”, muchos legisladores ya han decidido no apoyar el próximo mes el proyecto de ley de Acuerdo de Retiro, una legislación que implementa los términos de la partida de Reino Unido del bloque regional.
En la sede de la consultora Pricewaterhouse Coopers, May hizo un llamado a los legisladores a que respalden su acuerdo, ofreciendo como incentivos la posibilidad de un potencial segundo referéndum y relaciones comerciales más estrechas con la UE.
“Digo con convicción a todos los diputados o a todos los partidos: me he comprometido, ahora les pido a ustedes que se comprometan”, sostuvo.
“Se nos ha dado una instrucción clara de las personas a las que se supone que debemos representar, así que ayúdenme a encontrar una manera de cumplir esa instrucción, impulsar nuestro país y nuestra política y construir un futuro mejor, que es lo que todos queremos”, agregó.
Al ofrecer la posibilidad de celebrar una segunda votación y un acuerdo sobre los asuntos aduaneros, May espera ganarse a los laboristas, cuyos votos necesita para dejar atrás la resistencia al acuerdo en el seno de su propio Partido Conservador.
Pero ella posiblemente enfurecerá a los legisladores que apoyan al Brexit, quienes dicen que una unión aduanera con la UE significaría no concretar la salida.
La propuesta constituye un cambio para May, que ha destacado durante mucho tiempo estar en contra de un segundo referéndum y de una futura unión aduanera que mantenga los lazos con el bloque. La gran pregunta es si las concesiones serán suficientes para convencer a los laboristas a que apoyen su proyecto de ley.
Previamente, John McDonnell, jefe de política financiera laborista, sembró dudas sobre si la propuesta conseguirá el apoyo de su partido, al decir que lo que ha visto hasta ahora “no inspira confianza”.
Por su parte, los conservadores que apoyan el Brexit tampoco estaban convencidos.
“Su nueva y audaz oferta (…) será una atenuación adicional a través de enmiendas patrocinadas por el Partido Laborista, que harán que su ya inaceptable acuerdo de salida sea aún más inaceptable”, dijo el legislador conservador Andrew Bridgen.
Reuters